Los Idus de 2003
Mientras el ultraderechista Le Pen reduc¨ªa a escombros a Lionel Jospin, en las elecciones presidenciales francesas, el socialismo valenciano lograba, por fin, instalarse en el para¨ªso perdido, hace ya a?os, despu¨¦s de unas elecciones m¨¢s humildes y dom¨¦sticas, aunque muy laboriosas. El socialismo valenciano ya tiene candidato a la Generalitat y unas posibilidades de maniobra. Joan Ignasi Pla ha sido elegido por una mayor¨ªa apabullante, con las felicitaciones de su ocasional adversario, Cipri¨¤ Ciscar, quien conf¨ªa en que el ¨¦xito sea el del PSPV, en las pr¨®ximas auton¨®micas. Y ni siquiera le han faltado las bendiciones del secretario general del PSOE, Rodr¨ªguez Zapatero. El panorama pol¨ªtico y social observa unos cambios sustanciales, aunque el PP pretenda escamotearlos o disminuirlos. Hoy por hoy, y eso lo percibe la ciudadan¨ªa, la derecha conservadora, con sus titubeos y silencios, est¨¢ hecha un l¨ªo. Y esa incertidumbre, ese compromiso p¨²blico de dos mandatos y ni uno m¨¢s Santo Tom¨¢s, suena no a bizarr¨ªa, sino a agotamiento. El PP m¨¢s que un programa pol¨ªtico, ha consolidado un endeudamiento. Y el futuro se le est¨¢ enturbiando. Las cosas las tienen bastante m¨¢s complicadas, y aunque a¨²n le queda mucha tela por cortar, hay que darle una buena pasada por la muela a las tijeras.
Cuando Eduardo Zaplana dijo el otro d¨ªa: 'No cambio la presidencia de la Generalitat por casi ning¨²n ministerio', el cronista evoc¨® una frase de Julio C¨¦sar: 'Prefiero ser el primero en mi pueblo que el segundo en Roma'. A¨²n as¨ª, lleg¨® a Roma, sin saber c¨®mo se las gastaban los Idus de Marzo. Con su zorrer¨ªa habitual, Zaplana que conoce de conspiraciones, zancadillas y hasta el hor¨®scopo de los Idus de marzo, abril y mayo de 2003, pretende ponerles las m¨¢scaras que les corresponden hoy a los Casca, Casio y Bruto, de Shakespeare. Y se conduele de haber publicado solemnemente lo de los ocho a?os, por mimetismo o por hacerle la rosca al jefe, que ¨²ltimamente lo mantiene a una cierta distancia. Y si acaso, optara por vadear el Manzanares, ?qui¨¦n ser¨ªa su sucesor en la Comunidad de Valencia? Se habla de Camps, en una operaci¨®n rocambolesca, y de Rita Barber¨¢ que tiene mejor qu¨ªmica con Aznar. Tal vez, por eso mismo, Eduardo Zaplana no quiera hacer revelaciones. Pero tanto secretismo resulta inquietante y no satisface al personal, que no ve nada claro c¨®mo en una democracia, aunque sea coronada, se establecen nuevas y falsarias l¨ªneas sucesorias, en una competencia nada din¨¢stica y muy esperp¨¦ntica.
Entre tanto, los socialistas valencianos no deben perder el tiempo, ni la vez. Han de sellar la paz definitiva, convencerse de que no sirve disfrazar al socialismo de centro, respetar la pluralidad de la izquierda, como ha pedido Rib¨®, y resolver con acierto los problemas que suscitan las primarias en Sagunto, Valencia y Alicante. En Alicante, para la candidatura a la alcald¨ªa se cuentan: Jos¨¦ Antonio Pina, portavoz del grupo socialista y candidato en la pasadas elecciones; la edil Carmen S¨¢nchez Brufal, el ex alcalde ?ngel Luna, el eurodiputado Luis Berenguer, e incluso, llegado el caso, el propio ?ngel Franco. Que no se muerdan la yugular: de acuerdo con el principio de Arqu¨ªmedes, caben todos, en el volumen que presuntamente desalojar¨ªa a D¨ªaz Alperi.
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