El genoma de los pobres
El genoma del arroz es relativamente compacto, unos 450 millones de pares de bases, tres veces m¨¢s que el otro genoma vegetal conocido, la planta modelo Arabidopsis thaliana, que es una especie lejana de los cereales. Ciertas caracter¨ªsticas de las plantas cultivadas no pueden ser estudiadas con un solo genoma. Al comparar los de especies tan lejanas es posible extraer aquello que es diferente y por tanto confiere caracter¨ªsticas especiales a ciertas especies, y aquello que es com¨²n y por tanto puede haberse conservado por ser importante a todas las plantas. La elecci¨®n del arroz como segundo genoma vegetal parec¨ªa obvia.
Porque adem¨¢s tenemos que pensar que en los cereales hemos basado nuestra alimentaci¨®n desde que existe la agricultura. En la creaci¨®n, transformaci¨®n y mejora de los cereales se ha basado y se basa nuestra civilizaci¨®n. Los datos del genoma del arroz nos van a permitir no bajar la guardia en nuestro esfuerzo por tener una agricultura eficiente, lo menos agresiva posible con el medio ambiente, y que nos d¨¦ productos de calidad. Para ello hace falta tecnolog¨ªa, y la gen¨®mica nos proporciona una parte de ¨¦sta.
Es interesante que en el genoma del arroz se haya producido una carrera entre proyectos p¨²blicos y privados, como es el caso del genoma humano. Comenz¨® un consorcio p¨²blico financiado en gran parte por Jap¨®n y en el que participan Estados Unidos y Francia, pero tambi¨¦n China, Tailandia, Corea o Taiwan. La pregunta es siempre qu¨¦ ha hecho Espa?a. Hace pocos a?os se ofreci¨® a nuestro pa¨ªs entrar en el consorcio internacional secuenciando uno de los 12 cromosomas del arroz, lo que habr¨ªa permitido acceder al desarrollo de la tecnolog¨ªa y a los datos que se generaban. La respuesta fue negativa, argumentando que el dinero que se necesitaba (menos de lo que cobra un futbolista) se llevar¨ªa todo el dinero de Gen¨®mica previsto. De hecho, no se lleg¨® a financiar nada en esta ¨¢rea. S¨ª lo hicieron pa¨ªses como Tailandia o Corea. Por su parte, China decidi¨® invertir fuertemente en esta especie y tambi¨¦n dos de las mayores compa?¨ªas de semillas, Syngenta y Monsanto, que ya hace tiempo ten¨ªan borradores completos del genoma del arroz. De hecho, el que se publiquen ahora dos borradores y que a finales de a?o se prevea la publicaci¨®n de una secuencia completa ya refinada por parte del consorcio internacional puede parecer un cierto despilfarro y quiz¨¢ lo sea, probablemente m¨¢s por parte de las empresas. Pero se trata de genomas de variedades distintas de arroz y su comparaci¨®n ser¨¢ muy ¨²til.
El arroz es, adem¨¢s, la puerta de otras especies. Se sabe que los cereales tienen genomas de tama?os muy diversos, pero son especies cuyos genomas son f¨¢cilmente comparables. El ma¨ªz tiene un genoma seis veces mayor que el arroz (y pr¨¢cticamente igual al humano), la cebada 12 veces mayor, y el trigo tiene tres conjuntos de cromosomas y es casi 50 veces mayor. El arroz es la puerta para acceder a estos enormes genomas en los que el inter¨¦s para la agricultura (y para las empresas) es muy grande.
En Estados Unidos se espera tener completado el ma¨ªz a finales del 2004, y pa¨ªses europeos como Alemania o Francia han identificado el trigo o la cebada como sus prioridades. Pero el arroz ha tomado ventaja y es interesante que haya sido por su peque?o genoma, pero tambi¨¦n porque pa¨ªses en desarrollo han decidido no dejar los avances tecnol¨®gicos que representa la Gen¨®mica de una especie que es esencial para su alimentaci¨®n en las manos exclusivas de los pa¨ªses desarrollados y sus empresas. Es probable que ello indique una nueva tendencia a la colaboraci¨®n a nivel global en temas de agricultura, que tan buenos frutos dio durante el siglo pasado.
Pere Puigdom¨¨nech es profesor de Investigaci¨®n del CSIC
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