La econom¨ªa de la UE deber¨¢ crecer m¨¢s para acatar el plan de Barcelona
Los objetivos dependen de la recuperaci¨®n
La cumbre de Barcelona 'marca un cambio de direcci¨®n' en la pol¨ªtica econ¨®mica de Europa, como dijo el s¨¢bado el primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair. El objetivo de los Quince es el de consolidar su estrategia lanzada hace dos a?os en Lisboa para hacer de la UE la zona m¨¢s competitiva del mundo en 2010 y superar, por tanto, a su principal rival, Estados Unidos. Pero el plan bendecido ahora en Barcelona s¨®lo podr¨¢ cumplirse si la Uni¨®n logra tasas de crecimiento cercanas al 4%, dos puntos y medio m¨¢s que ahora.
La estrategia de Lisboa se dise?¨® en 2000, en pleno fervor econ¨®mico, pensando que el producto interior bruto (PIB) de la UE crecer¨ªa durante toda la d¨¦cada a una media del 3%. Una visi¨®n muy optimista si se piensa que la econom¨ªa europea dif¨ªcilmente ha crecido a ese ritmo durante un par de a?os seguidos. En las conclusiones de la cumbre de Barcelona no se hace menci¨®n alguna a esa cifra. Tan s¨®lo se dice que debe haber un 'claro compromiso' con la reforma econ¨®mica para aumentar el potencial de crecimiento -establecido en torno al 2,5% del PIB- y de creaci¨®n de empleo de la UE. Pero ya en los primeros a?os de este proceso, los m¨¢s importantes a la hora de aplicar los compromisos alcanzados, es obvio que la Uni¨®n est¨¢ muy lejos de esa media.
En 2000, el PIB de la zona euro creci¨® un 3,3%. Por el efecto de la crisis econ¨®mica, agravada por los acontecimientos del 11 de septiembre, cay¨® al 1,5% el pasado a?o y la previsi¨®n es que para este a?o se mantenga ese nivel. Ser¨¢ en 2003 cuando la Uni¨®n recupere el nivel de su potencial de crecimiento. Por tanto, la UE crecer¨¢ durante la primera fase del llamado Proceso de Lisboa a una media del 2,2%, porcentaje que deber¨¢ subir en dos puntos en los a?os venideros para que esa media se aproxime o sea superior al 3%.
Pero ning¨²n dirigente europeo ha querido comentar estos d¨ªas en Barcelona una duda ya planteada entre los t¨¦cnicos hace meses: todos los c¨¢lculos para obtener tan altas metas se han hecho para una Uni¨®n compuesta por 15 pa¨ªses, es decir, sin contar con que en 2004 se incorporar¨¢n 10 nuevos socios m¨¢s pobres. El efecto negativo de estas incorporaciones sobre el PIB comunitario es estimado en un 0,5%. Por eso es fundamental, como qued¨® claro con su propia presencia en Barcelona, que los l¨ªderes de los pa¨ªses candidatos promuevan reformas econ¨®micas y pol¨ªticas de empleo similares a las que ahora se aplicar¨¢n los Quince.
Los l¨ªderes europeos han optado en esta cumbre por lanzar un mensaje optimista sobre lo que se avecina. Aunque han optado por no hacer una referencia concreta a la posible tasa de crecimiento del 3% para los pr¨®ximos a?os, en las conclusiones de la cumbre de Barcelona se confirma que el bache en el crecimiento ya toc¨® fondo y que 'la situaci¨®n econ¨®mica se encuentra en las primeras fases de recuperaci¨®n mundial tras el brusco declive de 2001'. 'La r¨¢pida respuesta de pol¨ªtica econ¨®mica, unos indicadores econ¨®micos s¨®lidos y una restauraci¨®n de la confianza ofrecen una plataforma para esa recuperaci¨®n', a?aden las conclusiones. El presidente de turno del Ecofin (Consejo de Ministros de Finanzas), Rodrigo Rato, reiter¨® que Europa se encuentra en unas condiciones satisfactorias para crecer porque tiene fundamentos econ¨®micos s¨®lidos.
El Pacto de Estabilidad sigue siendo la base sobre la que se sustentar¨¢ la pol¨ªtica econ¨®mica de los Estados miembros, tanto si pertenecen al euro como si no. La Comisi¨®n presentar¨¢ en la cumbre de Sevilla en junio una propuesta al respecto, que sin duda ser¨¢ motivo de tensi¨®n entre los ministros de Finanzas y el Ejecutivo comunitario.
La cumbre de Barcelona dej¨® algo muy claro en las conclusiones: cuando existe voluntad pol¨ªtica, se pueden hacer cosas en com¨²n. 'El euro demuestra con claridad lo que la UE puede lograr', reza el texto.
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