La realidad de la Unidad de Agudos
Con relaci¨®n a la carta publicada recientemente en El Pa¨ªs Andaluc¨ªa sobre la Unidad de Agudos de Salud Mental de nuestro hospital, bajo la firma de don Jos¨¦ Raya T¨¦llez, no podemos dejar de expresar nuestro malestar por unas afirmaciones que distan mucho de ser la realidad de nuestra unidad. En primer lugar, negar con rotundidad que las unidades hospitalarias sean 'la versi¨®n maquillada de los antiguos manicomios'.
Los propios afectados por enfermedades mentales, sus familias, las instituciones sanitarias y los profesionales encargados de su cuidado han dedicado mucho esfuerzo para conseguir el respeto y la aceptaci¨®n de toda la sociedad. Han dejado de ser 'locos' hace mucho tiempo y estimamos que, incluso en cartas cr¨ªticas, debemos dejar de emplear viejos t¨¦rminos que empa?an ese camino recorrido. Ya no existen 'manicomios', los ingresos hospitalarios est¨¢n indicados s¨®lo para el tratamiento de los periodos de agudizaci¨®n de la enfermedad y por el tiempo estrictamente necesario para controlar las crisis, siempre intentando proporcionar un entorno afectivo lo m¨¢s rico posible, con las atenciones sanitarias adecuadas para la pronta recuperaci¨®n de nuestros pacientes.
La Unidad de Agudos, con 700 ingresos anuales y una estancia media inferior a los 19 d¨ªas, est¨¢ dotada con 28 camas, distribuidas en habitaciones de dos camas, aunque en momentos puntuales de m¨¢xima ocupaci¨®n algunas habitaciones cuenten con tres camas. Es falso, por tanto, que los enfermos 'se hacinen en un habit¨¢culo en permanente estado de sobresaturaci¨®n'.
Las habitaciones est¨¢n dotadas necesariamente de rejas para la protecci¨®n y seguridad de los pacientes ingresados. Son habitaciones y espacios amplios, que gozan de una buena iluminaci¨®n, al igual que el resto de habitaciones de otras ¨¢reas del hospital. La unidad no es un 'universo carcelario' en absoluto.
Tampoco es cierto que nuestros enfermos se encuentren 'aparcados'. El ?rea de Salud Mental Virgen del Roc¨ªo cuenta con 138 profesionales (psiquiatras, psic¨®logos, enfermer¨ªa, terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales, monitores y celadores) perfectamente cualificados.
Tambi¨¦n el se?or Raya habla de la 'promiscuidad' entre los pacientes por la falta de separaci¨®n 'radical' entre sexos. Decirle que existe separaci¨®n radical en esta unidad, al igual que en el resto del hospital, como garant¨ªa de privacidad e intimidad para todos los enfermos. Hombres y mujeres nunca comparten las mismas habitaciones. En cuanto al consumo de drogas, es muy importante se?alar que, por supuesto, no est¨¢ permitido el consumo de t¨®xicos dentro de la Unidad, a pesar del elevado n¨²mero de pacientes que ingresan por patolog¨ªa dual (abuso y dependencia de opioides).
La unidad tiene asegurada su higiene, con limpieza ordinaria diaria y limpieza extraordinaria para cada una de las eventualidades que se den. En cuanto a la disponibilidad de lencer¨ªa, a cada paciente se le proporciona la ropa que precisa.
En lo referente a la zona com¨²n, se trata de un amplio espacio donde los pacientes realizan diferentes actividades. Conversan, pasean, juegan, comen. El equipamiento se renueva constantemente, por el r¨¢pido deterioro del mismo. Aquellos pacientes con indicaci¨®n m¨¦dica favorable, y acompa?ados del personal sanitario de la unidad, salen a pasear por el interior del complejo hospitalario.
La reclamaci¨®n del se?or Raya al Servicio de Atenci¨®n al Usuario se refer¨ªa a una situaci¨®n puntual producida en el Servicio de Urgencias, no incluyendo en ning¨²n momento opiniones como las vertidas en su carta. Ya se le reconoci¨® desde el Servicio de Atenci¨®n al Usuario lo excesivo del plazo empleado para la respuesta y le fueron presentadas disculpas. Manifestar, sin embargo, que este hecho no es representativo de la actitud y dedicaci¨®n de los profesionales del Servicio.
Esperamos que con esta carta quede aclarada la realidad de la Unidad de Agudos de Salud Mental de este hospital, especialmente sensibilizado con las patolog¨ªas psiqui¨¢tricas, que, sin duda, requieren una intensa dedicaci¨®n.
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