20 a?os de examen musical
La Orquesta Sinf¨®nica de Euskadi cumple 20 a?os con la mirada puesta en los circuitos internacionales
La Orquesta Sinf¨®nica de Euskadi (OSE) cumpli¨® ayer veinte a?os sobre los escenarios, sometida al examen siempre cr¨ªtico de la audiencia. Naci¨® con el Estado de las Autonom¨ªas como un elemento integrador y de difusi¨®n de la cultura vasca. Pero hoy, tras m¨¢s de 2.000 actuaciones, varias giras internacionales y una ¨ªmproba labor discogr¨¢fica, puede decirse que ha trascendido con mucho ese objetivo.
Su presentaci¨®n oficial se remonta al 20 de abril de 1982, pero el proyecto de gestaci¨®n comenz¨® dos a?os antes. 'Acababa de constituirse el segundo Gobierno vasco', recuerda su fundador, Imanol Olaizola. ?l era entonces el director del departamento de Cultura que lideraba Ram¨®n Labayen. 'Nos hab¨ªan invitado a plantear ideas para ofrecer una imagen de creatividad del Pa¨ªs Vasco y para cubrir los vac¨ªos no atendidos por la administraci¨®n central'.
La sinf¨®nica vasca ha ofrecido m¨¢s de 2.000 conciertos ante unos 1.752.000 espectadores
Olaizola, en su momento impulsor del Festival de Jazz de San Sebasti¨¢n, lanz¨® su propuesta, acogida con entusiasmo, en el a?o 1980, cuando 's¨®lo exist¨ªan en Espa?a cinco orquestas de nivel' y ninguna auton¨®mica. 'Hoy', destaca, 'hay 28'. Fue ¨¦l quien se encarg¨® de la elaboraci¨®n del proyecto. Visit¨® numerosas sinf¨®nicas nacionales y europeas hasta tener claro el modelo que quer¨ªa para Euskadi; una orquesta acorde con el nivel coral de la comunidad, que prestara adem¨¢s atenci¨®n a la obra de los compositores vascos y facilitara el acceso de toda la ciudadan¨ªa a la m¨²sica.
Descart¨® la opci¨®n del funcionariado art¨ªstico y opt¨® por 'concursos transparentes para garantizar el control de calidad'. Y as¨ª, en 1981, se convocaron varios concursos hasta cubrir las plazas, tarea nada f¨¢cil, seg¨²n Olaizola. 'No ¨¦ramos una oferta golosa', dice. El veterano fagot madrile?o Tom¨¢s Ruti Parra, coincide con esta opini¨®n. 'Al principio, hab¨ªa un poco de miedo sobre el futuro de la orquesta y, por lo tanto, sobre nuestro empleo'.
La OSE perdi¨® a algunos de los m¨²sicos entre convocatoria y convocatoria, atra¨ªdos por otras ofertas. 'Le dije a Labayen que me preocupaba y que ten¨ªamos que empezar', recuerda Olaizola. El 5 de abril una peque?a y m¨¢s que modesta orquesta, dirigida por el maestro Enrique Jord¨¢, se estrenaba en el Palacio Miramar de San Sebasti¨¢n, sede de la OSE junto con el teatro Bellas Artes, hasta la construcci¨®n del actual edificio de Miram¨®n. Quince d¨ªas despu¨¦s se presentaba en sociedad y comenzaba su rodaje por las salas del Pa¨ªs Vasco. 'Aquello iba tomando cuerpo', afirma Olaizola, 'y entendimos, en 1982, que el siguiente paso era organizar un ciclo de abono' en las tres capitales vascas y en Pamplona.
Desde entonces ha llovido mucho y aquel conglomerado de m¨²sicos es hoy una orquesta estable que ha ofrecido m¨¢s de 2.000 conciertos ante unos 1.752.000 espectadores y ha logrado convertirse en la segunda sinf¨®nica espa?ola con mayor n¨²mero de abonados (6.000), tras Barcelona. En parte, gracias al auge de los auditorios y la construcci¨®n del Kursaal de San Sebasti¨¢n y el Euskalduna en Bilbao. Pero hasta encontrar su identidad, la OSE -que hoy tiene una de sus extensiones en la Joven Orquesta de Euskadi-ha caminado por el sendero de la incertidumbre y los cambios su la direcci¨®n.
Tras Jord¨¢, asumieron el cargo Maximiano Vald¨¦s (1985/1986), Mattias Kuntzsch (1987/1989) y Miguel ?ngel G¨®mez (1989/1993), art¨ªfice de la consolidaci¨®n de la orquesta, seg¨²n el sentir general. El propio maestro apunta satisfecho: 'Conseguimos que la orquesta pasara de ser baby a convertirse en una bastante madura'. G¨®mez, coinciden los veteranos, logr¨® concienciar a los profesionales de una cuesti¨®n clave. 'Nos transmiti¨® que independientemente de qui¨¦n estuviera en la direcci¨®n', apunta el fagot italiano Marco Caratto, 'la orquesta ten¨ªa que tener una identidad, no pod¨ªa dar bandazos'.
En 1997, la llegada de Gilbert Varga y Mario Venzago -sustitu¨ªdo despu¨¦s por Cristian Mandeal- propici¨® la revitalizaci¨®n de la Sinf¨®nica de Euskadi; la consolidaci¨®n de su pol¨ªtica de intercambios con otras orquestas; la presencia, cada vez m¨¢s frecuente, de directores y solistas de prestigio internacional; el impulso de su trabajo discogr¨¢fico, plasmado ya en una veintena de grabaciones -entre ellas, la colecci¨®n dedicada a los compositores vascos- y las giras por Europa y de Suram¨¦rica.
'La OSE ha experimentado una evoluci¨®n tremenda', constata Varga. 'Cuando llegu¨¦ era una formaci¨®n pasiva, reaccionaba de forma muy lenta. Ahora est¨¢ despertando, es activa y ambiciosa. Cada vez m¨¢s, los retos art¨ªsticos surgen en su propio seno'. Las cr¨ªticas de los especialistas y de m¨²sicos solventes ratifican esta realidad. Recientemente, Frank Peter Zimmerman dijo que la sinf¨®nica vasca es la orquesta estatal con la que mejor se trabaja. Pero a¨²n 'le queda mucho por hacer', se?ala el gerente, Germ¨¢n Ormaz¨¢bal. 'Hemos conseguido ser un referente en Espa?a, ahora tenemos que tratar de consolidar nuestra presencia en el circuito internacional'.
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