Desayuno con vistas al mar y al Teide
RIU GARO?, un tranquilo 'resort' en el tinerfe?o Puerto de la Cruz
Paradigma de la renovaci¨®n hotelera que se est¨¢ produciendo en Puerto de la Cruz, quiz¨¢ el destino tur¨ªstico m¨¢s veterano y atropellado de la isla de Tenerife, el ¨²ltimo resort de la cadena Riu ha ido a refugiarse en la tranquilidad del barrio alto de la ciudad. Mientras muchas voces y algunas iniciativas intentan aliviar su asfixia urban¨ªstica, los nuevos hoteles nacen ya con las zonas verdes que demanda la clientela centroeuropea, cada d¨ªa m¨¢s entusiasta de un cierto estilo Disney en la arquitectura costera.
El hotel Riu Garo¨¦, cuyas referencias al ¨¢rbol m¨ªtico de los bimbaches apoya esta nueva ola recreativa, forma un cuadril¨¢tero abierto de edificaciones culminadas por torres y terrazas de ascendente canario. Su emplazamiento, antes del t¨²nel de acceso a la ciudad, no se significa por la cadencia del oleaje ni por el olor a sal, pero ofrece desde diversos ¨¢ngulos vistas al mar, y desde algunos dormitorios, una asombrosa panor¨¢mica del Teide. La perspectiva desde los jardines interiores dibuja una geometr¨ªa multicolor (ocre, salm¨®n, almagre, azul) y variopinta (arcos, aleros, arabescos, galer¨ªas canarias, balconadas florentinas) de fabulosos efectos visuales.
RIU GARO?
Categor¨ªa oficial: cuatro estrellas. Direcci¨®n: Doctor Celestino Gonz¨¢lez Padr¨®n, 3. Puerto de la Cruz (Tenerife). Tel¨¦fono: 922 38 29 88. Fax: 922 38 83 60. 'Web': www.riu.es. Instalaciones: garaje, jard¨ªn, piscina, tenis, squash, gimnasio, sauna, centro de salud y relax, sal¨®n de billar, bar, comedor. Habitaciones: 183 dobles y 7 'suites'; todas con ba?o, aire acondicionado, tel¨¦fono, minibar, radio, TV v¨ªa sat¨¦lite, secador de pelo y albornoz. Servicios: algunas habitaciones adaptadas para discapacitados, no admite perros, instalaciones adecuadas para familias con ni?os. Precios: temporada alta, 161 euros + 7% IVA; temporada baja, 149 + 7% IVA; desayuno, 17 + 7% IVA; ofertas especiales a trav¨¦s de agencias de viajes. Tarjetas de cr¨¦dito: American Express, Diners Club, MasterCard, Visa, 6000. Arquitectura ... 6 Decoraci¨®n ... 6 Estado de conservaci¨®n ... 9 Confortabilidad habitaciones ... 6 Aseos ... 6Ambiente ... 7 Desayuno ... 8 Atenci¨®n ... 9 Tranquilidad ... 7 Instalaciones ... 7
Pero Garo¨¦ es, ante todo, un hotel Riu. Es decir, el ¨²ltimo eslab¨®n de una cadena que pretende ser identificada y querida por su servicio. Las instalaciones no revisten mayores galas. El lujo son sus empleados, siempre amables. A poco que se descuelgue el tel¨¦fono, una voz al otro lado del hilo estar¨¢ preparada para satisfacer cualquier necesidad del hu¨¦sped.
De un extremo a otro del complejo discurren, lineales, metros y metros de corredores abiertos. En sus flancos se suceden las habitaciones, amplias y muy funcionales, de concepci¨®n m¨¢s urbana que mar¨ªtima. Dise?adas para los trallazos vacacionales antes que para el placer o el gusto sibarita. Invitan a salir o a matar el tiempo en los sillones de la terraza, detr¨¢s de un zumo servido del minibar.
Por la ma?ana cabe solicitar un desayuno al aire libre de esta solana, en pijama, casi sin inmutarse. Y eso que el buf¨¦ del comedor, surtido de fruta fresca y boller¨ªa reci¨¦n salida del obrador, no presenta los inconvenientes habituales en otros establecimientos de estructura masiva. Aqu¨ª, gracias al aludido servicio, no hace falta levantarse continuamente a por una cucharilla, el sobrecito del az¨²car o esa taza de caf¨¦ olvidada en el circuito.
A la espera de que la vegetaci¨®n medre y se haga mayor en los jardines del hotel, una piscina con hidromasaje refresca las ideas acerca del turismo en la isla y da categor¨ªa de terapia veraniega al dolce far niente. Una invitaci¨®n sin cuartel a la molicie.
ALREDEDORES
POR LA carretera del Este discurre el paisaje de la franja litoral, con la Laja de la Sal como m¨¢ximo atractivo visual. Un preludio de los acantilados y el complejo acu¨¢tico que creara el malogrado artista C¨¦sar Manrique: el monumento al Mar, la isla del Lago y el propio lago Marti¨¢nez, en el norte de la ciudad. Hacia el interior merece una visita el parque Taoro, 10 hect¨¢reas de jardines, paseos, miradores, fuentes, cascadas y un casino dise?ado en 1890 por el franc¨¦s Adolph Coquet; el Sitio Litre, una mansi¨®n con jard¨ªn del siglo XVIII; y el insuperable Jard¨ªn Bot¨¢nico, creado por Carlos III en 1788. Las salidas en coche permiten ir a Icod de los Vinos para ver el drago milenario, y a La Orotava, con el m¨ªtico valle deslucido en los ¨²ltimos a?os por el furor constructivo. Los amantes de las playas har¨¢n bien en detenerse en la de los Patos.
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