Un t¨®pico precioso
La ma?ana del domingo de Resurrecci¨®n se levanta el sevillano con un cuerpo especial. A¨²n no recuperado de la dura Semana Santa y con una hora menos de sue?o, abre los ojos y comprueba que ha nacido un d¨ªa espl¨¦ndido. El d¨ªa se pasa volando. ?Ni?a, ponte guapa que vamos a ver un corrid¨®n! La tarde est¨¢ entrada en calor; es primavera pura, con un penetrante olor a azahar que envuelve los sentidos. El sevillano, trajeado de los pies a la cabeza, engominado y repeinado, lleva del brazo a una mujer guapa que luce sus mejores galas.
La Maestranza est¨¢ de dulce: limpia, reci¨¦n blanqueada, preciosa, como siempre. Los alrededores, de bote en bote; la reventa, por las nubes, y los famosos por doquier. Apreturas. A duras penas, llega el sevillano a su localidad. Abrazos y saludos a los vecinos con los que cada primavera comparte este momento de gloria. La Maestranza parece iluminada. ?Qu¨¦ belleza! ?Qu¨¦ esplendor! S¨®lo por estar aqu¨ª merecen la pena los 106 euros que nos han costado las entradas. ?Y eso cu¨¢nto es, mi vida? A ti qu¨¦ m¨¢s te da, rel¨¢jate y disfruta.
Torrealta / Ojeda, Tom¨¢s, El Juli
Toros de Torrealta (el 5?, devuelto por inv¨¢lido), desiguales de presentaci¨®n; inv¨¢lidos 1?, 2?, 5? y 6?; bronco el 4? y encastado el 3?. Paco Ojeda: estocada desprendida (palmas); cuatro pinchazos y media baja (silencio). Jos¨¦ Tom¨¢s: casi entera (palmas); estocada ca¨ªda y tendida (silencio). El Juli: estocada trasera y dos descabellos (ovaci¨®n); estocada trasera (palmas). Plaza de la Maestranza, 31 de marzo. 1? corrida de abono. Lleno. Asistieron los duques de Lugo.
Y el cartel es un cartelazo. Vuelve Paco Ojeda, un aut¨¦ntico revolucionario que hizo vivir tardes gloriosas a la afici¨®n sevillana, y, nada m¨¢s y nada menos, que Jos¨¦ Tom¨¢s y El Juli, dos colosos del toreo actual que se ven las caras en Sevilla en un duelo al sol que no tiene parang¨®n. No se ha hablado de otra cosa en la ciudad durante todo el d¨ªa, y los aficionados hacen c¨¢balas sobre qui¨¦n abrir¨¢ este a?o la Puerta del Pr¨ªncipe. No en vano la rivalidad es total, pues se disputan el cetro del toreo en tarde de m¨¢xima expectaci¨®n.
A gorrazos
?ste es el precioso t¨®pico que hace de Sevilla una ciudad ¨²nica e irrepetible. La realidad, por desgracia, es muy distinta. Vamos, que la corrida result¨® un tostonazo: el d¨ªa, muy bello, pero caluroso; la Maestranza, reluciente, pero inc¨®moda; la se?ora, muy guapa, pero pesada con tanto agobio por el calor y el aburrimiento; los toros, para el matadero, y los toreros, ay los toreros, para que los corran a gorrazos.
De revoluci¨®n, nada. La revoluci¨®n la protagoniz¨® en su d¨ªa y la disfrutamos todos, pero los a?os no pasan en balde. Y de rivalidad, ni un ¨¢pice. Todo parece un cuento que se han montado para mantener la atenci¨®n. Tom¨¢s y El Juli se comportaron como dos figuras de papel cuch¨¦, pegados a la comodidad e imbuidos de des¨¢nimo.
Los toros tan deseados de Torrealta fracasaron, pero volver¨¢n. Inv¨¢lidos la mayor¨ªa, sin movilidad y sosos, pero sin intenci¨®n de comerse a nadie. No ayudaron, pero tampoco molestaron. Muy blando fue el primero de Ojeda y el torero quiso agradar, como es l¨®gico, pero el toro se aburri¨® y se ech¨® en la arena. ?spero y de media arrancada el otro, y el torero no se fi¨® ni un pelo. Arranc¨® tres buenos naturales y dej¨® patente que ya no es el de antes. Guarda las formas, pero ni los toros le permitieron su toreo de anta?o, ni ¨¦l tiene las facultades y las necesidades de entonces. Y Paco Ojeda, ya se sabe, emociona con el toreo de par¨®n que le hizo figura y que ayer brill¨® solo en la memoria de los buenos aficionados.
Tom¨¢s y El Juli se justificaron con quites por chicuelinas y aburrieron a las moscas. El primero adopt¨® posturas aflamencadas ante un moribundo que le apret¨® de salida y no le permiti¨® el lucimiento con el capote. El p¨²blico estaba con ¨¦l, era evidente, pero el torero no fue capaz de calentar el ambiente. Un pase aqu¨ª y otro all¨¢, muy seria la planta, pero nada m¨¢s. Desisti¨® pronto por la aspereza del quinto, un sobrero grandull¨®n, con la cara alta, que le plante¨® dificultades y el diestro dijo que los toros dif¨ªciles, para otro. Hasta el animal se aburri¨® y se raj¨®.
El Juli banderille¨® con fortaleza y desigual fortuna a sus dos toros. Quiz¨¢ fue lo mejor de su actuaci¨®n. De hecho, se encontr¨® con el ¨²nico toro con gotas de casta y de genio, tambi¨¦n, el tercero, y le realiz¨® una faena atropellada, superficial, sin temple ni ligaz¨®n. La verdad es que se comport¨® como un torero vulgar, un pegapases atolondrado. Y en el sexto, que era soso y blando, intent¨® justificar, sin ¨¦xito, lo que ya no ten¨ªa justificaci¨®n.
Ni revoluci¨®n ni duelo en la cumbre. Esto es lo que hay: toros inv¨¢lidos para toreros sin recursos y aburridos. As¨ª, la sevillana guapa no pudo reprimirse camino de casa: ?Cu¨¢nto dices que son 106 euros? Anda que t¨² tambi¨¦n, con la guasa... Pues, ?no has disfrutado?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.