Los tesoros escondidos del patrimonio musical
Los int¨¦rpretes luchan contra las trabas para conseguir partituras maestras de obras en Espa?a
Dedicarse a la m¨²sica antigua, barroca y cl¨¢sica en Espa?a es una cuesti¨®n de quijotes. Hay que convencer a un p¨²blico con la baza de la calidad, ante todo, y para conseguir los niveles es necesario encontrar joyas y tesoros escondidos de la m¨²sica paridos en los a?os dorados de la creatividad, esto es, cuando una corte boyante hac¨ªa encargos a diestro y siniestro a los mejores compositores del mundo.
No todo es Bach y Vivaldi en el Barroco, por ejemplo, as¨ª que el ansia por encontrar nuevas obras maestras de autores menos conocidos pero muy v¨¢lidos hace que los int¨¦rpretes, sobre todo los de la denominada Corriente Aut¨¦ntica, esa que postula hacer m¨²sica con instrumentos y medios de la ¨¦poca en que fue creada, tengan su vena de music¨®logos y rastreen por archivos y bibliotecas. Ah¨ª empieza el problema. Si en Francia, Alemania, Reino Unido o Italia, el material est¨¢ debidamente catalogado y ordenado, en Espa?a reina el caos, hay que enfrentarse al amiguismo o el mal humor del archivero de turno o, en algunos casos, al oscurantismo de la Iglesia, depositaria de miles de partituras en las baldas y los armarios de sus respectivas di¨®cesis.
'Las autoridades tienen el deber de conservar y difundir el legado', afirma Jordi Savall
Lo dicen, entre otros, Jordi Savall, uno de los pr¨ªncipes de la m¨²sica antigua y barroca en el mundo, Paul McCreesh, director del Gabrieli Consort and Players e int¨¦rprete brit¨¢nico de compositores como Victoria o Morales; Miguel S¨¢nchez, de Alia M¨²sica, experto en piezas sefard¨ªes; Marta Almajano y Eduardo L¨®pez Banzo, del grupo Al Aire Espa?ol, o Emilio Moreno, de El Concierto Espa?ol.
M¨®dicos precios
Savall es de los m¨¢s beligerantes. 'Me molesta que en Espa?a sea tan dif¨ªcil en muchos casos acceder a estas obras, m¨¢s cuando en cualquier pa¨ªs europeo pides una partitura y por un m¨®dico precio te la env¨ªan microfilmada', cuenta el int¨¦rprete de viola de gamba y director del los grupos Concierto de las Naciones, Hesp¨¨rion XXI o la Capella Reial de Catalunya. Y relata una an¨¦cdota definitiva: 'Una vez quise conseguir unos villancicos de marineros italianos y espa?oles que recalaban en Canarias y fui a una catedral donde estaban las partituras a pedirlos. Me hicieron rellenar de todo y cuando entr¨¦, no estaban. Yo sab¨ªa que pertenec¨ªan a ese lugar porque lo hab¨ªa visto en un cat¨¢logo y alert¨¦ a la Interpol. Cuando volv¨ª, all¨ª estaban', relata Savall desde San Francisco, donde ha actuado esta semana.
'Tenemos que ser conscientes de que hay obras muy importantes y que hay que conservar viva la memoria de nuestro pasado. El legado es fr¨¢gil y no podemos permitirnos dejar que desaparezca algo ¨²nico e irrepetible'. Para el m¨²sico, la an¨¦cdota de Canarias es un ejemplo de lo que es la 'propiedad negativa', es decir, la que no se comparte con nadie, algo que en el caso de la m¨²sica es especialmente absurdo, porque necesita sonar para existir: 'Las partituras son el punto de partida. Si nadie la interpreta, no es real'. Y demanda dos cosas: 'Formaci¨®n y accesibilidad. Las autoridades de Patrimonio Nacional tienen la obligaci¨®n de conservar y hacer difundir en conciertos y discos la creaci¨®n, y para eso hay que inventar una pol¨ªtica creativa, no conservadora y cerrada. Hay que hacer que la m¨²sica viva y suene'.
Eso en cuanto a lo civil. Lo eclesi¨¢stico es tema aparte para Savall. 'Hay que conseguir resucitar las m¨²sicas en las iglesias, darles all¨ª su espacio. Igual que hay cuadros y piedras, debe sonar la m¨²sica que se hizo para esos espacios'.
El oscurantismo, la escasa accesibilidad y las trabas de algunas di¨®cesis parecen elementos comunes. 'Todos los proyectos que hago de m¨²sica espa?ola me los preparan music¨®logos. Yo estoy muy viejo para investigar. Hay grandes descubrimientos por hacer, sobre todo del Barroco, que me parece la ¨¦poca m¨¢s brillante de la m¨²sica espa?ola, y s¨¦ que han tenido muchas trabas con algunos archivos de la Iglesia', afirma McCreesh, int¨¦rprete especializado en esa ¨¦poca y muy admirador del patrimonio espa?ol.
Tambi¨¦n se une a la cr¨ªtica Eduardo L¨®pez Banzo, que con su grupo barroco Al Aire Espa?ol, de Zaragoza, acaba de recuperar el Miserere de Jos¨¦ de Nebra, y que interpretar¨¢n en la Semana de M¨²sica Religiosa de Cuenca el 30 de marzo y en el ciclo Los siglos de oro en Madrid, el 1 de abril. 'Hay que hacer una acusaci¨®n directa a la Iglesia, porque no tienen inter¨¦s en ordenar sus archivos, y es lamentable que se puedan perder aut¨¦nticas joyas. Aunque tambi¨¦n es verdad que ellos se quejan de que el problema es econ¨®mico y que nadie les ayuda'.
La versi¨®n del responsable de temas de patrimonio y cultura de la Conferencia Episcopal, Antonio Mu?oz, no ha podido ser incluida en el reportaje porque ¨¦ste no ha respondido a las llamadas que se le han hecho para recabar su opini¨®n. L¨®pez Banzo cree que una salida es la colaboraci¨®n entre la Iglesia y el Estado para empezar a ordenar lo que haga falta.
Tambi¨¦n hay otro factor a tener en cuenta y que puede explicar la desconfianza que existe hacia los que van en busca de obras. 'Hay mucha irresponsabilidad y ha habido mucho saqueo', dicen L¨®pez Banzo y Emilio Moreno, de El Concierto Espa?ol. 'Son conocidos los casos de algunos music¨®logos que se formaron grandes archivos y bibliotecas en sus casas. Una vez fui a consultar c¨®mo se defin¨ªa viol¨ªn en el diccionario de Covarrubias. Me encontr¨¦ que la p¨¢gina estaba arrancada y el archivero me dijo el nombre y apellidos de la persona que con toda probabilidad pod¨ªa haber sido', cuenta Moreno. El saqueo se une a la desidia de los funcionarios, cuenta el int¨¦rprete. 'Conozco gente que se ha llevado cosas a casa por probar y a la semana lo ha devuelto sin que nadie reclamara nada'.
Copias caras
Pero, con todo, las peores experiencias las ha tenido Moreno en el extranjero: 'Concretamente, en la tan afamada Biblioteca del Congreso de Washington, donde fui a buscar cosas de Manuel Canales y de Boccherini. Me trataron fatal y las copias me parecieron car¨ªsimas, como en Viena, que me cobraban 200 pesetas por papel', argumenta.
Miguel S¨¢nchez, de Alia M¨²sica, es m¨¢s moderado en las denuncias. 'Las experiencias negativas dependen m¨¢s de los funcionarios de turno que de las instituciones en s¨ª. A veces hay exceso de celo, apat¨ªa, comodidad, la ley del m¨ªnimo esfuerzo, algunos dispuestos a negarte algo si te falta un solo papel, pero no siempre', dice este experto en el legado de los jud¨ªos espa?oles a la m¨²sica. 'Mis experiencias, en general, han sido buenas, sobre todo con el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, donde lo mejor es la colaboraci¨®n interdisciplinar. Siempre hay dudas que los fil¨®logos e historiadores est¨¢n dispuestos a resolver'. De todas formas, en relaci¨®n a otros pa¨ªses como Francia, Alemania, Italia, Reino Unido o Estados Unidos, S¨¢nchez cree que Espa?a est¨¢ 'a a?os luz'. Una soluci¨®n para acortar distancias: 'Que las instituciones p¨²blicas y privadas pongan en marcha iniciativas'.
Dos ejemplos esenciales
No todo es negro en el patrimonio musical. Existen cosas que funcionan. Aparte de un centro como el Instituto Complutense de Ciencias Musicales, creado en 1989 por la Comunidad de Madrid y la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) y dirigido por Emilio Casares, que ha ordenado un fondo de 80.000 obras, se acaba de presentar un proyecto muy importante para el futuro de la conservaci¨®n en Espa?a. Es la iniciativa M¨²sica In¨¦dita, auspiciada por la Fundaci¨®n Caja Madrid y Patrimonio Nacional. Cuenta con un presupuesto de 1,7 millones de euros para tres a?os y entre 12 y 15 personas para dedicarse a la catalogaci¨®n y futura difusi¨®n en Internet de las 9.000 partituras que calculan que hay en los fondos musicales del Palacio Real, El Escorial o monasterios como Las Huelgas, Tordesillas o Las Descalzas Reales. Pilar Tom¨¢s, codirectora del proyecto, lo considera esencial: 'Lo importante es el acceso internacional a estos fondos', dice. Y ve la necesidad de poner en marcha una iniciativa as¨ª en un pa¨ªs donde, hasta ahora, 'todo depend¨ªa de c¨®mo cayeras al archivero de turno'. Casares ha estado solo en la lucha varios a?os. 'Queda mucho por hacer, no se ha tomado conciencia todav¨ªa', dice el music¨®logo. Pese a labores como la suya, cree que a¨²n no se puede comparar el nivel de Espa?a con otros pa¨ªses europeos en este campo, aunque el legado es mayor que el de algunos. 'Con relaci¨®n a Francia, Italia o Alemania, sencillamente, nosotros no contamos', alerta.
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