Aprender de los errores
La muerte del escolta Andoni Urdaniz esta poniendo en evidencia graves carencias en el sistema de protecci¨®n directa que existe para tantas personas en el Pa¨ªs Vasco. Adem¨¢s de ser, por supuesto, un drama humano que afecta a cuantas personas se vieron involucradas en el suceso y a quienes concebimos como incuestionable el valor de la vida. Cuando se produce una muerte en una acci¨®n policial, sea de quien sea, todo buen polic¨ªa siente el fracaso de su objetivo primordial: proteger a las personas.
Estamos ante un caso que muestra varios desprop¨®sitos, entre los cuales no es el menor la reacci¨®n de Batasuna. Habr¨¢ quien diga que sus pronunciamientos merecen el silencio, pero otras personas opinamos que debemos exponer constantemente las incongruencias y falsedades de quienes quieren imponernos por la fuerza su ideario. Considerar la muerte de Urdaniz un mero 'accidente laboral', como dijo su portavoz municipal en Donostia-San Sebasti¨¢n, es un desatino, que llega a la tragicomedia, cuando desde la llamada izquierda abertzale se reclaman medidas contra la accidentabilidad laboral. ?Ser¨¢ cinismo?. Quitemos la m¨¢scara al argumento y recordemos en palabras de Ortega y Gasset de que 'nada es vivo sino en la medida en que es y sigue siendo problema'. Una expresi¨®n que parece una m¨¢xima para algunos en el Pa¨ªs Vasco, pero que no debe despistarnos de nuestras propias acciones.
El riesgo de incidentes armados en un ¨¢rea saturada de agentes es directamente proporcional a la falta de coordinaci¨®n
Tenemos que pensar en el enfrentamiento que acab¨® con la vida del escolta para evitar en lo posible futuros incidentes. Sabemos en policolog¨ªa que un ¨¢rea saturada de agentes armados genera una vulnerabilidad y el riesgo de incidentes armados en grado directamente proporcional a la falta de colaboraci¨®n y a las deficiencias en la comunicaci¨®n existente entre ellos. As¨ª que vamos a dejarnos de descalificaciones mutuas entre implicados y evitemos la confusi¨®n de las versiones contrapuestas. Pensemos, volviendo a Ortega, que 'mejor que la suspicacia es una confianza vivaz y alerta'. La soluci¨®n cl¨¢sica y eficaz es una comisi¨®n multiagencial de investigaci¨®n, al estilo brit¨¢nico, que indague sobre el procedimiento profesional m¨¢s adecuado para estos casos. La pretensi¨®n es conocer lo sucedido, para evitar errores, que han existido por todas las partes involucradas, proponer la mejora de los m¨¦todos de actuaci¨®n y, en su caso, establecer responsabilidades profesionales.
Un esfuerzo real por racionalizar la pretensi¨®n de seguridad exige evitar la parcialidad en los comentarios o su tergiversaci¨®n partidista. Hemos escuchado cr¨ªticas hacia los guardias civiles por no ir 'identificados' mediante petos o prendas similares ser¨ªa, como si seguir y sorprender a atracadores pudiera hacerse de fosforito. Asimismo, ha habido defensores de esencias patrias que cuestionan la presencia de guardias civiles en la capital guipuzcoana, sin atender a la norma legal pactada entre administraciones de seguridad, para que los delitos supraterritoriales, como son, por ejemplo, las bandas de atracadores que trabajan en varias comunidades, sean perseguidos por fuerzas estatales. En fin, tambi¨¦n hay quien repite el menosprecio hacia los agentes de seguridad privada, cuando la mayor¨ªa de los escoltas realizan una labor insustituible y por encima de las contraprestaciones que reciben. Dimes y diretes que ayudan muy poco a mejorar nuestra seguridad, que tanto necesitamos.
As¨ª que m¨¢s vale que nos pongamos a pensar en el ma?ana, que es ya cada d¨ªa. Son los versos de Blas de Otero: 'Ruido / de ayer. Y nunca ma?anamos'. Manos a la obra. Propongamos que se considere a Andoni Urdaniz v¨ªctima del terrorismo, en una interpretaci¨®n generosa de la norma, ya iniciada por los colectivos pacifistas Gesto por la Paz y Denon Artean. Auspiciemos la comisi¨®n profesional que eval¨²e el suceso, bien en amparo institucional o entre las organizaciones y sindicatos afectados. Aumentemos los contactos individuales entre escoltas y agentes de seguridad tendentes a propiciar la confianza general, cada cual con sus funciones. Sin olvidar que estos problemas de seguridad son las hojas de una planta cuya ra¨ªz est¨¢ en la imposici¨®n terrorista, en el conflicto generado por la violencia pol¨ªtica. Y tratar la mala hierba exige muchos y diversos tipos de respuestas.
Doroteo Santos es ertzaina.
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