Desde Monterrey
Pese a que la Uni¨®n Europea y los EE UU parecen querer dar esa imagen, en la cumbre de las Naciones Unidas de Monterrey se ha venido a hablar de mucho m¨¢s que de ayuda al desarrollo. Esa ayuda es necesaria precisamente porque no se afrontan los verdaderos problemas que aqu¨ª deber¨ªan tratarse: las reglas desiguales del comercio internacional, la insoportable carga de la deuda externa, el devastador impacto financiero, econ¨®mico y social de los mercados financieros desregulados, la vigencia de instituciones internacionales dominadas por los pa¨ªses industrializados...
Los anuncios de cualquier aumento de la ayuda han de ser siempre bienvenidos, pero no debemos olvidar que esconden un incumplimiento, el del 0,7% del PIB, comprometido hace ya d¨¦cadas por nuestros pa¨ªses.
La corrupci¨®n es un obst¨¢culo central para el progreso, y los pa¨ªses en desarrollo han de afrontarla de frente.
Pero desde nuestros pa¨ªses tambi¨¦n se han alentado esas corruptelas firmando los cheques que otros cobran y comprando voluntades por conveniencia -recu¨¦rdese, a modo de ejemplo, el juicio contra la compa?¨ªa francesa Elf, que compr¨® con miles de millones de francos a l¨ªderes del ?frica negra para ganar sus favores en la concesi¨®n de explotaciones petroleras-. La lucha contra la corrupci¨®n debe comprometer de manera conjunta y coordinada a pa¨ªses en desarrollo e industrializados, evitando la impunidad de esos delitos, si no sangrientos, s¨ª letales para el desarrollo.
El FMI, por su parte, parece creer en la amnesia colectiva al decir ahora que Argentina debe iniciar una pol¨ªtica econ¨®mica adecuada, cuando sigui¨® sus propios consejos durante la ¨²ltima d¨¦cada.
La crisis argentina es responsabilidad de sus gobernantes y tambi¨¦n de los organismos que les asesoran, en particular del FMI, experto en eludir siempre sus culpas.
La salida a su deuda externa que ahora se plantea, un arbitraje neutral, deber¨ªa esclarecer responsabilidades y llevar a decisiones judiciales y financieras. Veamos si se avanza en esta direcci¨®n.
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