La teolog¨ªa de la muerte
Queremos dar gracias a Sharon', dec¨ªa un palestino la semana pasada. 'Queremos darle verdaderamente las gracias'. El hombre, un dirigente local moderado de la franja de Gaza, un abogado aficionado al vino, estaba de pie en un terreno arrasado, junto a otros tres palestinos. Los otros tres eran tipos duros, callados, religiosos. Los escombros aplastados albergaban a un millar de refugiados palestinos hasta que lleg¨® el Ej¨¦rcito israel¨ª con sus excavadoras y sus bombas.
'Queremos dar gracias a Sharon por dos motivos', segu¨ªa el palestino moderado, mientras asent¨ªan los otros tres, de los que al menos uno era dirigente de Ham¨¢s. 'Primero, porque ha unido a todos los palestinos. Segundo, porque ha eliminado todas las dem¨¢s opciones. S¨®lo existe la guerra. Ya no existe la paz'.
'Nuestro dilema', dice un funcionario israel¨ª, 'es que a los palestinos les basta con sobrevivir para ganar. Eso les convierte en un enemigo muy dif¨ªcil'
Se cuenta con que la capacidad de resistencia de los palestinos es mayor. Los israel¨ªes tienen m¨¢s necesidad de ser aceptados por el mundo occidental
La guerra, para los palestinos, significa una sola cosa. Dado que el enfrentamiento entre Israel y Palestina, en t¨¦rminos convencionales, es tan rid¨ªculamente desproporcionado como lo ser¨ªa una guerra, por ejemplo, entre Estados Unidos y Rep¨²blica Dominicana, la ¨²nica forma que tienen los palestinos de librar una guerra -si es que pretenden tener efectos letales- es utilizar no a soldados, sino a hombres y mujeres convertidos en bombas humanas.
Un sondeo encargado el mes pasado por una universidad en la ciudad palestina de Nabl¨²s, cuyos resultados se publicaron en el peri¨®dico de Jerusal¨¦n Al Quds, concluy¨® que 'm¨¢s del 87% de los palestinos apoya la continuaci¨®n de los atentados terroristas'; el 64% estaba a favor de que las mujeres cometieran atentados suicidas. Seguro que si el sondeo se repitiera hoy, tras la invasi¨®n israel¨ª de los territorios palestinos, los porcentajes a favor de la matanza de israel¨ªes ser¨ªan a¨²n m¨¢s altos.
Dado que, seg¨²n los servicios de informaci¨®n europeos, se calcula que existen todav¨ªa, al menos, otros mil terroristas suicidas entrenados y dispuestos a morir y matar por la causa, los palestinos corrientes pueden confiar en que van a tener muchas m¨¢s masacres que festejar; que podr¨¢n recuperar un cierto grado de autoestima, en medio de las implacables humillaciones que padecen, al saber que los israel¨ªes tienen tanto miedo como ellos de salir a la calle.
?Hay alguna pizca de l¨®gica pol¨ªtica en todo esto? Un profesor universitario en la ciudad sitiada de Ramala, que conoce de cerca lo que se piensa en el entorno de Arafat, propone la siguiente tesis: 'Arafat tiene una estrategia a cinco a?os', dice. 'La idea consiste en prolongar este conflicto de baja intensidad durante cinco a?os, hasta que los israel¨ªes pierdan las ganas de luchar. Es una pena que tenga que haber tanto dolor entre tanto. Pero se cuenta con que la capacidad de resistencia de los palestinos es mayor. Los israel¨ªes tienen m¨¢s necesidad de ser aceptados por el mundo occidental que la poblaci¨®n palestina. Los israel¨ªes -y esto es fundamental- tienen menor tolerancia hacia este tipo de conflicto, tanto a la hora de dar como de recibir'.
Ahora bien, la tolerancia de Ariel Sharon es m¨¢s elevada que la del israel¨ª medio, y su necesidad de que el resto del mundo le quiera, menor. Seg¨²n un diplom¨¢tico europeo en Jerusal¨¦n, Sharon tiene la misma interpretaci¨®n de la estrategia de Arafat que el profesor palestino. '?sa es la raz¨®n de que Sharon se haya alzado en pie de guerra', dice el diplom¨¢tico. '?sa es la raz¨®n de que haya querido elevar la intensidad del conflicto, porque piensa que va a poder aplastar a los palestinos antes de que transcurran esos cinco a?os. Y eso es una locura'.
Una locura, porque, como casi todo el mundo menos Sharon parece comprender, cada vez que un tanque derriba un muro en Ramala, Gaza o Nabl¨²s nace otro terrorista suicida. Incluso Pat Buchanan, el antiguo candidato presidencial de la extrema derecha norteamericana, se da cuenta. En un art¨ªculo publicado esta semana, dec¨ªa: 'Arafat no es el que est¨¢ reclutando a los terroristas. Lo est¨¢n haciendo los tanques israel¨ªes, que arrasan ciudades y campos de refugiados en Cisjordania'.
El principal historiador militar de Israel, un experto cuyos libros se leen en el Ej¨¦rcito de EE UU, opina que la pol¨ªtica actual de Sharon no tiene futuro. Martin van Creveld, profesor de historia en la Universidad Hebrea de Jerusal¨¦n, declaraba en una entrevista con el conservador The Daily Telegraph -el peri¨®dico brit¨¢nico que m¨¢s simpatiza con la causa israel¨ª- que los ej¨¦rcitos convencionales no pueden derrotar a unos 'rebeldes movidos por el nacionalismo'. El Ej¨¦rcito israel¨ª es grande, fuerte y eficaz, dec¨ªa Van Creveld, 'pero no puede ocuparse m¨¢s que de unos cuantos cientos de terroristas. El problema es que no sabemos contra qu¨¦ blancos disparar. El 99% de todo lo que tenemos es irrelevante'.
Aunque Sharon no acabe de entenderlo, miembros de su Gobierno parece que s¨ª son conscientes. Si no, ?c¨®mo explicar esta afirmaci¨®n, hecha por un an¨®nimo funcionario israel¨ª a The Washington Post la v¨ªspera de que Sharon emprendiera su ¨²ltima ofensiva militar?: 'Nuestro dilema', dec¨ªa, 'es que a los palestinos les basta con sobrevivir para ganar. Eso les convierte en un enemigo muy dif¨ªcil. Pero no quiere decir que no haya que combatirlos, de todos modos'.
Ojo por ojo
En otras palabras, el Gobierno israel¨ª entiende que luchar contra los palestinos no s¨®lo no ofrece nada que se aproxime a una posible soluci¨®n pol¨ªtica, sino que tampoco ofrece una soluci¨®n militar, ninguna perspectiva de detener nuevos ataques terroristas. La l¨®gica del ojo por ojo del Viejo Testamento, la venganza por la venganza, parece tan arraigada entre ellos como en el bando palestino. Enviar tanques a los territorios palestinos, como enviar bombas humanas a los territorios israel¨ªes, satisface una necesidad primaria de no dar imagen de debilidad.
El hecho de que las cosas se hayan quedado reducidas a un nivel tan elemental, que sean emociones descarnadas las que dominan este conflicto, no es nada sorprendente si se tiene en cuenta que el electorado israel¨ª decidi¨® escoger a Sharon como primer ministro; votar, como dice un diplom¨¢tico europeo, 'para que un pir¨®mano dirigiera a los bomberos'.
Viene al caso una observaci¨®n de Fintan O'Toole, el escritor irland¨¦s, en una art¨ªculo en el que reflexionaba sobre el final de los 25 a?os de 'guerra' en Irlanda del Norte. 'La verdad fundamental del conflicto', escrib¨ªa O'Toole, era 'que lo fundamental no era la historia, la religi¨®n ni la soberan¨ªa, sino la deshonra deliberada de carne humana vulnerable. Pasados los cuatro primeros a?os, sobre todo, la violencia se convirti¨® en un objetivo en s¨ª mismo'.
David Grossman, el periodista y novelista israel¨ª, parec¨ªa decir algo semejante durante una conversaci¨®n en Jerusal¨¦n la semana pasada. 'La idea de paz no es hoy muy popular en Israel ni en Palestina. Estamos atrapados en una burbuja herm¨¦tica, y dentro de esa burbuja reina una l¨®gica distorsionada de odio y terror. Si uno se venga, el otro tiene derecho a vengarse. Sharon y Arafat est¨¢n fosilizados, inmovilizados por sus biograf¨ªas; nuestra tragedia es que cada uno refleja los miedos y odios del otro. Es evidente que ambos han perdido el control de la situaci¨®n y que necesitamos que venga gente de fuera a ayudarnos'.
Despliegue r¨¢pido de las fuerzas de paz de Naciones Unidas
WOLE SOYINKA, el novelista nigeriano premiado con un Nobel, vio las cosas con mucha claridad durante una visita realizada a Israel y Palestina la semana pasada. El Gobierno israel¨ª le recordaba al Gobierno del apartheid en Sur¨¢frica, pero tambi¨¦n le horroriz¨® lo que llam¨® la 'teolog¨ªa de la muerte' de los palestinos. Soyinka s¨®lo ve¨ªa una soluci¨®n a corto plazo, una ¨²nica respuesta posible a una situaci¨®n tan primitiva. 'Lo que hace falta, claramente, es un despliegue r¨¢pido, inmediato y real de las fuerzas de paz de Naciones Unidas. Si no, no habr¨¢ forma de detener una espiral de violencia que amenaza con tener efectos nocivos a largo plazo para la sociedad que la gente de buena voluntad espera establecer un d¨ªa en esta parte del mundo'. Soyinka coment¨® durante su visita que, en su opini¨®n, los autores literarios aportaban al conflicto israelo-palestino una visi¨®n derivada de una sensibilidad distinta a la de periodistas y pol¨ªticos. Pero existe una corriente de opini¨®n importante, en c¨ªrculos gubernamentales europeos, que comparte esa misma visi¨®n. Un alto diplom¨¢tico europeo en Israel ha dicho que est¨¢ convencido de que la fuerza de paz internacional es una necesidad absoluta y urgente si se quiere que ambas partes salgan de la ci¨¦naga en la que se han sumergido. 'Los palestinos la aprobar¨ªan, de modo que los atentados suicidas cesar¨ªan', afirma el diplom¨¢tico. 'Los israel¨ªes ya no podr¨ªan enviar sus tanques. El miedo disminuir¨ªa en ambos bandos y, con el tiempo, tambi¨¦n la ira. A partir de ah¨ª se crear¨ªan las condiciones para que ambas partes hicieran un nuevo intento de llevar a cabo su pol¨ªtica no sobre la base del miedo y la ira, sino, en la medida de lo posible, de la raz¨®n'.
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