La infertilidad, en la sala de espera
Las demoras para acceder a t¨¦cnicas de fertilizaci¨®n en los centros p¨²blicos llegan a los ocho a?os
La infertilidad afecta a un 17% de las parejas -la estad¨ªstica no incluye a las uniones de hecho- y en un 15% de los casos existe la posibilidad de reproducci¨®n gracias a alg¨²n tratamiento de fertilizaci¨®n. En Espa?a, unas 150.000 nuevas parejas solicitan cada a?o someterse a alguna de las t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida, seg¨²n cifras de la Asociaci¨®n Nacional Para los Problemas de Infertilidad (Asproin).
Las relaciones sexuales cada vez m¨¢s promiscuas entre los j¨®venes, la p¨¦rdida de la calidad del esperma de los hombres o el progresivo retraso de la maternidad son algunos de los factores que favorecen la aparici¨®n de problemas de fertilidad y que aumentan, en consecuencia, la demanda de tratamientos de fecundaci¨®n.
Cada a?o que pasa se reducen las posibilidades de embarazo mediante reproducci¨®n asistida
La solicitud suele hacerse en primera instancia en la sanidad p¨²blica, pero la mayor¨ªa de parejas no pueden permitirse aguardar entre dos y ocho a?os para ser diagnosticadas y sometidas al tratamiento recomendado. 'Las parejas retrasan cada vez m¨¢s la maternidad y cuando se deciden a tener hijos y descubren que tienen problemas para tener descendencia, ya suelen superar los 35 a?os', explica Encarnaci¨®n Luz¨®n, presidenta de la asociaci¨®n Asproin. Entonces el tiempo apremia. Cada a?o que pasa se reducen las probabilidades de conseguir un embarazo a trav¨¦s de una t¨¦cnica de reproducci¨®n asistida, y a partir de los 40, la Seguridad Social ya no costea el tratamiento. La opci¨®n es, pues, acudir a un centro privado, aunque no siempre la disponibilidad econ¨®mica lo permite. Un tratamiento de Fecundaci¨®n In Vitro (FIV), la t¨¦cnica m¨¢s utilizada, puede llegar a costar alrededor de unos 6.000 euros (un mill¨®n de pesetas), ya que normalmente un solo intento no basta y hay que repetirlo una o dos veces.
Muchas de las parejas que no pueden recurrir a la sanidad privada se quedan por el camino. Desisten y entonces es cuando se origina una desigualdad social que han denunciado no s¨®lo las asociaciones de defensa y asesoramiento de parejas est¨¦riles, como Asproin, sino tambi¨¦n los propios profesionales.
El doctor Luis Cabero, presidente de la Sociedad Espa?ola de Ginecolog¨ªa y Obstetricia (SEGO) y jefe del servicio de ginecolog¨ªa del hospital de Vall d'Hebron de Barcelona, considera que la sanidad 'tiene unas obligaciones sociales que no se atienden lo suficiente'. 'Los responsables de la Sanidad han tenido otras prioridades, m¨¢s hospitalarias que sociales, de modo que el tratamiento de la infertilidad ha quedado desatendido'. El resultado salta a la vista: en Vall d'Hebron, el ¨²nico hospital p¨²blico de Catalu?a donde se practican estas t¨¦cnicas con cobertura de la Seguridad Social -adem¨¢s de dos centros concertados: el hospital de Sant Pau y el Cl¨ªnico-, las listas de espera para una fecundaci¨®n in vitro alcanzan los ocho a?os. Una situaci¨®n que Cabero califica de 'dram¨¢tica'. Catalu?a, seg¨²n el presidente de la SEGO, es una de las comunidades donde las listas de espera son m¨¢s largas, pero existen autonom¨ªas que est¨¢n peor, ya que no disponen de oferta hospitalaria p¨²blica para t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida. Pa¨ªs Vasco, Navarra, Valencia y Madrid son, seg¨²n Cabero, las comunidades que gozan de una mejor situaci¨®n, pues la espera no suele sobrepasar los dos a?os.
Cabero asegura que ser¨ªa necesaria una 'inversi¨®n muy importante' para adaptar la oferta p¨²blica a la creciente demanda de estos tratamientos. 'M¨¢s cuando el fomento de la natalidad es un objetivo del Gobierno', agrega.
La presidenta de la Asproin considera adem¨¢s que los centros p¨²blicos necesitan m¨¢s recursos para modernizar su tecnolog¨ªa para equipararla con la de las cl¨ªnicas privadas, en las que 'se logran tasas de embarazo m¨¢s elevadas'.
Luz¨®n recuerda que a finales del a?o pasado el Congreso de los Diputados acord¨® instar al Gobierno a tomar las medidas necesarias para ofrecer una mayor cobertura de la Seguridad Social al diagn¨®stico y tratamiento de la infertilidad con el objetivo de aliviar las listas de espera. 'El Consejo Interterritorial debe reunirse para establecer un sistema de priorizaci¨®n y valoraci¨®n de los pacientes, pero todav¨ªa no se ha dado ning¨²n paso', lamenta Luz¨®n.
En Catalu?a, todos los grupos del Parlamento acordaron recientemente instar al Gobierno de la Generalitat a incrementar los conciertos con los hospitales para la pr¨¢ctica de tratamientos de reproducci¨®n asistida.
La inducci¨®n a la ovulaci¨®n por medio de f¨¢rmacos es la t¨¦cnica m¨¢s sencilla y el primer paso que suelen recomendar los m¨¦dicos a las parejas con dificultades para lograr un embarazo. Se trata de un procedimiento con pocas probabilidades de ¨¦xito (un 10%), por lo que muchas parejas tienen que recurrir a la inseminaci¨®n artificial, que consiste en inyectar espermatozoides seleccionados y aislados del semen en el ¨²tero de la mujer. La tasa de embarazos por cada intento es del un 15%.
En los casos en que las anteriores t¨¦cnicas hayan fracasado, la alternativa es la fecundaci¨®n in vitro: se extraen varios ¨®vulos y se fecundan de forma artificial en el laboratorio con esperma, y posteriormente se transfieren al ¨²tero los embriones ya formados. Las probabilidades de ¨¦xito son mayores, ya que llegan al 25% en cada intento, aunque esta tasa disminuye progresivamente con la edad y cae en picado a partir de los 45 a?os.
'Una enfermedad que tiene curaci¨®n'
La infertilidad no tiene cabida en la medicina de la satisfacci¨®n, sino que es una enfermedad que tiene curaci¨®n y que debe abordarse en el ¨¢mbito del derecho a la protecci¨®n de la salud'. As¨ª lo considera el s¨ªndic de greuges (el defensor del pueblo catal¨¢n), Anton Ca?ellas, en su ¨²ltimo informe que ha entregado recientemente al presidente del Parlamento catal¨¢n. Ca?ellas asegura que de la ley reguladora de las t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida y del informe previo del Congreso de los Diputados de 1987 se desprende que la infertilidad es un problema de salud y que todas las personas que lo padezcan 'tienen derecho a la correspondiente terapia o tratamiento, como lo prev¨¦ el cat¨¢logo de prestaciones (de la Seguridad Social), con todos los medios y t¨¦cnicas de que dispone actualmente la ciencia dentro de una concepci¨®n integral de la salud'. El defensor del pueblo catal¨¢n a?ade en su informe que los poderes p¨²blicos est¨¢n obligados a orientar sus pol¨ªticas sanitarias corrigiendo las desigualdades. Por ello, insta a la Generalitat a tomar las medidas necesarias para 'garantizar la equidad en el acceso a las t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida' y a elaborar un plan de choque para reducir las listas de espera en este ¨¢mbito de la sanidad p¨²blica. El director del ?rea de Servicios y Calidad del Servicio Catal¨¢n de la Salud (SCS), Oriol Morera, admite que las demoras para someterse a un tratamiento de fertilizaci¨®n en la sanidad p¨²blica catalana 'van m¨¢s all¨¢ de lo deseable'. Morera asegura, sin embargo, que son esperas de entre dos y cuatro a?os, y en ning¨²n caso de ocho, como afirma el jefe del servicio de ginecolog¨ªa y obstetricia del hospital de Vall d'Hebron de Barcelona, Luis Cabero. La Generalitat no ha hecho o¨ªdos sordos a la petici¨®n del s¨ªndic. Morera asegura que el Departamento de Sanidad elaborar¨¢ un plan de choque para acortar las listas de espera cuando disponga de las 'cifras reales' de la demanda, que actualmente son de unas unas 1.500 mujeres. 'Sabemos que muchas mujeres se apuntan en m¨¢s de una lista de espera y por ello estamos elaborando un registro ¨²nico y nominal', explica. Mientras el plan de choque no est¨¦ listo, la Generalitat ha optado por adoptar soluciones 'temporales', que pretenden 'ofrecer una soluci¨®n a aquellas parejas a las que la sanidad p¨²blica no ha podido dar respuesta'. Con este fin el a?o pasado la Generalitat empez¨® a pagar, en el marco de un plan piloto que finalizar¨¢ este verano, parte del coste del tratamiento de fecundaci¨®n in vitro a mujeres que optaron voluntariamente por acudir a centros privados despu¨¦s de aguardar durante a?os su turno en la sanidad p¨²blica sin que fueran atendidas. En total se acogieron a esta medida 800 mujeres, a las que el Gobierno catal¨¢n sufrag¨® la parte m¨¢s costosa del tratamiento: la farmacol¨®gica. La medicaci¨®n puede costar hasta 1.800 euros (unas 300.000 pesetas) por cada ciclo (intento de embarazo) y hay que tener en cuenta que en la mayor¨ªa de los casos hay que repetir una o m¨¢s veces la operaci¨®n. Al margen de esta medida, la Generalitat ha ampliado para este a?o en un 30% el n¨²mero de ciclos que ofrecer¨¢ con cobertura de la sanidad p¨²blica, que el a?o pasado fue de 600 en los centros autorizados.
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