Rossi se divierte bajo la lluvia
El italiano no admite sorpresas y gana en la categor¨ªa 'reina', la MotoGP, con Checa tercero
Primero Rossi; luego, el desierto, y luego, los dem¨¢s. Y a la cabeza de los dem¨¢s, al menos ayer, Checa. As¨ª arranc¨® la nueva era del motociclismo mundial en su m¨¢xima categor¨ªa, la denominada MotoGP, ¨¦sa en la que conviven las tradicionales m¨¢quinas de 500cc y las nuevas de cuatro tiempos, que pueden llevar motores de hasta 990cc.
La lluvia ca¨ªda sobre Suzuka desvirtu¨® algunos detalles de la carrera, repleta de ca¨ªdas y con diez de los 22 participantes abandonando antes de tiempo con el cuerpo magullado. Pero quedaron sobre el asfalto del circuito japon¨¦s varias conclusiones incuestionables. La primera reincide en lo ya sabido: que existen dos carreras, la de Rossi contra s¨ª mismo y contra la historia, y la de los dem¨¢s. La segunda, que las motos de dos tiempos se pueden ir despidiendo de empresas mayores, m¨¢s all¨¢ de alguna heroicidad puntual. Ayer, en el estreno de los Campeonatos del Mundo, cuando los motores nuevos a¨²n se est¨¢n ajustando, las cuatro primeras plazas las ocuparon m¨¢quinas nuevas, con el ciclo de combusti¨®n de cuatro tiempos.
El japon¨¦s Ryo, un probador, fue segundo, y Gibernau se cay¨® al ir a cazar al campe¨®n
Gan¨® Valentino Rossi (Honda) porque le dio la real gana y porque cuesta encontrarle rival. Y lo hizo pese a las condiciones meteorol¨®gicas, aunque durante el desarrollo de la prueba la lluvia amain¨® sensiblemente, y pese a la sorprendente aparici¨®n del en¨¦simo invitado de la ma?ana, japon¨¦s por supuesto, que responde al nombre de Akira Ryo, que tiene 34 a?os y que se ha pasado los ¨²ltimos meses desarrollando la cuatro tiempos de Suzuki, con la que ayer alcanz¨® el segundo puesto, su gran momento de gloria antes de volver a lo suyo, esto es, a seguir probando la m¨¢quina en el propio circuito de Suzuka, del que l¨®gicamente conoce cada curva como si de su casa se tratara.
Pero el papel de Ryo era anecd¨®tico, porque comenzaba y acababa ayer. Salvo que Suzuki le reclame para alguna otra prueba, el japon¨¦s no volver¨¢ a competir en los Mundiales. Es de ley decir que el principio y el fin de su trayectoria, todo en el mismo d¨ªa, fue de una brillantez pasmosa. Mejor que ¨¦l s¨®lo hubo uno, Rossi, que al fin y al cabo es mejor que todos.
Estando el italiano por encima del bien y del mal, el inter¨¦s de la carrera radic¨® en intuir el momento en el que el vigente campe¨®n birlar¨ªa la primera plaza al h¨¦roe Ryo, al invitado que, junto a su compatriota Itoh, tambi¨¦n piloto probador -en su caso de Honda- y que acab¨® cuarto, se hizo el amo de la fiesta. Hasta que Rossi dijo 'basta'. Fue en la vuelta 16?, a cinco del final, gracias a un adelantamiento suave, tranquilo, apurando sin exagerar hasta la entrada de la curva, lejos de las piruetas que suele realizar a bordo de su Honda n¨²mero 46.
Pero, puesto a hacer historia, Ryo quer¨ªa hacerla del todo. Por ello, a dos vueltas del banderazo final y aprovechando que Rossi estaba a punto de doblar a Katoh (Honda), se peg¨® a aqu¨¦l y le intent¨® sobrepasar de manera espectacular por el exterior de la curva. Rossi, quiz¨¢ para evitar a Katoh, se abri¨® y le impidi¨® el paso, en una maniobra que pareci¨® inocente, aunque s¨®lo a medias.
Ah¨ª se acab¨® la carrera. Ryo pens¨® que mejor era quedarse donde estaba, el segundo, y Rossi vol¨® para hacer la vuelta m¨¢s r¨¢pida. Fue en la n¨²mero 21, en la ¨²ltima, cuando ya no era necesario porque el triunfo era suyo. Pero a Rossi, todo un showman, le va el m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa.
Tras ellos entr¨® Carlos Checa (Yamaha), que aguant¨® de forma sobresaliente pese a alg¨²n que otro problema mec¨¢nico. Siempre estuvo el espa?ol en el grupo de cabeza y siempre fue consciente de que la lucha que se daba por delante no iba con ¨¦l. Por eso supo arriesgar lo imprescindible y sacar a su Yamaha toda la potencia para ser el tercero. Un puesto al que podr¨ªa haber optado Sete Gibernau (Suzuki), que ejecut¨® una remontada impresionante para colocarse moment¨¢neamente a rebufo de Rossi. A por ¨¦l iba cuando, pese a ser consciente de que la rueda delantera le derrapaba, toc¨® el freno y se fue al suelo. Ocho vueltas quedaban y a partir de ah¨ª el asunto qued¨® en manos de Rossi y Ryo. O sea, de Rossi.
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