Bombero con agua bendita
Paul Volcker no es s¨®lo gigante en estatura, mide cerca de dos metros, sino tambi¨¦n en reputaci¨®n y credibilidad merecidamente ganadas. ?sta es la raz¨®n por la que la auditora americana Andersen le ha rogado que le ayude para salir de la situaci¨®n de desprestigio en la que ha ca¨ªdo tras el esc¨¢ndalo de Enron. ?l mismo ha explicado, con humor, por qu¨¦ ha aceptado gratuitamente, a sus 74 a?os, un encargo tan arriesgado: 'La raz¨®n por la que me he involucrado es porque Andersen se encuentra en estado muy grave y necesita a alguien que le roc¨ªe con un poco de agua bendita' y 'no les cobro porque ya tengo bastante dinero'. Como presidente de International Accounting Standards Committee, que intenta desarrollar unos niveles m¨ªnimos de calidad y consistencia de las reglas contables, aceptables por todos los pa¨ªses del mundo, ha pensado que puede ayudarles a poner un poco de orden.
No es la primera vez que se enfrenta a una situaci¨®n compleja, dif¨ªcil y sin soluci¨®n aparente. Hace unos a?os acept¨® presionar a los bancos suizos para que devolvieran a las familias jud¨ªas los cientos de millones de d¨®lares que hab¨ªan depositado secretamente en sus cuentas durante la Segunda Guerra Mundial y que ¨¦stas llevaban d¨¦cadas reclamando sin ¨¦xito. No s¨®lo consigui¨® que llegasen a un acuerdo sino que pudo seguir manteniendo una buena relaci¨®n con ambas partes, a pesar de que ninguna de las dos sali¨® satisfecha.
Y es verdad que no necesita m¨¢s dinero ya que, tras sus ocho a?os presidiendo la Reserva Federal, se hizo rico en sus otros ocho a?os como presidente de Wolfensohn & Co. Desde entonces se ha dedicado a ayudar como consultor o consejero a distintas empresas y fundaciones, a ser profesor visitante de la escuela de negocios de la Universidad de Nueva York y a presidir aquello que le ha parecido interesante, como la Trilateral o el Grupo de los Treinta.
Y siempre ha sido un hombre valiente. Despu¨¦s de estar trabajando desde 1952 en la Reserva Federal de Nueva York, donde lleg¨® a ser presidente en 1974, Jimmy Carter le nombr¨® presidente del Consejo de la Reserva Federal en 1979. Lo primero que hizo fue subir los tipos de los fondos federales del 8% al 18% en el corto espacio de dos a?os, para intentar doblegar una tasa de inflaci¨®n que, tras la segunda crisis energ¨¦tica de 1979, lleg¨® a alcanzar el 15% en 1980. Nadie se hab¨ªa arriesgado antes a hacer un movimiento al alza de los tipos tan brusco y ¨¦l lo hizo y logr¨® bajar la inflaci¨®n al 1% en 1983. Como amigo suyo, le deseo mucha suerte. Se la merece.
Guillermo de la Dehesa es miembro del Grupo de los Treinta (G-30).
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