Muerte misericordiosa
Morir en paz y con dignidad. As¨ª ha razonado, como suprema consideraci¨®n, el tribunal superior de Londres su fallo en favor de la mujer tetrapl¨¦jica que no quiere pasar el resto de su vida postrada en la cama. La juez Elizabeth Butler-Sloss proclama que esta mujer de 43 a?os, conocida como Miss B para preservar su intimidad, tiene derecho a que se respete su petici¨®n de morir. En pleno uso de sus facultades, la paciente solicit¨® a la justicia ese derecho, que le negaban los m¨¦dicos, y que se le retire la respiraci¨®n asistida, que impide o retrasa su muerte natural.
El caso de Miss B recuerda al del tetrapl¨¦jico espa?ol Ram¨®n Sampedro, que, tras cinco a?os de procesos, tuvo que recurrir a un suicidio asistido en 1998 para terminar con su vida. En ambas situaciones se aprecia un vac¨ªo legal o, m¨¢s bien, la reticencia de los m¨¦dicos a interpretar la legislaci¨®n en su vertiente m¨¢s favorable a los enfermos. Estamos, por tanto, ante una resoluci¨®n judicial piadosa, pero, sobre todo, justa.
La proclamaci¨®n constitucional de que la dignidad de la persona es intocable alcanza tambi¨¦n a su derecho a morir con decoro, sin riesgo del enfermo a ser sometido a tratamientos encarnizados, humillantes o insoportables. La legislaci¨®n brit¨¢nica ampara ese derecho, pero tambi¨¦n otras muchas, incluida la espa?ola, sin necesidad de acudir a la palabra eutanasia, todav¨ªa tan pol¨¦mica. La Ley General de Sanidad, de 1986, contempla el derecho de los enfermos a decidir sobre el tratamiento que se les proponga, incluido su rechazo total, una vez informados de las alternativas. Algunas leyes auton¨®micas han desarrollado ese principio para que el paciente pueda decidir anticipadamente, mediante un documento que se ha dado en llamar testamento vital. Lo que se discute, a juzgar por algunas voces escuchadas ahora, es si ese derecho se toma en serio o s¨®lo en inter¨¦s de parte.
El derecho a la vida no debe ser la imposici¨®n de la vida a toda costa. La misericordia tambi¨¦n debe alcanzar a quienes quieren una muerte con dignidad y se ven abocados, sin remedio, a todo lo contrario. Miss B no pide la eutanasia, aunque tendr¨ªa derecho, seg¨²n opini¨®n de una inmensa mayor¨ªa de los ciudadanos en encuestas recientes. Lo que reclama la enferma brit¨¢nica, y la justicia le ha concedido, es que se le retire el tratamiento a que est¨¢ sometida.
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