El Madrid traiciona su propia ley

En poder del cuerpo t¨¦cnico del Madrid obraba desde hace semanas una estad¨ªstica tan obvia como inquietante: los n¨²meros revelaban que la posesi¨®n del bal¨®n resultaba imprescindible para que el equipo ganara los partidos. Esta m¨¢xima se olvid¨® en M¨²nich con consecuencias que fueron graves y pudieron ser desastrosas. El Madrid cedi¨® el bal¨®n, perdi¨® el partido (2-1) y se salv¨® de la goleada.

Seg¨²n una base de datos especial, que analizan los preparadores madridistas en la Ciudad Deportiva, cualquier alteraci¨®n en el proceso de pelota pone en peligro el resultado. Desde mediados de esta temporada los t¨¦cnicos advierten que el Madrid necesita dar muchos pases buenos y tener el bal¨®n en una proporci¨®n bastante mayor que el rival para sacar los partidos adelante. Si los jugadores pierden la pelota, se arrugan. Si no atacan siempre, no saben matar los encuentros. De ah¨ª la ley: una norma t¨¢cita en el banquillo de Chamart¨ªn, que hasta hace poco dictaba que hab¨ªa que tener el bal¨®n de forma imperativa para acomodarse al estilo natural que ha mostrado el Madrid este a?o, convertido en el equipo que m¨¢s tiempo ha tenido la posesi¨®n del bal¨®n en lo que va de Liga de Campeones, con 34,80 minutos de media por encuentro hasta los cuartos de final.

En el campeonato espa?ol se repite el perfil, y el Madrid encabeza la tabla de posesi¨®n con 32,84 minutos de media por choque. Tambi¨¦n es el equipo que m¨¢s pases da por partido en Espa?a (544 de media), y es el que mejor los ejecuta (80 pases correctos de media por encuentro).

De todo esto se olvid¨® el Madrid en M¨²nich y no fue la primera vez. Contra el Oporto inaugur¨® esta estrategia y le sali¨® bien. En Das Antas, el Madrid tuvo menos el bal¨®n que los portugueses, y gan¨® el partido (1-2). Lo repiti¨® el martes por segunda vez y perdi¨® el control. En el estadio Ol¨ªmpico el Madrid tuvo el bal¨®n durante el 44 % del tiempo de juego en el primer tiempo, y durante el 49 % en el segundo. Adem¨¢s, dio 329 pases buenos por 341 del Bayern.

La decisi¨®n de Del Bosque de tapar las subidas de Sagnol y Lizarazu, y la consecuente inclusi¨®n de Geremi como centrocampista, fue una manera de renunciar a tener la pelota en favor de un planteamiento m¨¢s defensivo. Al cambiar a Geremi por Guti o Morientes, Del Bosque opt¨® por un futbolista menos apto para el pase, un hombre que junto a Makelele, sab¨ªa defender, pero no administrar el bal¨®n como otros compa?eros. El gol del propio Geremi en el minuto 11 no fue m¨¢s que un espejismo. El equipo s¨®lo consigui¨® tres remates entre los tres palos de Kahn en todo el partido, y aunque lo intent¨®, no consigui¨® matar el encuentro con el marcador a favor. Sin la pelota, el Madrid se qued¨® a merced de los alemanes.

La posesi¨®n del bal¨®n en el f¨²tbol no es una garant¨ªa de ¨¦xito, pero s¨ª determina fuertemente el car¨¢cter de los equipos. Esto se manifiesta en la propia Liga espa?ola, donde la cabeza de la tabla es compartida a puntos por el Madrid y el Valencia, cuyos estilos son antag¨®nicos. El Madrid necesita manejar el bal¨®n para ganar partidos, mientras que el Valencia es m¨¢s peligroso cuando el que tiene la pelota es su rival. Seg¨²n esta evidencia, en la segunda ronda del campeonato el Valencia ha ganado seis partidos de esta manera. Contra el Betis (1-3), el Las Palmas (0-1), el Athletic (2-1), el Alav¨¦s (1-2), el Barcelona (2-0), y el Zaragoza (0-1), el Valencia se ha impuesto cediendo terreno al enemigo. El caso m¨¢s notable fue el del duelo contra el Bar?a, en Mestalla, donde el conjunto de Rafa Ben¨ªtez apenas tuvo el bal¨®n durante el 41 % del tiempo de juego. Los casos excepcionales son los dos partidos que el Valencia gan¨® teniendo la pelota m¨¢s que el contrario: ante el Osasuna y el Sevilla.

Estos datos son imposibles en el caso del Madrid, un equipo que -salvo en la excepci¨®n de Oporto- no ha sido capaz de ganar sin prevalecer en la posesi¨®n de la pelota. Es m¨¢s, ha perdido todos los partidos de Liga en los que tuvo el bal¨®n menos que el contrario.

En Europa, esta caracter¨ªstica no la han mostrado ni los equipos con un perfil m¨¢s parecido al del Madrid. En las dos primeras rondas de la Liga de Campeones el Manchester, por ejemplo, ha tenido el bal¨®n durante 375 minutos, por los 449 minutos de posesi¨®n que ha exhibido el Madrid. Esto puede ser consecuencia de la endeblez de los conjuntos a los que se ha medido el Madrid en la segunda ronda de la competici¨®n. Oporto, Sparta y Panathinaikos no representaron un grave obst¨¢culo para el lucimiento blanco.