Recordando a Constantino
Coincidiendo con el aniversario de la proclamaci¨®n de la Segunda Rep¨²blica, la Asociaci¨®n de la Prensa de Granada, secundada por el Ayuntamiento, acaba de homenajear a un periodista excepcional y desafortunado: Constantino Ruiz Carnero.
Nacido en Torredelcampo (J¨¢en) un 8 de septiembre de 1887, Ruiz Carnero se traslada adolescente a Granada. All¨ª se convierte pronto en precoz redactor de art¨ªculos combativos -no aguanta la literatura alhambre?a, sentimental y llorona todav¨ªa imperante en la ciudad-, y en 1915 entra a formar parte de la plantilla del magn¨ªfico diario liberal, y luego republicano, El Defensor de Granada, siendo nombrado director del mismo en 1924.
En abril de 1931 Ruiz Carnero fue elegido concejal de la corporaci¨®n granadina por Izquierda Republicana, y a lo largo de los dos a?os siguientes particip¨® intensamente en la vida pol¨ªtica de la capital. Cuando, a ra¨ªz del triunfo de la CEDA en 1933, aquellos ediles fueron echados a la calle, llev¨® a cabo desde El Defensor, y pese a las trabas impuestas por la censura, una tenaz labor de oposici¨®n. Como comentarista sat¨ªrico tal vez no ten¨ªa parang¨®n en Andaluc¨ªa, y en su habitual columna de primera plana, Silueta del d¨ªa, arremet¨ªa contra el adversario de turno con un arrojo digno de Unamuno. Entre sus blancos preferidos figuraba el diputado Ram¨®n Ruiz Alonso, el ex mat¨®n de las JONS y 'obrero amaestrado' de la CEDA que luego desempe?ar¨ªa un papel principal en la detenci¨®n de Federico Garc¨ªa Lorca.
Nombrado alcalde interino en febrero de 1936, tras el triunfo del Frente Popular -s¨®lo estar¨ªa unos d¨ªas en el puesto-, Ruiz Carnero estuvo admirable en el acto de reposici¨®n de la corporaci¨®n republicana. 'En este momento yo no quiero pronunciar m¨¢s que palabras de paz y orden', dijo. 'Yo recomiendo mucho orden y mucha serenidad, porque la Rep¨²blica tiene que ser orden y serenidad'.
Pero la Rep¨²blica ya no podr¨ªa ser ni el uno ni la otra. Era demasiado tarde. Cuando el 20 de julio de 1936 los nacionales tomaron Granada, uno de sus primeros objetivos fue El Defensor, cerrado fulminantemente aquella misma tarde. Apresado en su despacho, cabe pensar que Ruiz Carnero no albergar¨ªa dudas acerca de lo que le esperaba. ?No hab¨ªa dicho su amigo Lorca que en Granada se agitaba en aquellos momentos 'la peor burgues¨ªa de Espa?a'?
En la c¨¢rcel un guardia le rompi¨® a Ruiz Carnero las gafas con un culatazo, incrust¨¢ndosele los cristales en los ojos. No fue atendido y cuando se lo llevaron a fusilar falleci¨® camino de las tapias del cementerio. ?ste y otros muchos detalles se recogen en el libro de Francisco Vigueras, Granada, 1936. Muerte de un periodista (Granada, Editorial Comares, 1998). Por fin se ha empezado a hacerle justicia a Ruiz Carnero. En la peque?a plaza granadina donde estuvo El Defensor se ha erigido un sencillo monumento en su memoria y la de todos los periodistas muertos en defensa de la libertad y la democracia. Que no olvidemos su sacrificio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.