Precursor del pop
Se han reunido con ocasi¨®n de esta muestra casi un centenar de obras, entre ¨®leos, dibujos y grabados, de Richard Lindner, jud¨ªo alem¨¢n, nacido en Hamburgo el a?o 1901 y muerto en Nueva York en 1978, lo cual es un conjunto muy notable si se logra desde una galer¨ªa privada. El a?o pasado se celebr¨®, adem¨¢s, el centenario de este singular¨ªsimo artista, del que se puede decir que casi se salv¨® por los pelos de la persecuci¨®n nazi, refugi¨¢ndose, en 1941, tras una ardua peripecia, en Nueva York, que se convirti¨® ya en su ciudad. Dedicado al principio al dise?o, Lindner fue lentamente derivando hacia el territorio de la pintura, en la que acab¨® triunfando en la din¨¢mica d¨¦cada de 1960, pues no en balde fue uno de los heraldos del entonces emergente arte pop.
RICHARD LINDNER
Galer¨ªa Leandro Navarro Amor de Dios, 1. Madrid Hasta el 30 de abril
Dada la envergadura intelectual de Lindner y lo que hab¨ªa sido hasta entonces su profesi¨®n, que, en Am¨¦rica, deriv¨®, sobre todo, a la ilustraci¨®n de libros, se entiende este peculiar proceso que hizo de ¨¦l un pintor a los 50 a?os, pero, antes que nada, un artista de enorme talento, dotado con un mundo propio de un calibre que no suele ser habitual.
Formado en la tradici¨®n germ¨¢nica
del dibujo de l¨ªnea dura, profesionalmente un excelente dise?ador y un seguidor competente de la vanguardia, Lindner ten¨ªa todo el bagaje necesario para madurar un estilo pict¨®rico propio, que fue tambi¨¦n el m¨¢s adecuado para lo que interesaba en el arte tras la crisis del expresionismo abstracto. En este sentido, aprovech¨® las siluetas y el toque metalizado de L¨¦ger, pero para configurar un mundo figurativo de m¨ªticos personajes urbanos, de fuerte carga er¨®tica perversa. Esta fantasmagor¨ªa humana, surgida del delirante y apocal¨ªptico universo expresionista alem¨¢n, en la l¨ªnea de Grosz, Dix y algunos realistas de la Nueva Objetividad, pero tratada formalmente con el fr¨ªo y distante estilo maquinal de L¨¦ger, convirti¨® la obra pict¨®rica de Lindner en algo muy original y poderoso, que fascin¨® enseguida a los j¨®venes americanos del pop, y, en particular, a Andy Warhol. De manera que, durante las dos ¨²ltimas d¨¦cadas de su existencia, Lindner se convirti¨® en un modelo de referencia muy apreciado por su singularidad.
Por todo ello, habiendo casi transcurrido un cuarto de siglo desde su muerte, tiene un especial inter¨¦s revisar su obra y as¨ª rescatarla de lo, por consabido, casi olvidado.
La muestra, que ahora se presenta en Madrid, cumple muy bien lo necesario para aprovechar esta revisi¨®n de Lindner, porque, aun bas¨¢ndose principalmente en obra sobre papel, un medio en el que ¨¦ste se mov¨ªa como pez por el agua, recrea a la perfecci¨®n los iconos y las maneras de este artista. Por haber, hay en ella hasta un extraordinario retrato del poeta Verlaine, fechado hacia 1950, que hizo seguramente para alguna edici¨®n de los escritos de ¨¦ste, y que sintetiza por s¨ª solo el calado del talento de Lindner, un artista que, en absoluto, conviene olvidar.
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