Americanos
Mientras Bond, James Bond, el brit¨¢nico Bond, llega a C¨¢diz para iniciar nuevas aventuras cinematogr¨¢ficas, los estadounidenses a?aden a su Convenio con Espa?a un servicio propio de investigaci¨®n criminal. Los agentes americanos, de la Marina y la Fuerza A¨¦rea, operar¨¢n desde las bases de Mor¨®n y Rota como Bond trabaja ahora en C¨¢diz, aunque su C¨¢diz no es C¨¢diz exactamente, sino el emblema de cualquier ciudad ex¨®tica y tropical: un pa¨ªs al sol, donde los nativos viven inconscientes la felicidad del buen tiempo, bajo alguna espantosa amenaza de la que viene a salvarlos el extranjero civilizado. Lo escribi¨® Churchill en su primer libro: las naciones civilizadas llevan la paz a las tribus en pugna, administran justicia donde s¨®lo hay violencia, quitan las cadenas a los esclavos y extraen la riqueza del suelo.
Aunque cerremos los ojos y respiremos lo menos posible, no hemos salido todav¨ªa del 11 de septiembre de 2001. Es normal que Estados Unidos quiera proteger cada rinc¨®n de Estados Unidos, est¨¦ donde est¨¦, en Mor¨®n y Rota, por ejemplo. Pero la presencia de agentes americanos fuera de sus bases, en todo el territorio espa?ol, en controles e investigaciones de la polic¨ªa espa?ola, no es un signo de confianza entre dos naciones, sino de desconfianza en la polic¨ªa de aqu¨ª. Las relaciones de Estados Unidos con sus aliados europeos se basan en el desequilibrio, y la irrebatible superioridad de Estados Unidos no favorece la amistad, sino la servidumbre. Europa es un protectorado de Estados Unidos, seg¨²n Zbigniew Brzezinski, citado por Ignacio Sotelo en este peri¨®dico.
El mismo Sotelo recordaba tambi¨¦n a un tal Kurt P. Tudyka, que sugiere la integraci¨®n de Europa en Estados Unidos. No me parece ninguna tonter¨ªa esta opini¨®n. Europa, si no es un protectorado, ya es militarmente una provincia americana, como es culturalmente americana: de los pies en zapatillas deportivas, a la cabeza con gorra de beisbolista, pasando por las orejas (m¨²sica de Dylan o Britney Spears), y los ojos y el cerebro (cine de Hollywood y novelas de John Grisham). Teniendo en cuenta que la polic¨ªa espa?ola, nativa, nunca merecer¨¢ la absoluta confianza de los americanos, yo creo que lo mejor es que se haga polic¨ªa americana, de Estados Unidos.
Yo soy partidario, como Tudyka, de la integraci¨®n total: as¨ª Lucano y los dos S¨¦necas, de C¨®rdoba, y el trianero Trajano, fueron ciudadanos de Roma, ilustres, incluso emperadores. Andaluc¨ªa podr¨ªa ser pionera en solicitar la condici¨®n de nuevo estado de la Uni¨®n, apelando, por ejemplo, a que cuenta entre sus hijos a ?lvar N¨²?ez Cabeza de Vaca, de Jerez, que en 1527 sali¨® de Sanl¨²car para desembarcar en Florida, combatir a los indios en Tallahassee, navegar hasta las desembocaduras del Alabama y el Mississippi, y alcanzar lo que hoy es Gavelston, en Texas, donde, esclavo de los indios, fue curandero, Hombre Sagrado, seguido en su camino hacia M¨¦xico por una muchedumbre que lo adoraba: fue el primer europeo que cruz¨® Am¨¦rica del Norte desde el Atl¨¢ntico hasta el Pac¨ªfico. Estados Unidos, en cierto modo, es un descubrimiento andaluz, y as¨ª podr¨ªa alegarlo la Junta en su publicidad y su solicitud a la Casa Blanca.
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