Los sindicatos italianos desaf¨ªan a Berlusconi con una huelga general para el 16 de abril
El Gobierno de centro-derecha acusa a las centrales sindicales de no querer dialogar
A los sindicatos que le reclamaban un desmentido claro y rotundo a prop¨®sito de las acusaciones de connivencia con el terrorismo, vertidas por dos ministros de su Gobierno, Silvio Berlusconi respondi¨® ayer con un dur¨ªsimo alegato que lleg¨® minutos despu¨¦s del anuncio de una huelga general convocada por las tres principales confederaciones sindicales italianas para el pr¨®ximo d¨ªa 16 de abril. 'El Gobierno est¨¢ abierto al di¨¢logo, pero no acepta vetos', dijo el primer ministro italiano, que acus¨® veladamente a los l¨ªderes obreros de no querer negociar.
Por su parte, el l¨ªder del sindicato CGIL, Sergio Cofferati, insisti¨® en que 'sin un desmentido oficial' del propio Berlusconi, 'el Gobierno ser¨¢ responsable de las graves acusaciones hechas por dos ministros y un secretario de Estado'.
Si los sindicatos han decidido desafiarle, el primer ministro italiano no est¨¢ dispuesto a dejarse amedrentar. Esa impresi¨®n dio ayer, cuando compareci¨® desafiante ante los periodistas, en su despacho oficial del Palazzo Chigi. Il Cavaliere advirti¨® de que la reforma, en la que trabaj¨® el asesor Marco Biagi, asesinado el pasado martes por las Brigadas Rojas, 'pasar¨¢ al Parlamento dentro de poco'.
'El Gobierno seguir¨¢ adelante con las reformas para modernizar Italia', dijo Berlusconi tal y como prometi¨® en la campa?a electoral, 'y tal y como nos pide Europa'.
Respecto a la huelga reci¨¦n anunciada, el primer ministro se limit¨® a comentar que 'ser¨¢ parcial y no general, porque en Italia hay 21,5 millones de trabajadores, m¨¢s de 12 est¨¢n en empresas artesanas y 4 millones son funcionarios; y los sindicatos tienen s¨®lo 5 millones de afiliados'.
'Concentraciones de masas'
Il Cavaliere reafirm¨® su objetivo de cambiar el pa¨ªs, sin dejarse intimidar 'ni por los disparos ni por las concentraciones de masas'. Tambi¨¦n rebati¨® incluso las cifras de la manifestaci¨®n del s¨¢bado, 'No hab¨ªa m¨¢s de 700.000 personas, y eso porque les hab¨ªan pagado el viaje, la comida y una entrada a los museos romanos', dijo Berlusconi. Adem¨¢s, pese a ser una marcha moderada, 'hab¨ªa pancartas en las que se alud¨ªa a mi muerte, lo cual demuestra falta de fair play', agreg¨®.
El primer ministro exhibi¨® los datos de una nueva encuesta que otorga el 55,1% del apoyo popular a la coalici¨®n de Gobierno, frente al 33,9% que obtiene El Olivo, subrayando adem¨¢s la ¨®ptima puntuaci¨®n que le dan a ¨¦l los electores, con un del 65,8%.
Todo apunta a que la l¨ªnea centrista de la Casa de las Libertades, representada parad¨®jicamente por el vicepresidente, Gianfranco Fini, l¨ªder del derechista Alianza Nacional, y por los ex democristianos del Biancofiore, Marco Follini y el ministro de Relaciones con la Uni¨®n Europea, Rocco Buttiglione, qued¨® totalmente derrotada ayer.
Los tres dirigentes hab¨ªan pedido a Il Cavaliere que interviniera para aclarar la posici¨®n del Ejecutivo, sin disimular su exasperaci¨®n por la dureza verbal de Bossi, que hab¨ªa declarado a los terroristas 'hijos de la protesta sindical'.
Sin embargo, la comida de trabajo en la sede del Gobierno de Berlusconi sirvi¨® para comprobar que el l¨ªder de la Liga Norte sintoniza mejor con el primer ministro de lo que piensan sus aliados moderados. El propio Silvio Berlusconi lleg¨® a calificar de 'payasos' a los intelectuales que hablan de que en Italia hay ahora 'un nuevo fascismo'.
Ni siquiera parecen haber causado especial efecto los llamamientos hechos por el presidente de la Rep¨²blica, Carlo Azeglio Ciampi, que nuevamente ayer insisti¨® en la necesidad de moderar los tonos del debate. 'El que gobierna debe respetar la dial¨¦ctica', dijo Ciampi, que pidi¨® unidad frente al terrorismo.
Palabras que no parecieron calar en el Ejecutivo. Bastaba escuchar a Il Cavaliere, que ayer rest¨® importancia a las declaraciones del n¨²mero tres del Gobierno -'Bossi no dijo lo que los sindicatos y la prensa le atribuyen'-, amonest¨® ligeramente a Antonio Martino, -'cada ministro debe limitarse a hablar de los temas que le conciernen'- y, en todo caso, asegur¨® que las declaraciones de un par de ministros no bastan para construir la l¨ªnea del Ejecutivo italiano.
A juicio de Il Cavaliere, el breve comunicado gubernamental del lunes, en el que se subrayaba la convicci¨®n del Ejecutivo de que no existe la menor vinculaci¨®n entre los sindicatos y los terroristas tendr¨ªa que haber cerrado el episodio.
No ha sido as¨ª. Ayer, el l¨ªder de la CGIL, Sergio Cofferati, insisti¨® en reclamar del primer ministro un desmentido en¨¦rgico a las afirmaciones de Bossi y Martino.
Mesa de negociaciones
Cofferati afirm¨® que esa puntualizaci¨®n es un requisito 'indispensable para que regresemos a la mesa de las negociaciones', al tiempo que la secretar¨ªa confederal calificaba de 'grav¨ªsimas las acusaciones de Berlusconi'. Tambi¨¦n pidieron 'aclaraciones' al primer ministro los l¨ªderes del sindicato CSIL, Savino Pezzotta, y de la UIL, Luigi Angeletti, que participaron junto a Cofferati en una conferencia de prensa.
La oposici¨®n de centro-izquierda reaccion¨® con estupor a las declaraciones de Berlusconi. 'Ha perdido la cabeza', dijo el l¨ªder de los socialistas, Enrico Boselli, mientras Piero Fassino, secretario general de los Dem¨®cratas de Izquierda (ex comunistas), consider¨® imposible el di¨¢logo social a la vista de la posici¨®n del primer ministro italiano.
El cicl¨®n Berlusconi dej¨® sin habla incluso a sus aliados moderados. Pese a los comentarios del d¨ªa anterior, el vicepresidente Fini pareci¨® aceptar las explicaciones de Il Cavaliere, mientras el centrista Follini se limit¨® a declarar: 'Las palabras que se dijeron ayer, no tienen validez hoy'.
Analistas pol¨ªticos moderados como Paolo Franchi, de Corriere della Sera, hab¨ªan criticado ayer las declaraciones de los ministros Martino y Bossi, hasta el punto de considerar el lunes como 'un d¨ªa negro' del Gobierno.
Mientras tanto, un aliado como el periodista Giuliano Ferrara, director de Il Foglio, lamentaba los errores del Ejecutivo que traen a la mente 'el fantasma de 1994', cuando la protesta sindical termin¨® por arrinconar al primer Gobierno de Berlusconi.
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El primer paro total en 20 a?os
El paro total anunciado ayer por las tres grandes confederaciones sindicales para el martes 16 de abril ser¨¢ la primera huelga general de ocho horas que se convoca en Italia en los ¨²ltimos 20 a?os.
Los motivos de la convocatoria, que amenaza con paralizar el pa¨ªs y que abre una brecha, si cabe m¨¢s grande que la que existe hoy, entre los sindicatos, el Gobierno y la patronal italiana, se refieren al art¨ªculo 18 del Estatuto de los Trabajadores de 1970, que el Gobierno ha decidido suspender en tres supuestos por un periodo de cuatro a?os.
Un empresario no estar¨¢ obligado a readmitir a un empleado despedido injustamente si su empresa ha superado al contratarle el umbral m¨ªnimo de 15 trabajadores, o si se trata de una empresa que trabajaba en negro y se ha decidido a emerger. Tampoco estar¨¢ en vigor el art¨ªculo 18 del Estatuto para aquellos trabajadores del sur del pa¨ªs que pasan de tener un contrato temporal a obtener uno indefinido.
El Ejecutivo ha redactado y aprobado una ley que delega en el propio Gabinete los detalles de la reforma del mercado de trabajo y del sistema de pensiones. En este ¨²ltimo caso, la ley prev¨¦ una reducci¨®n de la contribuci¨®n de las empresas a la Seguridad Social cuando contrate a j¨®venes.
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