Otro milagro de la primavera
El verdor torna a la ladera oriental de este monte escurialense que fue pasto del fuego en agosto de 1999
El viernes 20 de agosto de 1999, a las tres y media de la tarde, un infierno con llamas de hasta 40 metros se desataba en la ladera oriental del monte Abantos y obligaba a evacuar a 10.000 personas en San Lorenzo de El Escorial, incluidos los 3.000 veraneantes del c¨¢mping y los 40 ingresados en el hospital. El s¨¢bado, poco despu¨¦s del mediod¨ªa, la gente volv¨ªa a sus habitaciones y sus tiendas de campa?a, pero, sobre sus cabezas, 450 hect¨¢reas de pinar aparec¨ªan calcinadas formando un negro abanico desde casi la cima hasta los primeros chal¨¦s y desde ¨¦stos hasta la cerca del Valle de los Ca¨ªdos. Para la an¨¦cdota queda el titular del diario mexicano El Universal: 'Controlan incendio en Madrid que amenazaba sepultura de Franco', como si tumba granito poder arder y como si eso importar mucho.
Es un monte todav¨ªa bajuelo que, m¨¢s que verse, huele: a tomillo, a jara, a cantueso...
En realidad, es dif¨ªcil decir qu¨¦ importa despu¨¦s de un desastre as¨ª: quiz¨¢ saber si fue provocado o no (que, hasta donde se ha podido indagar, parece que no); o si alguien se aprovech¨® de ello (El presidente regional, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, se adelant¨® a la cuesti¨®n prometiendo que no se construir¨ªa una sola casa en la zona afectada); o si habr¨ªa que repoblar o dejar que la naturaleza siguiera su curso (a este debate tambi¨¦n se adelantaron los gobernantes, pues, nada m¨¢s subastarse los pinos quemados, se invirtieron los 241.000 euros obtenidos en plantar m¨¢s pinos, como siempre...). Pero todo eso nada importa cuando se considera que esta monta?a que nos vio pasear cuando ¨¦ramos j¨®venes, asombrados por su pinada secular -fue plantada hacia 1870 por los alumnos de la Escuela de Ingenieros de Montes-, no volver¨¢ a ser la que era hasta mucho despu¨¦s de que hayamos abonado con nuestros huesos los preceptivos seis pies de tierra.
Por eso, a nosotros lo que hoy nos importa es constatar c¨®mo la solana del Abantos, hasta ayer cenicienta y maloliente a chamusquina, vuelve a la vida puntual y sin ruido, con toda naturalidad, como le gusta hacer los grandes milagros a la primavera. Es un monte todav¨ªa bajuelo que, m¨¢s que verse, huele: a tomillo, a jara, a cantueso... Pero ya hay por doquier el verdor renovado de las retamas, de las herb¨¢ceas, de los contados pinos y carrascas supervivientes, y de los valientes pimpollos, de dos palmos de altura, que han pasado este seco invierno la primera rev¨¢lida de su existencia.
Para presenciar este milagro, vamos a acercarnos al ¨¢rea recreativa de la Penosilla, que est¨¢ en el kil¨®metro 5,8 de la carretera M-600 (Guadarrama-El Escorial), junto al restaurante El Tomillar, y a¨²n subiremos poco m¨¢s de un kil¨®metro en coche por entre las barbacoas, hasta el l¨ªmite del pinar, para echarnos a andar por la primera pista que se desv¨ªa a la derecha, de asfalto desbaratado, con barrera que restringe el paso de veh¨ªculos. En esta solana de la Penosilla, extremo sur de la zona arrasada en 1999, crecen con fuerza los nuevos pinos y tambi¨¦n (es l¨¢stima) la basura que las cuadrillas de repoblaci¨®n van sembrando, como si las latas pudiesen dar ¨¢rboles de frutos refrescantes o lubricantes, seg¨²n el caso.
De esta pista, que es un continuo zigzag, nos saldremos entre las curvas 8 y 9 por una senda que surge a la derecha y corre llan¨ªsima sobre una conducci¨®n subterr¨¢nea de agua. Pronto cruzaremos un arroyo que lame fresnos y pinos supervivientes, y nos adentraremos en la pelada solana del Barranc¨®n siguiendo una alambrada y luego una pista de tierra, tambi¨¦n llana, hasta que, a una hora y media del inicio, nos topemos con la cerca p¨¦trea del Valle de los Ca¨ªdos.
Otra hora y media nos llevar¨¢ bordear este muro por un empinado cortafuegos, con vistas a la gigantesca cruz, hasta alcanzar la cima del Abantos, 700 metros por encima del monasterio de San Lorenzo, el cual (macabra iron¨ªa) es una parrilla monumental.
La vuelta, si conocemos el terreno, podremos hacerla por la senda que baja por la derecha del risco, con rumbo sureste, a la casita del Renegado y, zigzagueando por pinar intacto, a la pista del principio.
Cinco horas con fuerte desnivel
- D¨®nde. El municipio de San Lorenzo de El Escorial dista 49 kil¨®metros de la capital yendo por la carretera de A Coru?a (A-6) hasta Las Rozas y cogiendo el desv¨ªo a El Escorial (M-505). No obstante, el acceso m¨¢s r¨¢pido es la salida 47 de la A-6, que lleva hacia El Escorial por la carretera M-600, en cuyo kil¨®metro 5,8 se halla el ¨¢rea recreativa de la Penosilla, inicio de esta ruta. Cerca del ¨¢rea recreativa paran los autobuses de la empresa Herranz (tel¨¦fono 91 890 41 00), que salen de Moncloa. - Cu¨¢ndo. Marcha circular de 12 kil¨®metros y unas cinco horas de duraci¨®n, con un desnivel de 700 metros -¨¢rea de la Penosilla, 1.060 metros; pico Abantos, 1.753- y dificultad media-alta. - Qui¨¦n. La Concejal¨ªa de Medio Natural del Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial informa a los visitantes sobre rutas a pie por el todo el municipio en el tel¨¦fono 91 890 39 95 o directamente en la Casa de la Juventud (calle de Presilla, 11). - Y qu¨¦ m¨¢s. Si el excursionista no conoce la zona, es muy aconsejable llevar la hoja 18-21 (San Lorenzo de El Escorial) del Servicio Geogr¨¢fico del Ej¨¦rcito o el mapa Sierra de Guadarrama, que puede adquirirse en La Tienda Verde (calle de Maudes, 23 y 38; tel¨¦fono 91 534 32 57), ambos a escala 1:50.000.
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