Ferr¨¢n y Otero crean en 'Morar' un espacio de silencio y di¨¢logos sobre la existencia
Los dos artistas presentan en Pamplona una instalaci¨®n de esculturas, fotos y videocreaci¨®n
Los artistas Leopoldo Ferr¨¢n y Agustina Otero han creado en Morar, la instalaci¨®n que han creado para la galer¨ªa pamplonesa Mois¨¦s P¨¦rez de Alb¨¦niz, un espacio de silencio en el que sus esculturas establecen un di¨¢logo mutuo sobre los movimientos c¨ªclicos en que se desenvuelve la existencia humana.
Coherentes con su trayectoria profesional, Ferr¨¢n (Ir¨²n, 1963) y Otero (San Adri¨¢n del Valle, Le¨®n, 1960) conciben la sala pamplonesa (Larrabide, 21) como 'un espacio habitado por preguntas' en el que la 'intervenci¨®n' pl¨¢stica modula respuestas y plantea nuevos interrogantes al espectador.
Un conjunto de esculturas y fotograf¨ªas y una videoproyecci¨®n plantean en Morar una reflexi¨®n art¨ªstica sobre los ciclos de la vida. 'El habitar es un permanente movimiento en una rampa helicoidal que avanza siempre sobre s¨ª misma', indican los creadores, quienes desde 1994 trabajan conjuntamente unas instalaciones que se montan para espacios concretos y desaparecen despu¨¦s, ajenas a la itinerancia cl¨¢sica de la obra art¨ªstica. 'La perdurabilidad de la obra est¨¢ relacionado con el ego, pero nosotros no trabajamos en esa geograf¨ªa', apunta Ferr¨¢n.
La praxis entendida como 'la eficacia del taller' hace que materiales b¨¢sicos como la madera o el hierro se combinen con otros m¨¢s espec¨ªficos, como el hilo de cobre, en peculiares esculturas en las que el dinamismo inherente a la fragilidad de la composici¨®n evidencia lo ef¨ªmero del momento. Arropados en iconos del mobiliario constructivo (colchones a la deriva, puertas inutilizadas, ventanas enrejadas de imposible acceso...), Ferr¨¢n y Otero construyen la apariencia de ese instante en el que las cosas van a caer, a romperse, 'el instante en el que se hace el silencio', subraya ella.
El giro de la piedra
Ambos creadores, que trabajan a caballo entre Ituren y Par¨ªs, recalan en Pamplona con su ¨²ltima creaci¨®n hasta el 10 de mayo tras haber expuesto sus instalaciones en la ¨²ltima edici¨®n de la feria Arco, la Bienal de Ginebra y el Museo Zuloaga de Segovia y haber presentado una antol¨®gica de su obra en Valladolid en la primavera de 2001. Su trabajo se ha expuesto en los ¨²ltimos a?os en el Guggenheim de Bilbao (dentro de la muestra La torre herida por el rayo), la Fundaci¨®n Joan Mir¨® de Barcelona y Florencia o Par¨ªs, entre otras capitales.
Morar explora tambi¨¦n la videocreaci¨®n. A lo largo de siete minutos, una imagen con m¨²ltiples puntos de enfoque recoge la evoluci¨®n de la piedra cil¨ªndrica de cien kilos sobre los hombros del harrijasotzaile guipuzcoano Ostolaza. La c¨¢mara de Esteban Mel¨®n y la m¨²sica del joven Bryan acotan la evoluci¨®n cuasi m¨ªstica del giro alrededor del hombre como reto y conquista del vivir. 'No planteamos una espiral sin salida, sino una intuici¨®n de lo c¨ªclico como desconocimiento certero de las salidas, que existen', subrayan.
Ambos artistas reivindican en Morar una investigaci¨®n pl¨¢stica que combata el arte inm¨®vil, muerto 'que consiste en hacer siempre lo mismo sin averiguar la existencia de m¨¢s caminos'.
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