Inc¨®gnitas del 11 de septiembre
Seis meses y medio despu¨¦s de los monstruosos atentados de Nueva York y Washington, cuando todav¨ªa no disponemos de una explicaci¨®n oficial y definitiva sobre ellos y cuando siguen sin esclarecerse muchos aspectos relativos a sus autores y estrategia, las contradicciones entre las declaraciones de los primeros momentos y los datos e informaciones que se han ido difundiendo despu¨¦s, han creado un malestar difuso, pero cada vez m¨¢s amplio, que la persistencia del silencio y del secreto impuestos por el Gobierno norteamericano fortalece y agrava. Tanto m¨¢s cuanto que todo esto sucede en un clima de gran desconfianza informativa, consecuencia de numerosas disfunciones de los medios y, en particular, del recurso sistem¨¢tico al ocultamiento y a la manipulaci¨®n por parte del poder pol¨ªtico, sobre todo con ocasi¨®n de los conflictos b¨¦licos. Recordemos las acciones violentas en Ir¨¢n atribuidas a extremistas que sirvieron para acabar con Mossadegh; las agresiones antiamericanas en Guatemala que justificaron el golpe de Estado que derroc¨® al presidente Arbenz; los diversos intentos de desembarco en Cuba y entre ellos el de la Bah¨ªa de los Cochinos; al igual que los incidentes de Tonkin que justificaron la intervenci¨®n en Vietnam. Operaciones todas ellas atribuidas a grupos comunistas y/o revolucionarios y que luego hemos sabido que fueron preparadas y ejecutadas por los servicios secretos norteamericanos, que adem¨¢s se sirvieron de ellas para intoxicar a la opini¨®n p¨²blica mundial.
Sin olvidar la impostura de Timisoara, el tratamiento de la guerra del Golfo y de las de la antigua Yugoslavia, cuya cobertura informativa ha supuesto un muy duro golpe para la credibilidad medi¨¢tica. Esa situaci¨®n general y la hostilidad de Estados Unidos a que se hurgarse en los atentados han provocado una aton¨ªa investigadora de los diarios de referencia y de los grandes grupos de comunicaci¨®n que han llevado a que se localicen en Internet las numerosas demandas y respuestas, debates y foros que sigue suscitando este tema. Todos vertebrados por la teor¨ªa de la conspiraci¨®n. Una persona de ese medio, Thierry Meyssan, que es presidente de la red digital Voltaire, ha producido un libro -La tremenda impostura, Carnot, 2001- en el que se afirma que los ataques terroristas fueron inspirados / impulsados / coordinados por un grupo procedente de las fuerzas armadas y de los servicios secretos USA y que la agresi¨®n al Pent¨¢gono no fue obra de un avi¨®n, sino de una explosi¨®n interior. El libro, cuya tesis central es m¨¢s que discutible y que adem¨¢s el autor no prueba en modo alguno, ha conseguido vender m¨¢s de 130.000 ejemplares en un mes gracias a su victimizaci¨®n. Todos los medios escritos -esta semana tres grandes semanarios, Paris Match, Le Point y Marianne; y antes absolutamente todas las publicaciones diarias y periodicas de alg¨²n fuste de este pa¨ªs, con un volumen total que supera las 50 p¨¢ginas- y muchos audiovisuales han hecho objeto al libro y al autor de cr¨ªticas implacables, sobre todo por su negaci¨®n del ataque a¨¦reo al Pent¨¢gono. Pero este furor inmisericorde ha dejado, sin embargo, en pie la casi totalidad de los interrogantes que ha suscitado el 11 de septiembre y que es imperativo contestar. He aqu¨ª algunos.
?Es verdad, como sostiene Meyssan, que el grupo Carlyle, que posee participaciones mayoritarias de la Federal Data Corporation y de la United Defence Industries, und¨¦cimo vendedor mundial de armas, muy vinculado al clan Bush y al establishment pol¨ªtico de la derecha americana -con Frank Carlucci, antiguo director adjunto de la CIA y antiguo secretario de defensa, como su presidente, y con James Baker, antiguo jefe de Gabinete de Reagan y secretario de Estado de Bush padre como miembro relevante de su consejo de administraci¨®n- sigue siendo el principal gestor del saud¨ª Bin Laden Group, que es el holding de los principales intereses de la familia Bin Laden?
?No podr¨ªa el diario israel¨ª Haaretz, que dio la noticia seg¨²n la cual empleados de la firma ODIGO domiciliada en las Torres Gemelas recibieron diversas llamadas an¨®nimas inform¨¢ndoles de los ataques antes de que tuvieran lugar, facilitar m¨¢s datos sobre tan importante tema?
?Puede confirmarse o desmentirse si Mohamed Atta, presentado como jefe de los kamikazes, era o no era miembro de los servicios secretos paquistan¨ªes (ISI) y si recibi¨® en julio del a?o 2001 en su cuenta bancaria en Estados Unidos 100.000 d¨®lares transferidos por el general Ahmed Mahmud, director del ISI, como inform¨® el Times of India el 9 de octubre de 2001?
En un art¨ªculo del San Francisco Chronicle del 29 de septiembre de 2001 se informaba sobre los delitos de iniciados relacionados con los atentados del 11 de septiembre, cuyo volumen fue de varios centenares de millones de d¨®lares y que probar¨ªan que el ataque era conocido por algunos antes de que tuviera lugar. Seg¨²n Meyssan, la raz¨®n de que la Organizaci¨®n Internacional de las Comisiones de Valores interrumpiera las investigaciones sobre este asunto es que la sociedad Alex Brown, muy pr¨®xima al Grupo Carlyle, en cuyo marco se hab¨ªan realizado la mayor¨ªa de las operaciones, estuvo en esa ¨¦poca bajo la responsabilidad del capit¨¢n y banquero Krongard, actual n¨²mero 3 de la CIA.
?Por qu¨¦ no se aclara la exactitud de la informaci¨®n del Gobierno de Estados Unidos sobre qui¨¦nes fueron los 19 kamikazes que participaron en los atentados y que Meyssan contesta tanto por lo que se refiere al n¨²mero como a su identidad en base a las declaraciones de la Embajada de Arabia Saud¨ª en Washington y a las manifestaciones del pr¨ªncipe Saud al Faisal, reproducidas por The Washington Post el 10 de diciembre de 2001 ?
?Hemos de creer, como ha circulado en Internet y recog¨ªa Le Figaro el 31 de octubre de 2001, que Osama Bin Laden, gravemente enfermo, fue hospitalizado del 4 al 14 de julio de 2001 en el hospital americano de Dubai, donde le visitaron diversas personalidades de Arabia Saud¨ª y de los Emiratos ?rabes, as¨ª como el representante local de la CIA, y que el 10 de septiembre, como informaba el 29 de enero de 2002 Barry Petersen, corresponsal de CBS, fue internado en el hospital militar de Rawalpindi (Pakist¨¢n), para someterse a di¨¢lisis?
S¨®lo la verificaci¨®n de los datos puede acabar con las imposturas. Hag¨¢moslas imposibles para evitar que sigan alimentando la confusi¨®n. Sobre todo cuando la invocaci¨®n al terrorismo sirve de coartada no ya a violencias y cr¨ªmenes, sino a las m¨¢s abyectas iniquidades. Como sucede ahora en Israel.
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