Peque?os fil¨®sofos con grandes ideas
Once escuelas de primaria de diversos pa¨ªses de la UE elaboran cada a?o un peri¨®dico en el que reflexionan sobre la vida
Son los ni?os capaces de filosofar sobre las grandes cuestiones de la vida, como el lenguaje, el arte, la superpoblaci¨®n, el tiempo o la clonaci¨®n? El proyecto Peri¨®dico 100, un rotativo redactado e ilustrado por y para ni?os de primaria, demuestra que s¨ª. Deja ver que los chavales se preguntan lo que ocurre a su alrededor y que son competentes para emitir juicios, ya sean falsos o ciertos, pero, en todo caso, v¨¢lidos para la reflexi¨®n. As¨ª se se?ala en la revista educativa Aula de Innovaci¨®n Educativa, que dedica su n¨²mero de marzo al periodismo escolar.
El Peri¨®dico 100, que m¨¢s que un peri¨®dico es una plataforma para la reflexi¨®n de los ni?os, se publica una vez al a?o en siete idiomas (holand¨¦s, ingl¨¦s, italiano, polaco, h¨²ngaro, portugu¨¦s y catal¨¢n) y este curso participan 11 colegios de distintos pa¨ªses de la Uni¨®n Europea (UE), entre ellos el catal¨¢n Escoles de l'Ateneu, en Igualada (Barcelona). Y no es casualidad que todas estas escuelas hayan incorporado una asignatura que ellos llaman filosof¨ªa para ni?os en el curr¨ªculo desde 1? de primaria. De ah¨ª que la publicaci¨®n sea una prolongaci¨®n natural de lo que sucede en la clase de filosof¨ªa, de sus di¨¢logos, de sus preguntas y de sus reflexiones. Como esta de Daniel, que tiene seis a?os y es de Gran Breta?a, sobre el concepto 'tiempo': '?Por qu¨¦ el tiempo pasa tan despacio cuando lo miras?'. Y esta otra de Joasia, una ni?a polaca de 11 a?os: '?El tiempo se acaba? Si todas las criaturas desaparecieran de la Tierra todav¨ªa existir¨ªa el tiempo, pero no abr¨ªa nadie que lo empleara'.
El Peri¨®dico 100 naci¨® en 1996 y fue uno de los primeros proyectos de la fundaci¨®n europea Stichting Sophia, con sede en la Universidad de Amsterdam (Holanda), cuyo objetivo es fomentar la aplicaci¨®n de la filosof¨ªa en el ¨¢mbito educativo mediante la uni¨®n del aprendizaje de la lengua con el desarrollo del pensamiento. El nombre 100 se escogi¨® por tratarse de un logo que puede leerse en distintos idiomas.
Di¨¢logo socr¨¢tico en clase
En cada n¨²mero, las escuelas que participan en el peri¨®dico plantean una serie de temas filos¨®ficos a debatir. Y entre todos los centros se elige el tema que ser¨¢ la piedra angular de la publicaci¨®n. A partir de ah¨ª, en cada colegio se trabaja de manera aut¨®noma en clase de filosof¨ªa. 'Cuando las preguntas a debatir est¨¢n sobre la mesa, el profesor ayuda a los alumnos a argumentar, a buscar ejemplos, similitudes y diferencias. Y al final es el di¨¢logo socr¨¢tico lo que se instala en clase, el di¨¢logo ordenado', aclara la profesora de filosof¨ªa Eul¨¤lia Bosch, una de las promotoras de esta publicaci¨®n.
La aportaci¨®n principal de este tipo de clases de filosof¨ªa para ni?os, seg¨²n sus responsables, es que ayuda a que desde el marco de la escuela se respete a los chavales como pensadores. Es decir, la visi¨®n que los ni?os aportan a los debates tiene el mismo tratamiento e importancia que las explicaciones que pueda impartir la profesora en clase de matem¨¢ticas. 'En las escuelas donde se da filosof¨ªa desde edades muy tempranas se establece una relaci¨®n diferente entre el profesor y el alumno, una relaci¨®n donde no hay prepotencia y donde el ni?o lleva la voz de su aprendizaje', explica Ester Cucurella, profesora del colegio espa?ol que participa en esta publicaci¨®n. Cuenta Bosch que el peri¨®dico es tambi¨¦n un instrumento de solidaridad, pues 'los ni?os est¨¢n dispuestos a discutir cualquier tema que les parezca interesante, venga del pa¨ªs que venga'. Aunque en la elaboraci¨®n del peri¨®dico intervienen todos los alumnos del colegio, en cada centro hay un consejo de redacci¨®n formado por dos estudiantes de cada clase, de 7 a 12 a?os. El consejo selecciona entre todos los art¨ªculos transcritos de la clase de filosof¨ªa los m¨¢s convenientes para publicar en el Peri¨®dico 100. Es decir, los textos que mejor expliquen las ideas, los m¨¢s interesantes y en los que tambi¨¦n hayan participado los m¨¢s peque?os.
Al ser un peri¨®dico elaborado por alumnos de escuelas de Holanda, Hungr¨ªa, Polonia, B¨¦lgica, Gran Breta?a, Portugal y Espa?a y financiado por la UE, el concepto de Europa toma forma. 'Deja de ser abstracto para convertirse en real. La idea de Europa, si no la pones en pr¨¢ctica es muy abstracta, incluso para los ni?os', cuenta Cucurella. 'Hoy en d¨ªa que tanto se habla de la multicultura, ¨¦ste es un proyecto europeo muy puntual, que potencia mucho esta idea y que deber¨ªa ser conocido y utilizado m¨¢s', a?ade Bosch. Y hay m¨¢s, porque gracias a esta multiculturalidad reflejada en el peri¨®dico, los ni?os pueden compartir y conocer qu¨¦ piensan chavales de su edad de otras partes del mundo y desde ah¨ª completar y ampliar sus propias reflexiones.
S¨®lo hace falta estimularles un poco. Porque, como dice Bosch, un ni?o nunca deja de pensar. 'Los ni?os son extranjeros en este mundo y su capacidad interrogativa es consustancial. Los mayores podemos escucharles o no. Si les escuchamos estaremos obligados a discutir con ellos muchas cosas. Si no, tendr¨¢n que tragarse lo que les digamos como una verdad ¨²nica'.
?Ad¨®nde va el abuelo si se muere?
Los ni?os cuestionan lo m¨¢s esencial de la realidad desde muy peque?os. ?Qu¨¦ es la muerte? ?Qu¨¦ es la vida? ?Me quieres? ?D¨®nde est¨¢ ahora el abuelo? Se remiten todo el tiempo a conceptos con los que los adultos ya nos hemos acostumbrado a vivir, y que ellos, en cambio, sienten la necesidad de descubrirlos por s¨ª mismos', explica la profesora de filosof¨ªa Eul¨¤lia Bosch, al tiempo que se?ala que la edad en la que un ni?o se hace m¨¢s preguntas es desde los cuatro a los ocho a?os. En el ¨²ltimo n¨²mero del Peri¨®dico 100, reci¨¦n publicado, se plantea el tema de la felicidad a partir de la siguiente aseveraci¨®n: 'Puedes ser feliz porque est¨¢s vivo'. As¨ª, en la clase de 6? de primaria del colegio catal¨¢n Escoles de l'Ateneu en Igualada, la maestra pregunta: '?Qu¨¦ diferencia hay entre ser feliz y estar contento?'. Y uno de los alumnos, Nil, de 12 a?os, responde: 'La felicidad es como el tronco de un ¨¢rbol y una de sus ramas es estar contento. Las ramas m¨¢s peque?as ser¨ªan los diferentes motivos por los que est¨¢s contento. Si la rama se rompe, dejas de estar contento en ese momento, pero no desaparece el tronco, es decir, la felicidad'. Y a esta reflexi¨®n, su compa?era Jana a?ade: 'El tronco tambi¨¦n se puede romper; por tanto, puedes dejar de ser feliz. El ¨¢rbol se podr¨¢ regenerar y podr¨¢s volver a ser feliz'. Aunque apenas imperceptibles, existen alguna diferencias en c¨®mo razona, por ejemplo, un ni?o espa?ol y otro h¨²ngaro. 'A pesar de que los ni?os son en todas partes m¨¢s o menos iguales, existen diferentes tonos culturales entre los de un pa¨ªs y los de otro. Cuando en uno de los n¨²meros del Peri¨®dico 100 tratamos el concepto del tiempo, los alumnos de los pa¨ªses que sal¨ªan de una situaci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica complicada, como Polonia y Hungr¨ªa, hablaban de una realidad m¨¢s dif¨ªcil a diferencia de los ni?os procedentes de pa¨ªses con menos problemas', explica Bosch. Una apreciaci¨®n en la que tambi¨¦n coincide la profesora del colegio catal¨¢n Ester Cucurella, que pone otro ejemplo: 'Cuando un ni?o espa?ol, holand¨¦s o belga habla de la felicidad, nombra el dinero, aunque s¨®lo sea para decir que no es importante. Uno polaco, en cambio, puede llegar a plantearse la posibilidad de que, tal vez, esta felicidad no exista'.
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