El l¨ªder sindical Sergio Cofferati se convierte en la nueva voz de la izquierda italiana
Fini acusa a los participantes en la marcha de Roma de ser 'los verdaderos conservadores'
Nadie lo discute. Sergio Cofferati, de 54 a?os, ex empleado de la Pirelli y secretario general de la Confederaci¨®n General Italiana del Trabajo (CGIL), se ha convertido por derecho propio en el hombre de referencia de la izquierda italiana. El s¨¢bado, Cofferati logr¨® lo que ning¨²n l¨ªder de El Olivo desde los tiempos de Romano Prodi hab¨ªa vuelto a conseguir: reunir a todas las familias del centro-izquierda en una manifestaci¨®n.
La marcha pasar¨¢ a la historia por sus dimensiones y por el clima civilizado en el que se desarroll¨®. Ni siquiera el Gobierno de centro-derecha ha podido disputar este dato, aunque el n¨²mero dos del Ejecutivo, Gianfranco Fini, acus¨® ayer a los sindicalistas de ser 'los verdaderos conservadores', por su defensa del Estatuto de los Trabajadores, que data de 1970.
Las ramas desgajadas de la vieja coalici¨®n, la que llev¨® a la izquierda al Gobierno en 1996, se dieron cita el s¨¢bado en el Circo M¨¢ximo. Al pie del palco desde el que Cofferati sali¨® en defensa de los derechos de los trabajadores, y rechaz¨® con rotundidad el terrorismo, estaban Antonio di Pietro, hoy fuera de El Olivo, y Fausto Bertinotti, l¨ªder del Partido de Refundaci¨®n Comunista, que abandon¨® a Prodi en 1998 y que en las elecciones de 2001 se present¨® por libre. Estaban tambi¨¦n los intelectuales, como Nanni Moretti; art¨ªfices del movimiento ciudadano de 'sentadas' y 'corros', y los l¨ªderes oficiales de los Dem¨®cratas de Izquierda (DS), Piero Fassino y Massimo d'Alema, y el l¨ªder de El Olivo, Francesco Rutelli, que acaba de hacer realidad su sue?o de fundir en una sola sigla, la Margarita, cuatro partidos centristas. Estaban hasta los representantes del movimiento antiglobalizaci¨®n.
La imparable ascensi¨®n de Cofferati a la gu¨ªa de la izquierda no pilla de sorpresa al Gobierno de Silvio Berlusconi, que, repetidas veces, ha acusado al l¨ªder sindical de llevar adelante una protesta puramente pol¨ªtica contra el Ejecutivo. Pese a la determinaci¨®n mostrada por los ministros del Tesoro y de Comercio, Giulio Tremonti y Antonio Marzano, respectivamente, que ayer reiteraron las intenciones del Gobierno de llevar adelante la reforma laboral, el ministro de Trabajo, Roberto Maroni, ha citado de nuevo, el martes, a los sindicatos para intentar un acuerdo.
La autoridad de Cofferati procede de su posici¨®n de l¨ªder de un ej¨¦rcito de casi cinco millones y medio de afiliados de la CGIL. Mientras la izquierda pol¨ªtica se encuentra casi paralizada en el Parlamento por la mayor¨ªa absoluta de Berlusconi, Cofferati ha encontrado el flanco d¨¦bil del Gobierno: las reformas que tiene que llevar a cabo para no perder el apoyo de la patronal italiana y de sus electores. Cofferati, que en junio tendr¨¢ que abandonar la secretar¨ªa general del sindicato, ha negado siempre que cultive ambiciones pol¨ªticas. Pero, a la vista del entusiasmo con que fue acogido por los manifestantes, es dif¨ªcil creer que su verdadero prop¨®sito sea recuperar su antiguo empleo en Pirelli.
En realidad, el peso espec¨ªfico del Chino, como se le conoce familiarmente por la forma de los ojos y la l¨ªnea ortodoxa de sus posiciones pol¨ªticas, no ha dejado de crecer desde el Congreso de los Dem¨®cratas de Izquierda, celebrado en P¨¦saro en oto?o. All¨ª, la corriente que apoyaba, liderada por Giovanni Berlinguer, cay¨® derrotada por la l¨ªnea reformista de Piero Fassino, que obtuvo el 60% de los votos. Pero la elecci¨®n de militantes y delegados no parece en sinton¨ªa con la de una amplia masa de italianos de izquierdas. El siguiente desaf¨ªo de Cofferati ser¨¢ la huelga general que las tres grandes centrales sindicales piensan convocar en abril si el Gobierno no retira la reforma.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.