La revoluci¨®n de las canas
Las organizaciones de jubilados quieren unirse para reivindicar sus derechos y una sociedad abierta a todas las edades
Una revoluci¨®n est¨¢ en marcha. Es silenciosa y peina canas. Los protagonistas pugnan contra su imagen tradicional, m¨¢s asociada al desvalimiento que a la actividad. Son los mayores. Reivindican la dignidad de una vejez crecientemente activa y una mayor influencia sobre las decisiones que les afectan. 'Somos ciudadanos de primera. Tambi¨¦n pagamos impuestos', insiste por el telef¨®no m¨®vil Oilda Montoya, de 81 a?os. La vejez ya no equivale a tomar el sol en el parque.
Montoya, vicepresidenta del Consejo Estatal de Personas Mayores (organismo consultivo que agrupa a 23 organizaciones y representantes de las comunidades aut¨®nomas), no es la ¨²nica usuaria mayor de m¨®vil. Tambi¨¦n lo emplea a sus 78 a?os Jos¨¦ S¨¢nchez Faba, presidente de C¨¢ritas. Uno y otra demuestran que la imagen cl¨¢sica de la vejez se ha quedado vieja.
La realidad desmiente incluso al diccionario. 'Viejo/a. D¨ªcese de la persona de edad. Com¨²nmente puede entenderse que es vieja la que cumpli¨® setenta a?os', define la Real Academia. Pero una cosa es superar los 70 a?os y otra, sentirse anciano.
'Los te¨®ricos hablan de viejos j¨®venes hasta los 75 a?os, por lo general est¨¢n en perfectas condiciones. Los viejos m¨¢s viejos, a partir de esa edad, cada vez son m¨¢s', describe S¨¢nchez Faba. Las personas con 65 o m¨¢s a?os ya suman 6,9 millones. En menos de un lustro casi dos millones de personas se incorporar¨¢n a ese grupo. Dado el bajo ritmo de nacimientos y la creciente longevidad, su peso es cada vez mayor en la poblaci¨®n espa?ola. Sin embargo, su fuerza es a¨²n escasa. 'Falta conciencia del poder de los mayores, incluso entre ellos', diagnostica el presidente de C¨¢ritas.
'Los derechos no se mendigan, se conquistan. Por eso, es importante es que los mayores se organicen para reinvindicarlos y para ser sujetos de la sociedad ', advierte S¨¢nchez Faba. Oilda Montoya se muestra de acuerdo con la necesidad de uni¨®n. Esta mujer, presidenta de la Uni¨®n Democr¨¢tica de Pensionistas (825.000 asociados), a?ade un matiz: 'El mayor no puede pensar que por el hecho de serlo se lo tienen que dar todo'. O dicho de otra manera: la construcci¨®n de una sociedad sin discriminaci¨®n por motivos de edad tambi¨¦n requiere que el protagonismo activo de las personas de m¨¢s edad. 'La jubilaci¨®n no debe equivaler a la muerte civil', puntualiza S¨¢nchez Faba.
Pero no es f¨¢cil. 'A los mayores les cuesta mucho asociarse y unirse, pero las organizaciones estamos buscando una unidad de acci¨®n', dice el presidente de la Confederaci¨®n de Asociaciones de Jubilados, Pensionistas y Mayores, Agust¨ªn Palomino, de 66 a?os. 'La unidad de acci¨®n es necesaria pero parte de un inconveniente: despu¨¦s de haberse pasado la vida obedeciendo a todas las obligaciones, la persona mayor se vuelve un poco ¨¢crata', sentencia el secretario general de la Federaci¨®n de Jubilados de UGT, Manuel Egido, de 68 a?os.
Ya se han dado algunos pasos. 'Estamos haciendo convenios con otra organizaci¨®n, Ceoma, para defender los intereses de los jubilados y pedir, por ejemplo, que se cree un Defensor del Mayor y que estemos presentes en el Pacto de Toledo ', afirma Palomino, presidente de una organizaci¨®n con 400.000 miembros.
Sin embargo, el gran objetivo que defienden algunos, ofrecer el voto unido de los mayores al partido con mejores propuestas para ellos, est¨¢ lejos de alcanzarse. 'Si no estuvi¨¦ramos tan divididos pol¨ªticamente, los mayores dar¨ªamos mucho miedo a cualquier partido. Tenemos casi siete millones de votos', se?ala Aurelio Labajo, vocal del organismo y presidente de la Asociaci¨®n de Jubilados de Colegios Profesionales de Madrid. 'En el Consejo Estatal de Personas Mayores no prosper¨® una iniciativa para pedir que los partidos se comprometieran a incluir a personas mayores en los primeros puestos de las listas electorales', recuerda.
De momento, los mayores se conformar¨ªan con la soluci¨®n de sus dos problemas m¨¢s acuciantes: la falta de servicios sociales para atender a las personas que no pueden valerse por s¨ª mismas y la subida de las pensiones inferiores al salario m¨ªnimo interprofesional. 'Seis de cada 10 jubilados tienen unos ingresos inferiores al salario m¨ªnimo, y eso les coloca en el umbral de la pobreza', asegura el secretario general de la Federaci¨®n de Jubilados de CC OO, Benito Barrera. Sin embargo, los mayores han dejado de ser los grandes protagonistas de la necesidad, ahora centrada en los j¨®venes urbanos, sobre todo mujeres, seg¨²n los estudios de C¨¢ritas.
Todos los consultados se muestran un¨¢nimes sobre la necesidad de reconocer mayor papel a los mayores. La mayor¨ªa defiende la jubilaci¨®n flexible ('a los 65 a?os no se puede ser capit¨¢n de la Legi¨®n, pero s¨ª catedr¨¢tico', dice S¨¢nchez Faba). Con todo, a buena parte de los abuelos no les falta trabajo: el cuidado de los nietos se ha convertido en una ocupaci¨®n habitual, sobre todo entre las mujeres. El 5,6% lo hace a diario y sin remuneraci¨®n, seg¨²n el Instituto de Migraciones y Servicios Sociales (Imserso).
Los mayores tambi¨¦n cuidan de los adultos (lo hace el 6,4%) y su trabajo social rebasa el ¨¢mbito familiar. Cerca del 8% de los voluntarios tienen m¨¢s de 65 a?os, seg¨²n C¨¢ritas. La cifra va en aumento. 'El voluntariado del mayor para el mayor est¨¢ en auge', seg¨²n Montoya. Pal¨ªa la falta de servicios sociales y ayuda a combatir otro problema extendido, la soledad. A menudo los mayores dan mucho m¨¢s de lo que piden.
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