La cotizaci¨®n del yen y sus efectos sobre el sureste asi¨¢tico
Durante el ¨²ltimo semestre, la cotizaci¨®n del yen contra el d¨®lar ha registrado una significativa depreciaci¨®n (un 13% hasta el pasado 27 de febrero), aunque tras esa fecha hemos asistido a un ligero repunte de su cotizaci¨®n (el 8 de marzo se alcanzaba el nivel de apreciaci¨®n m¨¢xima del mismo, un 5%). La mencionada depreciaci¨®n ha sido objeto de m¨²ltiples valoraciones en la prensa internacional, entre la que cabe destacar quiz¨¢ como la m¨¢s frecuente que la depreciaci¨®n del yen responde a una iniciativa del Gobierno japon¨¦s, ante la casi nula eficacia de las pol¨ªticas fiscal y monetaria, para estimular su econom¨ªa. Dicho est¨ªmulo provendr¨ªa del crecimiento de las exportaciones japonesas, lo que se producir¨ªa a costa de las de sus vecinos asi¨¢ticos, por lo que ¨¦stos podr¨ªan reaccionar con devaluaciones (o depreciaciones) competitivas, que podr¨ªan acabar desestabilizando econ¨®mica y financieramente la regi¨®n. En este mismo peri¨®dico se dec¨ªa recientemente que 'la depreciaci¨®n del yen japon¨¦s con respecto al d¨®lar amenaza con desestabilizar las econom¨ªas asi¨¢ticas' o 'el excesivo abaratamiento de las exportaciones japonesas puede forzar al resto de las econom¨ªas asi¨¢ticas a devaluar para mantener la competitividad'. El objeto de este art¨ªculo es precisamente discutir la argumentaci¨®n expuesta anteriormente, especialmente en lo que concierne a los efectos de la depreciaci¨®n del yen sobre los pa¨ªses vecinos.
La internacionalizaci¨®n de la econom¨ªa japonesa es el principal obst¨¢culo para una depreciaci¨®n significativa del yen
La gran mayor¨ªa de los pa¨ªses asi¨¢ticos no tiene exportaciones que compitan directamente con las japonesas
Dado el objeto propuesto de este art¨ªculo, no vamos a detenernos a analizar las posibles causas de la citada depreciaci¨®n del yen -ni de la posterior apreciaci¨®n-. Tampoco vamos a comentar por qu¨¦ el Gobierno japon¨¦s ha podido ver con buenos ojos la depreciaci¨®n de su moneda.
En primer lugar, vamos a recordar un hecho que a veces se olvida. Las empresas japonesas han aumentado significativamente sus inversiones en Asia (m¨¢s de nueve billones de yenes en la ¨²ltima d¨¦cada). Esto ha supuesto, por un lado, que productos finales que antes se exportaban desde Jap¨®n, ahora incluso se importan por Jap¨®n desde alg¨²n pa¨ªs asi¨¢tico. Por otro lado, la figura de la empresa japonesa cuyo proceso de producci¨®n se desarrolla integralmente en Jap¨®n tambi¨¦n se est¨¢ modificando y ya es muy frecuente que una empresa realice buena parte de su proceso de producci¨®n en un pa¨ªs asi¨¢tico y acabe ensamblando el producto final en Jap¨®n. Esta tendencia se observa especialmente en sectores tales como tecnolog¨ªas de la informaci¨®n, maquinaria audiovisual y de telecomunicaciones y automoci¨®n. Como consecuencia, el tradicional super¨¢vit japon¨¦s se est¨¢ reduciendo dr¨¢sticamente, como prueba que el mencionado super¨¢vit en el a?o 2001 ha sido el m¨¢s bajo desde 1983, a pesar de la depreciaci¨®n del yen.
Siguiendo a la OCDE, en su ¨²ltimo informe sobre Jap¨®n: 'Buena parte de esta inversi¨®n japonesa (en Asia) se ha dirigido a producir bienes para su exportaci¨®n a Jap¨®n, mientras que sus plantas en Norteam¨¦rica y Europa se dedican m¨¢s al abastecimiento de mercados extranjeros, por lo que las importaciones desde las filiales asi¨¢ticas de empresas japonesas representan una proporci¨®n creciente de las importaciones totales desde Asia'. Aunque este proceso ha sido muy importante en los ¨²ltimos a?os, la industria manufacturera japonesa produce fuera de Jap¨®n una proporci¨®n que es s¨®lo la mitad de la registrada en los casos de empresas EE UU o Alemania. Esto quiere decir que este proceso de deslocalizaci¨®n continuar¨¢ previsiblemente en los ¨²ltimos a?os.
Esta deslocalizaci¨®n empresarial implica que la depreciaci¨®n del yen puede llegar a tener un efecto perverso sobre las empresas japonesas. Algunos analistas defienden que si el yen sobrepasa la barrera de 150 (yenes por d¨®lar), la mayor¨ªa de las compa?¨ªas de tecnolog¨ªas de la informaci¨®n soportar¨ªan fuertes p¨¦rdidas por el aumento del coste de los componentes importados (b¨¢sicamente, desde sus filiales en pa¨ªses asi¨¢ticos).
Adem¨¢s de tener un efecto global incierto sobre la balanza comercial, la depreciaci¨®n del yen act¨²a lentamente sobre los flujos comerciales. Tokyo-Mitsubishi Securities ha comprobado que la balanza comercial japonesa tarda entre un a?o y dos a?os y medio en verse afectada tras un cambio de tendencia en la evoluci¨®n del tipo de cambio entre el yen y el d¨®lar, por lo que la depreciaci¨®n iniciada a fines de 2001 probablemente no se ver¨ªa plenamente reflejada en la balanza comercial hasta, como pronto, finales de este a?o.
Otro aspecto importante de la depreciaci¨®n del yen, este s¨ª a corto plazo, es su efecto negativo sobre la inversi¨®n extranjera en Jap¨®n, especialmente la inversi¨®n en cartera, lo que provocar¨ªa una ca¨ªda de precios en bonos y acciones. Esta triple depreciaci¨®n (en los mercados de divisas, bonos y acciones), en el contexto recesivo en el que se mueve actualmente la econom¨ªa japonesa y con un sistema financiero muy debilitado, podr¨ªa provocar un agravamiento muy serio de la crisis econ¨®mica.
Creemos, por tanto, que es claro que la depreciaci¨®n del yen tiene efectos contradictorios y que el Gobierno japon¨¦s ser¨ªa el primero en actuar si supera ciertos niveles (entre 140 y 150 yenes el d¨®lar), es decir, hay l¨ªmites 'internos' a la depreciaci¨®n del yen.
A pesar de todo lo expuesto anteriormente, supongamos que la actual depreciaci¨®n del yen aumentara ligeramente. ?Qu¨¦ efectos podr¨ªa tener sobre los pa¨ªses asi¨¢ticos?
Comenzando con las cuestiones cambiarias, hay que se?alar que, con respecto a 1997-1998, hay una variaci¨®n fundamental en toda la regi¨®n: la norma, hoy en d¨ªa, son tipos de cambio flexibles (a excepci¨®n de China y Malasia). Esto hace m¨¢s improbable una crisis financiera como la registrada hace cuatro a?os. Adem¨¢s, la mayor parte de las monedas asi¨¢ticas han ganado competitividad con respecto al yen desde la ¨²ltima crisis financiera. Por otra parte, en el marco de ASEAN+3 (China, Corea del Sur y Jap¨®n) se han firmado varios acuerdos de cooperaci¨®n monetaria bilaterales con el objetivo de disminuir el riesgo de crisis financiera en la regi¨®n. Volviendo al comienzo de este art¨ªculo, recordamos que con mucha frecuencia se justifica un movimiento de devaluaciones / depreciaciones competitivas en Asia, como respuesta a la depreciaci¨®n del yen, por la necesidad de 'recuperar mercados' que con un yen m¨¢s barato pasan a dominar las empresas japonesas. Creemos que esta l¨ªnea argumental descansa sobre el siguiente supuesto: las exportaciones japonesas compiten con las de los pa¨ªses de ASEAN y China, tanto en esos pa¨ªses como en terceros mercados.
Entre otros autores, C. H. Kwang (Nomura Asia & Global Focus, n¨²mero 1, 2002) ha puesto de manifiesto recientemente que dicho punto de partida es incorrecto para el grueso de los pa¨ªses del ¨¢rea. Dicho autor demuestra que los ¨ªndices de especializaci¨®n sectorial de Jap¨®n son justamente inversos a los de China, Indonesia, Tailandia, Malasia o Filipinas. La conclusi¨®n es parecida con otros indicadores, por ejemplo, el ¨ªndice de sofisticaci¨®n de los productos exportados por Jap¨®n muestra que son productos de alta y, en menor medida, de media tecnolog¨ªa, es decir, justo lo contrario que los exportados por China y los pa¨ªses citados. Si nos centramos en las exportaciones de Jap¨®n y China a EE UU, aparentemente s¨®lo un 20% de las ventas de esos pa¨ªses compiten entre ellos, pero ese porcentaje es, seg¨²n C. H. Kwang, realmente menor (sobre un 10%), ya que la especializaci¨®n japonesa en un mismo producto (por ejemplo, televisiones) es muy diferente a la que tiene China.
Hay otros factores en favor del mantenimiento de la relativa estabilidad cambiaria de que disfruta la zona (aunque se mantenga el yen en sus niveles actuales o se deprecie incluso algo m¨¢s). Entre ellos cabe destacar la necesidad de atraer importantes flujos de inversi¨®n extranjera. China es el paradigma de este comportamiento 'virtuoso' al mantener un tipo de cambio anclado al d¨®lar.
Para comprobar que la realidad es m¨¢s compleja de lo que parece, cabe citar tambi¨¦n que algunos de estos pa¨ªses, como Tailandia, Indonesia y Filipinas, tienen una alta proporci¨®n de su deuda externa denominada en yenes, por lo que se ven favorecidos por una depreciaci¨®n del yen.
Podemos concluir, por tanto, que:
- La creciente internacionalizaci¨®n de la econom¨ªa japonesa es el principal obst¨¢culo o l¨ªmite a una depreciaci¨®n significativa del yen.
- Las econom¨ªas de los pa¨ªses del sureste asi¨¢tico est¨¢n mejor preparadas que hace cuatro a?os, desde el punto de vista cambiario, para soportar una depreciaci¨®n del yen.
- La gran mayor¨ªa de los pa¨ªses asi¨¢ticos no tienen exportaciones que compitan directamente con las japonesas ni en esos pa¨ªses ni en terceros mercados. Por tanto, no cabe argumentar que las monedas asi¨¢ticas deban depreciarse o devaluarse para recuperar los mercados perdidos por la depreciaci¨®n del yen.
Dado que Jap¨®n es uno de los principales clientes de los pa¨ªses asi¨¢ticos (alrededor de un 40% de las importaciones japonesas proceden de esa regi¨®n), una recuperaci¨®n econ¨®mica en Jap¨®n ser¨ªa la mejor noticia para los pa¨ªses de la regi¨®n, tal y como ha ocurrido en el pasado reciente, incluso si dicha recuperaci¨®n se debiera a una depreciaci¨®n del yen, de magnitud parecida o ligeramente superior a la registrada en el ¨²ltimo semestre.
Antonio Carrascosa y Rafael Mu?oz son, respectivamente, consejero comercial y economista de la Oficina Econ¨®mica y Comercial de la Embajada de Espa?a en Tokio.
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