El Atl¨¦tico prolonga su suplicio
El N¨¢stic deja a los rojiblancos en el ¨²ltimo minuto sin el ascenso aritm¨¦tico a Primera
En el Calder¨®n, ayer, se reprodujo palmo a palmo la historia del Atl¨¦tico. Una mezcla de fatalidad y heroismo, intensas emociones viajando de un extremo al otro a toda velocidad, que hace de ¨¦ste un equipo personal e intransferible. El ¨²nico capaz de desafiar la ley de Murphy, y, al tiempo, una vez salvado el lado de la mantequilla, el ¨²nico al que la tostada se le deshace entre los dedos justo un segundo antes de hincarla el diente. As¨ª ocurri¨® otra vez ayer, pas¨¢ndose el ascenso aritm¨¦tico a Primera de mano en mano, cambiando el desenlace de minuto en minuto, retando el coraz¨®n de su hinchada a constantes descensos por la monta?a rusa. Y como tantas otras veces en esta casa, con final triste, con un gol del Nastic en el minuto 90 que prolonga el suplicio del Atl¨¦tico al menos 24 horas m¨¢s. Es una simple cuesti¨®n matem¨¢tica, porque el retorno a Primera es una realidad irrefutable, pero los rojiblancos durmieron otra noche en Segunda. Ah¨ª estaban ayer todav¨ªa.
ATL?TICO 3| N?STIC 3
Atl¨¦tico: Burgos; Otero, Santi, Hibic, Antonio L¨®pez; Aguilera, Nagore, Jes¨²s (Colsa, m. 80), Dani (Stankovic, m. 58); Fernando Torres (Correa, m. 63), Diego Alonso. Gimn¨¢stic: Javi Ruiz; Marcelo, Albert Tom¨¢s, Ramis, Marc; Pinilla (Bruno, m. 34), Herrero, Jubera (Serrano, m. 78), Dani Mar¨ªn; Deus (Castillejo, m. 73) Y Cu¨¦llar. Goles: 0-1. M. 10: Albert Tom¨¢s, de cabeza. 1-1. M. 17. Diego Alonso empuja a la red un remate pifiado de Fernando Torres. 2-1. M. 70. Diego Alonso gana el salto a Javi Ruiz y, cuando cae el bal¨®n, fusila a placer. 2-2. M. 74. Bal¨®n frontal del N¨¢stic que Cu¨¦llar, ante la pasividad de la defensa, aprovecha. 3-2. M. 81. Correa, de fuerte zurdazo por la escuadra. 3-3. M. 90. Cu¨¦llar, de falta directa. ?rbitro: Bello. Amonest¨® a Aguilera, Santi, Albert Tom¨¢s, Deus, Dani Mar¨ªn, Herrero y Carlos Diarte, entrenador del N¨¢stic. Lleno en el Calder¨®n. 58.000 espectadores.
Sin peso ni excesiva claridad en el centro del campo, dado el agujero que provoc¨® la baja de Movilla, pero armado de toda la ilusi¨®n, el Atl¨¦tico se lanz¨® a la aventura de sentenciar el ascenso desde el primer minuto. La victoria era el ¨²nico resultado que le val¨ªa para subir sin esperar noticias de los rivales. Y a por ella se lanz¨® de cabeza.
Fue el N¨¢stic, sin embargo, el que se anticip¨®. Marc¨® al primer intento, en un cabezazo certero que dej¨® al descubierto para toda la tarde tanto la fragilidad defensiva que visti¨® al Atl¨¦tico -ech¨® de menos a Garc¨ªa Calvo- como la desconcentraci¨®n de Burgos. Fue la afici¨®n, festiva y numerosa, la que impidi¨® que el Atl¨¦tico le diera vueltas a sus viejos fantasmas. No ces¨® en el aliento a su equipo, que s¨ª entendi¨® que la mejor forma de ganar la batalla era conectarse a la grada. Fue as¨ª como el Atl¨¦tico compens¨® sus deficiencias y la escasez de argumentos para mostrarse superior al N¨¢stic. Desbordados muchos jugadores por el peso de la jornada, fueron dos veteranos, Otero y Aguilera, los que marcaron el camino ganando por las bravas los balones divididos. Tambi¨¦n empujaron los delanteros, Fernando Torres, empe?ado en hacer algo grande, y Diego Alonso, que un d¨ªa m¨¢s lo dio todo. Burgos, en cambio, jug¨® incomprensiblemente a la contra. Y en su af¨¢n por salir en la foto, alter¨® el ritmo del Atl¨¦tico cuando menos conven¨ªa, cuando el N¨¢stic parec¨ªa m¨¢s tocado.
A¨²n as¨ª, el conmovedor esfuerzo de Diego Alonso pudo con todo. Tambi¨¦n con la nueva colecci¨®n de cambios inexplicables de Luis Aragon¨¦s. Cada sustituci¨®n -Dani por Stankovic, Torres por Correa, Jes¨²s por Colsa...- parec¨ªa una contribuci¨®n a retrasar el gran momento. Pero Diego Alonso se empe?¨® en que no, en que el Atl¨¦tico ganaba. Y as¨ª, con victoria, lo dej¨® -nunca sospech¨® que s¨®lo moment¨¢neamente- con dos goles de su firma, todo coraz¨®n.
Tras el segundo tanto, el Atl¨¦tico desatendi¨® el partido y se sent¨® a contemplar la felicidad de la grada. Pero Cu¨¦llar, extraordinario toda la noche, se lo hizo pagar s¨®lo dos minutos despu¨¦s. El Atl¨¦tico volvi¨® a levantarse y, aunque ya roto en su alineaci¨®n, a intentarlo con todo. Y se le reabri¨® el cielo, esta vez gracias a un Correa desconocido. En el mayor arranque de furia que se le recuerda, recuper¨® la pelota a ras de suelo y solt¨® un zurdazo descomunal a la escuadra. El ascenso estaba ah¨ª otra vez.
Y otra vez la excitaci¨®n y la fiesta. Pero el N¨¢stic no se rend¨ªa. Y Cu¨¦llar, con una falta directa en el minuto 90, insisti¨® en arruinar la fiesta. El tabl¨®n del cuarto ¨¢rbitro, mostrando cinco minutos de m¨¢s, dieron ox¨ªgeno al Atl¨¦tico, que volvi¨® a cargar con todo, hasta con Burgos subiendo a rematar, en pos de la victoria. Pero ya no lleg¨®. El ascenso tendr¨¢ que esperar unas horas. El Atl¨¦tico sabe que est¨¢ en Primera, pero no pudo celebrarlo cuando quer¨ªa, ayer. Se estrell¨® contra la pel¨ªcula de su vida.
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