Un juez de Bilbao investiga una estafa de 600.000 euros a varios inversores
Las dos sociedades utilizadas en la presunta estafa no figuran en el Registro Mercantil
Algunos clientes fueron ampliando el capital invertido progresivamente, dadas las ganancias obtenidas con las primeras entregas. El nivel econ¨®mico de los estafados es medio alto y entre ellos hay comerciales, industriales y alg¨²n profesor. Tambi¨¦n result¨® perjudicada una familia que invirti¨® lo ¨²nico que ten¨ªa, los 18.030 euros que recibi¨® el padre como indemnizacion tras ser despidido.
La tapadera bajo la que se realizaban las operaciones son supuestas sociedades con nombre respetable y visos de solvencia, Inmobiliaria Gran V¨ªa y Financiera Gran V¨ªa. Ninguna de las dos consta en el Registro Mercantil, pero ambas razones comerciales eran utilizados en sus operaciones financieras por C. F. G., quien tambi¨¦n alteraba ligeramente su segundo apellido seg¨²n las circunstancias. La supuesta estafa se prolong¨® desde finales de 1999 hasta hace un par de meses, cuando cerca de 20 clientes interpusieron denuncias al dejar de percibir intereses y no poder tampoco recuperar su inversi¨®n.
El inicio del proceso judicial no impidi¨® que el presunto estafador prosiguiera su captaci¨®n de clientes. La semana pasada todav¨ªa se pod¨ªan leer sus anuncios en algunos peri¨®dicos. El implicado argument¨® en su declaraci¨®n ante el juez que instruye el caso que hab¨ªa contratado la publicidad para un a?o, seg¨²n han informado medios relacionados con el caso. Lo ¨²nico que alter¨® cuando se destap¨® el supuesto fraude fue el lugar de la cita con los clientes. La vivienda del n¨²mero 2 de la Gran V¨ªa fue sustituida por hoteles de Bilbao.
Cantidades reinvertidas
Los denunciantes, seg¨²n consta en sus escritos, se?alan que C. F. G. se aprovechaba de la confianza que en ¨¦l ten¨ªan depositados los clientes y que ¨¦ste consigui¨® que fueran ampliando las cantidades de dinero invertidas, sin tener ninguna intenci¨®n de devolver las mismas en las condiciones pactadas.
Por ejemplo, J. T. V. realiz¨® una primera inversi¨®n por un importe de 6.010 euros en febrero de 2000. El supuesto estafador le garantiz¨® la devoluci¨®n de la cantidad invertida a trav¨¦s de la entrega de un tal¨®n nominativo contra su cuenta de la Caja Laboral por el importe principal de 6.010 euros y el abono de los intereses pactados. El cliente renov¨® su inversi¨®n original en septiembre, ampli¨¢ndola en otros 6.010 euros, bajo la promesa de un inter¨¦s superior al inicialmente pactado. En garant¨ªa de devoluci¨®n del dinero original se le entregaron dos nuevos talones por 6.010 euros cada uno. A d¨ªa de hoy, el denunciado le adeuda m¨¢s de 16.000 euros.
La forma de actuar ha sido id¨¦ntica en todos los casos. En el primer a?o, la financiera cumpl¨ªa escrupulosamente con el pago de los elevados intereses pactados, siempre muy por encima de los habituales en el mercado. De esta forma se ganaba la confianza del cliente a quien, una vez llegaba el vencimiento del tal¨®n entregado para la devoluci¨®n del dinero invertido, convenc¨ªa para renovar la inversi¨®n con una rentabilidad m¨¢s alta. Para ello, entregaba un nuevo tal¨®n como garant¨ªa de devoluci¨®n del primero y recuperaba as¨ª el tal¨®n primitivo. Asimismo, consegu¨ªa que los talones que supuestamente compon¨ªan la inversi¨®n principal no fuesen nunca presentados al cobro, ya que los entregaba a sabiendas de que no hab¨ªa fondos, seg¨²n consta en la investigaci¨®n judicial.
Entre 300 y 400 talones
En los documentos mercantiles se puede apreciar que los talones est¨¢n firmados por la esposa del denunciado, M. D. A. M., quien presuntamente estaba al corriente de la operaci¨®n, seg¨²n la investigaci¨®n. Sin embargo, en su declaraci¨®n ente el juez, neg¨® tal extremo y asegur¨® que lo desconoc¨ªa, a pesar de haber firmado entre 300 y 400 talones.
El abogado de un grupo de denunciantes ha solicitado una indemnizaci¨®n de 180.000 euros, lo que ha sido asumido por la Fiscal¨ªa. El otro representante legal, que defiende los intereses de seis clientes supuestamente estafados, prev¨¦ pedir 90.000 euros por el mismo motivo. El denunciado ha declarado ante el juez que tanto ¨¦l como su familia son insolventes y que no puede hacer frente a las cantidades reclamadas ni tampoco a las indemnizaciones.
Un 'mini-Gescartera'
El presunto estafador parece haberlo hecho casi todo por duplicado en su negocio de inversiones de alta rentabilidad. La empresa se llamaba indistintamente Financiera Gran V¨ªa o Inmobiliaria Gran V¨ªa, aunque la ubicaci¨®n era la misma: el departamento 9-10 del segundo piso de la c¨¦ntrica calle de Bilbao. Su apellido pod¨ªa comenzar por H o por F y as¨ª lo convert¨ªa en dos diferentes. El denunciado tiene 58 a?os, naci¨® en Bilbao, y cuenta con antecedentes penales por estafa en un Juzgado de Barakaldo, seg¨²n fuentes del caso. En su declaraci¨®n en el juzgado no supo dar ninguna explicaci¨®n veros¨ªmil al destino del dinero. Parece un hombre simple, sin formaci¨®n como para planear una estafa que guarda similitudes con el caso Gescartera, pero a mucha menor escala, se?alan las mismos medios. Los contratos suscritos eran simples y no hubo ning¨²n problema hasta que el supuesto estafador se puso enfermo y comenz¨® a aplazar los pagos. El juez ha ordenado que se investiguen algunas cuentas bancarias en Menorca, a las que, al parecer, C. H. G. o C. F. G., remiti¨® fondos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.