La semana m¨¢s movida del a?o
Parece que todas las agendas oficiales se hayan concitado para fijar durante estos d¨ªas, y sin suficiente preaviso, los episodios decisivos de sus respectivos programas. El jueves pasado, los Reyes presiden una parada militar en la Alameda del cap i casal y condecoran a la Fuerza de Maniobra del Ej¨¦rcito mandada por el teniente general Juan Ortu?o, natural de Polop de la Marina y valencianohablante, lo que no deja de ser una singularidad en la c¨²pula castrense. El vecindario percibi¨® que algo importante acontec¨ªa debido al extraordinario despliegue policial. Los contestatarios o renuentes a que estas unidades especiales se establezcan Valencia -que los hay- no justificaron tantas prevenciones.
Al mismo tiempo, en otro frente, en las Cortes auton¨®micas, el presidente Eduardo Zaplana afrontaba una suerte de apuntamiento, un pliego de cargos a prop¨®sito del caso Cartagena, del que la oposici¨®n est¨¢ haciendo le?a con la misma impiedad y tes¨®n que despleg¨® el PP en su acoso al PSOE gobernante. No se le puede reprochar que, a falta de otras oportunidades, se cebe con esta, por m¨¢s que el protagonista -el ex alcalde de Orihuela- ya est¨¦ instalado extramuros de la pol¨ªtica. Pero si algo le consta a los opositores es la tremenda incomodidad que este suceso provoca en las filas populares y, particularmente, al mismo l¨ªder de los populares, por una vez inerme ante las andanadas parlamentarias. Ampararse en que Luis Fernando Cartagena es inocente en tanto que la sentencia est¨¢ recurrida s¨®lo es una finta para no admitir que estamos ante una condena virtual y en ejecuci¨®n. Ardua empresa, asimismo, probar otras responsabilidades.
En sinton¨ªa con este rifirrafe, que para desgracia del PP se reproducir¨¢ intermitentemente con la persistencia de una almorrana hasta su agotamiento por cansancio, los socialistas valencianos andan convulsionados por sus elecciones primarias a la candidatura auton¨®mica. Ignoramos en qu¨¦ hayan quedado los comicios cuando redactamos estas l¨ªneas, pero al margen de este dato s¨ª es posible formular alguna observaci¨®n. La primera, y marginal, aunque obvia, es la cantidad de afiliados y afiliadas con disponibilidad personal para involucrarse activamente en esta operaci¨®n. Est¨¢n liberados, en el paro o han recuperado antiguas euforias, lo que ser¨ªa un buen s¨ªntoma.
La segunda es el plausible respeto mutuo con que han procedido los candidatos, soslayando en lo posible las invectivas ad hominem, m¨¢s all¨¢ de pugnar por quien de los dos -Joan Ignasi Pla o Cipri¨¤ Ciscar- es el id¨®neo para optar al futuro, cuando el futuro que se pespunta para ambos y el partido es tan lejano. Y la tercera, entre otras conclusiones menores, es que la victoria que resultare conlleva una derrota colectiva dado que el candidato elegido emerge con la amputaci¨®n del sector que le cuestiona y que mermar¨¢ su representatividad si no se cauteriza pronto y definitivamente esta fisura -lermismo y ciscarismo- que ya es cr¨®nica y gangrenosa. Cabe suponer que, por mero instinto de supervivencia del PSPV, afloren nuevas pautas partidarias de conducta, se superen los atavismos y que por fin pueda consolidarse una cabeza visible del socialismo ind¨ªgena. Am¨¦n.
Y la 'mani' antiglobalizaci¨®n que, en esta ocasi¨®n, sin declinar de sus objetivos esenciales -impugnaci¨®n del hegemonismo capitalista insolidario-, ha puesto el acento en el conflicto que aflige al pueblo palestino y cuya violencia comanda el israelita Adolf Sharon. El mensaje est¨¢ claro y esperemos que se haya expresado con la civilidad que imploran sus patrocinadores. Y esperemos tambi¨¦n que llegue con nitidez a los miembros de la Conferencia Ministerial Euromediterr¨¢nea de la que los valencianos somos anfitriones estos pr¨®ximos d¨ªas.
Con tan apretado programa de fiestas no es sorprendente que el Foro de Valldigna para el Mediterr¨¢neo, cuya segunda edici¨®n acaba de celebrarse en Valencia, haya pasado como de puntillas por el d¨¦ficit de eco medi¨¢tico. Y es una pena, pues la cultura, como marco de encuentro de las sociedades del siglo XXI, puede parecernos una propuesta hoy por hoy ut¨®pica en un mundo degradado por el hambre y la discriminaci¨®n, pero por ello mismo es m¨¢s necesaria de apoyo. La pr¨®xima convocatoria no habr¨ªa de coincidir con el estr¨¦pito de tantos acontecimientos.
Y por si faltaba algo, hoy nos jugamos la Liga. ?Qu¨¦ semana!
CALIENTES, CALIENTES
Seg¨²n la encuesta de una firma de anticonceptivos, los catalanes junto con los valencianos son quienes m¨¢s veces copulan al a?o. Y eso, aunque pensemos en el sexo con menos asiduidad que el promedio de los espa?oles. Esto es, que nos aplicamos a la faena m¨¢s que a la enso?aci¨®n, causa de tanta melancol¨ªa. En este cap¨ªtulo, pues, ya que no en renta familiar, natalidad o inversiones, nos situamos entre los mejor calificados. Tambi¨¦n podr¨ªa ocurrir que, simplemente, mentimos m¨¢s que los otros, pero de lo que no cabe duda es de que somos individuos de sangre caliente y que en este apartado arrastramos d¨¦ficit hist¨®ricos. En todo caso, es un buen signo de salud. A fer-ho, que el m¨®n s?acaba.
CALIENTES, CALIENTES
Seg¨²n la encuesta de una firma de anticonceptivos, los catalanes junto con los valencianos son quienes m¨¢s veces copulan al a?o. Y eso, aunque pensemos en el sexo con menos asiduidad que el promedio de los espa?oles. Esto es, que nos aplicamos a la faena m¨¢s que a la enso?aci¨®n, causa de tanta melancol¨ªa. En este cap¨ªtulo, pues, ya que no en renta familiar, natalidad o inversiones, nos situamos entre los mejor calificados. Tambi¨¦n podr¨ªa ocurrir que, simplemente, mentimos m¨¢s que los otros, pero de lo que no cabe duda es de que somos individuos de sangre caliente y que en este apartado arrastramos d¨¦ficit hist¨®ricos. En todo caso, es un buen signo de salud. A fer-ho, que el m¨®n s?acaba.
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