S¨¢hara aut¨®nomo

La decisi¨®n de Estados Unidos de apadrinar la propuesta para que el S¨¢hara Occidental se convierta en una regi¨®n aut¨®noma de Marruecos es el dividendo inmediato de la entrevista que Mohamed VI sostuvo la v¨ªspera con Bush en la Casa Blanca, donde el presidente dio al monarca alau¨ª tratamiento de 'aliado privilegiado'. A este acercamiento no es ajena la reciente concesi¨®n de prospecciones petrol¨ªferas frente a las costas saharauis a una empresa norteamericana. Si la pol¨ªtica exterior de Bush, e incluso parte de la interior, tiene un eje director, es el del petr¨®leo.

Aunque la salida de la autonom¨ªa sea la m¨¢s probable a un conflicto que dura demasiado tiempo, la Administraci¨®n de Bush se ha precipitado al favorecerla, pues no estaba madura, ni se hab¨ªa hecho el trabajo previo de convicci¨®n entre los habitantes del territorio. Es una de las cuatro opciones que el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, hab¨ªa presentado, entre las que figuraba una partici¨®n que tampoco hubiera asegurado estabilidad alguna. Pero no se puede, de un plumazo, hacer caso omiso de a?os de esfuerzos para lograr una soluci¨®n que cuente con el consenso de los habitantes de ese territorio.

EE UU desea el apoyo del Consejo de Seguridad, para lo que busca el respaldo del 'grupo de amigos' -Rusia, Francia, Reino Unido y Espa?a-, que suele consensuar previamente las posiciones en esta delicada materia. Rusia ha mostrado sus reservas, y parece favorecer la partici¨®n territorial. Espa?a, antigua potencia colonial con responsabilidad hist¨®rica, buscaba una tercera v¨ªa entre la independencia y la plena integraci¨®n en Marruecos que no ignorara el Plan de Arreglo de 1991, que preve¨ªa un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n del S¨¢hara Occidental. Tras todos estos a?os, sin embargo, lo que ha quedado claro es que un refer¨¦ndum no pod¨ªa ser un instrumento para la soluci¨®n, sino, si acaso, una manera de ratificar una soluci¨®n previamente pactada entre las partes.