Espa?a no renunciar¨¢ a la plena soberan¨ªa sobre Gibraltar

El ministro Portavoz del Gobierno, P¨ªo Cabanillas, se limit¨® ayer a reafirmar que 'Espa?a no va a renunciar a la plena soberan¨ªa sobre Gibraltar' como respuesta a los s¨ªntomas de una inesperada tensi¨®n entre Madrid y Londres surgida la v¨ªspera y que en medios diplom¨¢ticos espa?oles se atribuye a 'nervios habituales en v¨ªsperas de cerrar una negociaci¨®n'. Los socialistas apoyaron esta postura de Cabanillas.

Mientras en Espa?a se habla de 'nervios', los diplom¨¢ticos brit¨¢nicos achacan este ¨²ltimo rifirrafe a la irritaci¨®n del Foreign Office por la ruptura del sigilo que se quiso imponer sobre el encuentro celebrado por los ministros de Exteriores respectivos el pasado martes, en Valencia.

Las dos partes siguen considerando, por lo dem¨¢s, que el acuerdo de soberan¨ªa compartida en el que trabajan es perfectamente posible dentro del calendario previsto y mantienen sus previsiones de que se pueda cerrar para mediados del mes que viene, aunque tambi¨¦n reconocen que las dificultades siguen siendo importantes, pese al fuerte impulso que el canciller Josep Piqu¨¦ y su hom¨®logo brit¨¢nico, Jack Straw, han dado a la negociaci¨®n esta semana.

Tras excluir 'toda duda' sobre la reivindicaci¨®n espa?ola de la soberan¨ªa, Cabanillas se ampar¨® en 'la discreci¨®n' de las conversaciones para no explicitar los puntos dif¨ªciles planteados. El ministro brit¨¢nico para Europa, Peter Hain, los enumer¨®, en cambio, detalladamente el pasado jueves en Londres, antes de advertir a Espa?a de que el tiempo apremia y de que est¨¢ llegando el momento en que el compromiso se toma o se deja.

Hain enumer¨® concretamente tres temas: que el acuerdo debe ser 'seguro y estable', que el control de la base militar debe seguir siendo brit¨¢nico y que los gibraltare?os tendr¨¢n que aprobar el compromiso en refer¨¦ndum. Pocos aspectos m¨¢s del contencioso contendr¨¢ el documento, que finalmente ser¨¢ una declaraci¨®n pol¨ªtica conjunta de principios susceptibles de orientar la redacci¨®n de un tratado en una segunda fase, una vez superado el refer¨¦ndum.

Se trata de problemas identificados desde un principio y considerados superables, pero que siguen siendo dif¨ªciles cuando llega el momento de consensuar la redacci¨®n de una soluci¨®n concreta.

Que el acuerdo sea estable no implica, para Londres, que se diga expresamente que la soberan¨ªa sobre el Pe?¨®n ser¨¢ compartida definitivamente por el Reino Unido y Espa?a, sino que haya garant¨ªas de que Espa?a no volver¨¢ a plantear enseguida su reivindicaci¨®n de una soberan¨ªa plena. La f¨®rmula sobre la que se trabaja desde hace meses es la de que la soberan¨ªa compartida no tenga plazo de caducidad y que el acuerdo reincorpore la garant¨ªa del Tratado de Utrecht de que si la parte brit¨¢nica cede sus derechos, deba hacerlo en beneficio de Espa?a.

En medios diplom¨¢ticos espa?oles se evita cualquier comentario sobre el control militar de la base, aunque los brit¨¢nicos sostienen que su aspiraci¨®n a tenerlo totalmente no es un inconveniente grave en las negociaciones. Londres no quiere la soberan¨ªa plena sobre esas instalaciones, como la tiene en su base de Chipre, pero es evidente que ceder el control de una base sobre un territorio en r¨¦gimen de cosoberan¨ªa plantea problemas en Madrid.

En cuanto al refer¨¦ndum, la parte espa?ola exige que sea planteado de modo que no pueda ser confundido con el ejercicio de un derecho de autodeterminaci¨®n, que Espa?a ha considerado siempre incompatible con el Tratado de Utrecht. El Ejecutivo prefiere una f¨®rmula que es constitucionalmente posible: la aprobaci¨®n de un estatuto de autonom¨ªa.

El PSOE, a trav¨¦s de su responsable de pol¨ªtica exterior, Trinidad Jim¨¦nez, apoy¨® ayer al Gobierno en que 'la aspiraci¨®n de Espa?a debe ser la plena soberan¨ªa', y recalc¨® que no se debe permitir que el Reino Unido plantee el acuerdo como 'o esto o nada'.