Visi¨®n completa

La visita que esta semana inicia a Andaluc¨ªa el Pr¨ªncipe de Asturias, Felipe de Borb¨®n, tiene por objetivo conocer de la forma m¨¢s exhaustiva posible la realidad social, econ¨®mica y pol¨ªtica de nuestra comunidad. Una larga estancia que le va permitir un pormenorizado recorrido por cada una de las ocho provincias conforme a un plan cuya confecci¨®n ha reca¨ªdo en la responsabilidad de la Junta de Andaluc¨ªa, bajo la supervisi¨®n de la Casa Real.

Una agenda, que a tenor de las reacciones que se han suscitado en el ¨¢mbito del PP, no ha gustado nada a la derecha andaluza hasta el punto de abrir un frente de discusi¨®n p¨²blica en torno a la misma, sin esperar siquiera a que la visita concluya, por aquello de guardar un m¨ªnimo respeto a la figura del heredero de la Corona. No ha sido as¨ª y la pol¨¦mica ha surgido sin importar empa?ar, a priori, lo que deber¨ªa ser un gran acontecimiento para todos los andaluces, como lo es el hecho de contar entre nosotros, nada menos que durante unos 15 de d¨ªas, al futuro jefe de Estado interes¨¢ndose de forma directa por los asuntos que nos afectan.

De modo que cuando don Felipe llegue al palacio de San Telmo, para presidir la sesi¨®n del Consejo de Gobierno de Andaluc¨ªa, pesar¨¢ sobre esta imagen, ya de por s¨ª relevante, por no decir que hist¨®rica, la sombra de la duda y la discordia. Aunque bien pensando, todo podr¨ªa resultar ser un verdadero esfuerzo de los populares para que el Pr¨ªncipe se lleve el conocimiento m¨¢s exacto, una visi¨®n completa, en definitiva, del paisaje pol¨ªtico andaluz, con un PP mostr¨¢ndose a sus anchas, haciendo le?a de cualquier asunto que se le ponga a tiro aunque ello suponga evidenciar comportamientos m¨¢s bien propios de una fuerza extraparlamentaria. Sin duda, en Madrid no pasar¨¢n desapercibidas estas actitudes que tienen que ver, sobre todo, con aquellos que se encuentran en una situaci¨®n desesperada y a los que podr¨ªa interesarles antes que nada que se hable del esc¨¢ndalo por encima de las cosas que realmente ocurren a nuestro alrededor.

La gira real, mantendr¨¢ en tono bajo el clima pol¨ªtico aunque eso no impedir¨¢ que la atenci¨®n se centre ahora en el futuro que aguarda al Ayuntamiento de Marbella tras la sentencia del Tribunal Supremo que inhabilita por prevaricador a su alcalde, Jes¨²s Gil. La advertencia pesa sobre el resto de las distintas fuerzas pol¨ªticas democr¨¢ticas para que ninguna de ellas saque partido de la debacle gilista, aunque eso est¨¢ por ver, si tenemos en cuenta los antecedentes que se han vivido en otros municipios costeros. Ser¨¢, en todo caso, una inc¨®gnita por despejar, como lo es tambi¨¦n determinar qui¨¦nes ser¨¢n los candidatos a las alcald¨ªas de las distintas capitales andaluzas por parte del PSOE. En esta formaci¨®n temen como una vara verde las elecciones primarias, hasta el punto de que hay experimentados dirigentes que recurren al liderazgo natural que le suponen a algunos para liberarlos de ese dif¨ªcil trance. En el Partido Andalucista no existe ese problema. Incluso est¨¢ listo su alcaldable por Sevilla, Jos¨¦ N¨²?ez, quien no tiene empacho alguno en simultanear esta labor, a la que se va a entregar en los pr¨®ximos d¨ªas en cuerpo y alma, sin dar siquiera una explicaci¨®n a sus electores de C¨¢diz, por cuya provincia es diputado en el Congreso. Puesto que su renuncia al esca?o parece harto dif¨ªcil, unas palabras suyas renovando su compromiso con la sociedad gaditana ser¨ªan imprescindibles, cuanto menos, para guardar las formas, un ejercicio que en pol¨ªtica resulta ser algo elemental, tal y como est¨¢n las cosas en la actualidad.