La Real prosigue a costa del M¨¢laga su escalada

Larga y, a ratos, insufrible, la traves¨ªa del desierto toca a su f¨ªn en el caso de la Real Sociedad. As¨ª lo celebraron ayer los jugadores de Olabe, saludando al p¨²blico de Anoeta, que respondi¨® encantado aunque hora y media antes tomase asiento dispuesto a despellejar a su equipo. No hizo falta. La Real amaneci¨® bien despierta, con toda la actitud que ech¨® en falta hace dos domingos en Mestalla.

Por esta misma raz¨®n, su f¨²tbol sufri¨® a rachas de un exceso de voltaje: la buena voluntad caminaba un par de pasos por delante del criterio, ventaja que el M¨¢laga asumi¨® con aplomo para defenderse con soltura y echarse arriba con peligro. Con todo, la cita se mov¨ªa compensada porque ambos centros del campo pon¨ªan m¨¢s empe?o en presionar a su reflejo que en sortearle. S¨®lo los rechaces y los balones largos vest¨ªan los ataques de unos y otros.

Parec¨ªa complicado que alguien se inventase un gol con tan pobre panorama. Pero ah¨ª se juntaron los centrales de la Real, Jauregi y Kvarme, y Westerveld, su portero, para operar el milagro. Salieron los tres en busca de un bal¨®n bombeado desde M¨¢laga, se ofuscaron y Dely Vald¨¦s, sin saber de d¨®nde le llov¨ªa semejante oportunidad, no tuvo m¨¢s remedio que marcar. Nada del otro jueves en Anoeta.

Lo inusual tuvo que ver con la reacci¨®n de la Real, capaz de serenarse y rescatar su mejor f¨²tbol en mitad del chaparr¨®n. El M¨¢laga segu¨ªa a lo suyo, muy vertical y bien relacionado con Musampa y Dar¨ªo Silva, aunque la pareja no supiera muy bien qu¨¦ hacer con los balones que recib¨ªa: de espaldas y a un par de metros de la frontal del ¨¢rea.

Enseguida, ambos conjuntos se entregaron a las jugadas a bal¨®n parado, incapaces de desmarcarse con claridad el uno del otro. La Real acert¨® en un c¨®rner, un cabezazo valiente y bien dirigido de Xabi Alonso para empatar al filo del descanso. El M¨¢laga respondi¨® con una falta mal repelida por Westerveld: todav¨ªa se preguntan en M¨¢laga c¨®mo pudo Dar¨ªo Silva cocear un rechace que s¨®lo ped¨ªa un leve empuj¨®n. Los andaluces se apagaron ah¨ª mismo, aflojaron la presi¨®n y acabaron por recibir un gol calcado al que encaj¨® la Real. Luiz Alberto, el central sacrificado por Olabe, regres¨® para marcar. Es, junto a De Paula, el m¨¢ximo goleador de su equipo.