Imperiosos
Seguimos en Feria. A uno, y a m¨¢s de uno, cuando llegan estas fechas, en las que se repite todo menos la manzanilla y el rebujito, gusta mirar c¨®mo la clase pol¨ªtica hace lo de todos los a?os. Sin embargo, este a?o, no es una feria como las dem¨¢s. Falta Imperioso, el caballo de la pol¨ªtica del GIL. No ha podido venir. No se sabe si la raz¨®n es porque est¨¢ embargado o porque su amo est¨¢ cuid¨¢ndose la tensi¨®n en la enfermer¨ªa de Alcal¨¢-Meco. En cualquier caso, lo importante, adem¨¢s de la salud de Jes¨²s y el caballo, es que de Marbella puede desaparecer una forma autoritaria, y tir¨¢nica, de hacer pol¨ªtica. Es la manera de gobernar, que anunciaba el nombre de este caballo.
Adem¨¢s, coincidiendo con esta Feria, aparece alguna noticia m¨¢s. Un testamento ol¨®grafo y un juicio por aborto. La se?ora ha dejado sus bienes a los pobres. El juicio, dos m¨¦dicos en el banquillo. Un problema, o dos. Hay que determinar qui¨¦nes son pobres. Menos mal que el C¨®digo Civil lo resuelve. En el siglo XIX se dec¨ªa que, los pobres, son los que establezca el alcalde, el p¨¢rroco y el juez, y en el siglo XXI, que sigue diciendo lo mismo, no resulta muy extra?o, por lo que puede parecer l¨®gico. Una l¨®gica que no pasa por falta de confianza en el alcalde de Sevilla aunque, a veces, entran ganas de perderla. Tampoco en el juez. La l¨®gica puede fallar en el cura aunque, en esta ocasi¨®n, dado el sentido com¨²n del arzobispo de Sevilla, hay suerte.
Sin embargo, a pesar de esta suerte, no se comprende muy bien que en un estado aconfesional, con una sociedad multirreligiosa y una Iglesia con un voto de pobreza que convive con Gescartera y cuenta con ec¨®nomos por doquier, y en Valladolid, sea la que establezca el derecho a ser pobres. Claro que tampoco se entiende que sean los padres de una joven de 16 a?os quienes deban prestar el consentimiento para interrumpir un embarazo, que no es el de ellos ni les importa.
A lo mejor es que, la modificaci¨®n de estas leyes no interesa mucho. Interesan, otras. La Ley de Partidos, la del PER, la de Extranjer¨ªa o la de Seguridad Ciudadana, para tratar a todos, s¨ª interesa, como si formaran parte de la kale borroka.
A veces, entre rebujito y rebujito, pienso que hay m¨¢s de un imperioso.
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