Giner y los ex¨¢menes
Educaci¨®n
Al cumplirse el pasado 18 de febrero ochenta y siete a?os de la muerte de don Francisco Giner de los R¨ªos, quiero dedicar un recuerdo a su figura, y sobre todo a su concepto de la ense?anza, que -a pesar de la influencia que tuvo en el espectacular resurgimiento espa?ol de los a?os veinte y treinta del siglo ya pasado- cada vez est¨¢ m¨¢s alejado y descartado de nuestro actual sistema educativo.
Hace alg¨²n tiempo tuve ocasi¨®n de estar presente en una conversaci¨®n sobre la ense?anza de la Historia, mi principal ocupaci¨®n a lo largo de m¨¢s de treinta a?os. Surgi¨® una pregunta: '?C¨®mo crees que se debe ense?ar la Historia?'. Y la respuesta fue: 'Leyendo textos y vi¨¦ndola a trav¨¦s de ellos'. Los interlocutores eran Jimena Men¨¦ndez Pidal y Luis Garc¨ªa de Valdeavellano. Nunca lo he olvidado y he comprobado la importancia de tener siempre presentes los textos.
La nueva avalancha de ex¨¢menes que parece pr¨®xima a precipitarse sobre los -a pesar de todo- sufridos escolares me lleva necesariamente, cosa que me ocurre con frecuencia, a recordar a don Francisco Giner de los R¨ªos, que en su constante reflexi¨®n pedag¨®gica fue el mayor y m¨¢s expl¨ªcito detractor de 'la malhadada pr¨¢ctica de los ex¨¢menes' en todos los niveles de la ense?anza. Para demostrarlo, y siguiendo el consejo que escuch¨¦ a prop¨®sito de la ense?anza de la Historia, me voy a permitir citar -aunque sea de forma muy breve- alguno de sus textos relativos a este tema; es una peque?a muestra, ya que a lo largo de todas sus obras sobre educaci¨®n y pedagog¨ªa se puede encontrar su postura claramente definida. Incluso en los t¨ªtulos de algunos trabajos: O educaci¨®n o ex¨¢menes (tomo X O. C., p¨¢g. 82), M¨¢s contra los ex¨¢menes (BILE 1882, p¨¢g. 127). Pero el contenido de los textos es bien expresivo: '...Aqu¨ª conocemos perfectamente lo que los malhadados ex¨¢menes traen consigo: apenas hay maestro que no lo lamente. La obsesi¨®n de los infelices ni?os, obligados a llevar lecciones que estudiar en su casa despu¨¦s de seis horas de escuela divididas en dos periodos, durante los cuales es muy raro alternen con sus trabajos el descanso, y m¨¢s raro a¨²n que este descanso consista en juego al aire libre; el odioso cultivo de la memoria mec¨¢nica, a fin de que en los ex¨¢menes puedan las juntas quedar contentas al o¨ªr a los ni?os responder 'de corrido', como papagayos; la extenuaci¨®n intelectual, moral y f¨ªsica que de tal sistema resulta...' (O. C., tomo XVII, p¨¢g. 211). En otro, publicado en el tomo XVI de sus Obras completas, entre los Ensayos menores sobre educaci¨®n y ense?anza podemos leer: '...Por esto, para nosotros, la supresi¨®n del examen representa el m¨¢s profundo cambio de orientaci¨®n en la ense?anza y la escuela primaria...'. No es momento de m¨¢s extensas citas, pero en el resto de la obra de Giner -como mencion¨¢bamos- la postura es siempre la misma. Solamente en alg¨²n caso admite la utilidad de ciertas pruebas, siempre muy elaboradas y adaptadas a cada ocasi¨®n, desde luego diametralmente opuestas a las de tipo test de conocimientos puramente memor¨ªsticas, cada vez m¨¢s en boga por la facilidad (no fiabilidad) de su valoraci¨®n. Otro punto clave del pensamiento pedag¨®gico de Giner es la persona del maestro: su formaci¨®n, la percepci¨®n y valoraci¨®n social, la misi¨®n esencial que desempe?a, la necesidad de escuchar su opini¨®n y contar con su experiencia.
Giner representa el pensamiento m¨¢s depurado, profundo y renovador en la Historia de la Educaci¨®n espa?ola; tiene en su expresi¨®n una viveza y una garra que le mantienen en plena vigencia y actualidad en la mayor parte de los aspectos que trata. La Ley de Reforma de la Ense?anza de 1970 tante¨® con mayor o menor fortuna en su famoso Libro Blanco una aproximaci¨®n a la pedagog¨ªa gineriana, puesta en pr¨¢ctica y difundida en la Instituci¨®n Libre de Ense?anza. Otro tanto hicieron las sucesivas leyes de reforma de la ense?anza -LODE, LOGSE-, creando una clara tendencia a la mejora de la educaci¨®n, que parece haberse estancado. Se puede discrepar del pensamiento de Giner, como se puede estar en desacuerdo con Delors y con las conclusiones de la Unesco en materia de educaci¨®n, por cierto, coincidentes en muchos aspectos con la pedagog¨ªa de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza. Pero lo extra?o es citar a Giner -o a cualquier otro autor- proclamando su vigencia al mismo tiempo que se adoptan posturas y decisiones que nada tienen que ver con el pensamiento ni con la corriente educativa que Giner dej¨®. Ah¨ª est¨¢n los textos, ?siempre los textos!
Cuando se llega a etapas avanzadas de la vida se han visto y vivido vaivenes, cambios y evoluciones y se ha comprobado la transformaci¨®n de las cosas, lo que realmente inquieta -y por desgracia en Espa?a no es nuevo- es el tejer y destejer en una emulaci¨®n de Pen¨¦lope. Como si fuera necesario perder el tiempo, cuando lo que hace falta es ganarlo. Volver a caer en errores aparentemente superados, insistir una y otra vez en volver a lo mismo, cuando en una materia tan delicada y tan importante como la educaci¨®n es imprescindible aunar teor¨ªa y pr¨¢ctica, llevar a cabo consultas y debates con quienes trabajan en ella a diario, en busca de unos resultados satisfactorios, con un minucioso seguimiento y flexibilidad sensible, razonada y experta a la hora de introducir cambios, que s¨®lo ser¨¢n eficaces si hay en ellos calma y reflexi¨®n, dejando a un lado improvisaciones y autoritarismo, buscando una leal y verdadera colaboraci¨®n con los silenciados protagonistas, que son todos los que ejercen la ense?anza; siempre injustamente tratados desde todos los ¨¢ngulos y merecedores de la mayor estima. Esta estima se lograr¨¢ no s¨®lo con el esfuerzo diario que llevan a cabo, sino tambi¨¦n a trav¨¦s de una adecuada formaci¨®n permanente, acompa?ada del est¨ªmulo y la confianza en su labor. Las leyes en educaci¨®n -buenas o malas- poco significan si la adaptaci¨®n y la aceptaci¨®n de quienes deben ponerlas en pr¨¢ctica no marchan acordes.
Voy a terminar con una conocida cita de Mar¨ªa de Maeztu, admiradora de Giner y muy influida por sus ideas en la labor educativa que realiz¨®: 'La letra con sangre entra..., pero con sangre del maestro'. Conf¨ªo en que la reflexi¨®n y la serenidad acaben imperando y que la influencia de Giner se convierta en realidad, porque en materia de educaci¨®n los retrocesos son siempre lamentables, y el tiempo perdido, dif¨ªcilmente recuperable.
Elvira Onta?¨®n es la presidenta de Antiguos Alumnos de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza.
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