Miserias de Odille
Dando buena cuenta de su formaci¨®n acad¨¦mica parisiense Nicolas Rambaud, solvente y preparado tanto en la danza como en lo actoral, hace de su pieza-recital un alegato desgarrado lleno de humor, amarga poes¨ªa y emocionante sinceridad. Viene a decir que 'locas estamos todas'; en sentido metaf¨®rico, claro est¨¢, pues se trata de la sagrada locura de la inspiraci¨®n hacia una salida o justificaci¨®n de las miserias cotidianas, a la irreflexibilidad de las circunstancias.
Tiernamente, aparecen las gastadas adidas bajo un traje finisecular de opereta, y de all¨ª surge el atrevimiento mordaz al incorporar al cisne negro: una Odille deconstruida que seduce y se abate, se emborracha e ironiza con su propia desgracia. Al son del entr¨¦e del pas de trois de El lago de los cisnes, Rambaud llena el magro escenario de una grandeza desgraciada, lamentable e intencionada. Su irreverencia es un aviso de convivencia cruel y desesperada entre la fantas¨ªa y el deseo. No imagin¨® Chaikovski que su fanfarria servir¨ªa un d¨ªa para esto, pero como era un rom¨¢ntico perdido seguramente le habr¨ªa divertido la crueldad de este espejo burlesco.
Compa?¨ªa La Megalo
Las locas de Chaillot. Coreograf¨ªa: Nicolas Rambaud (Francia). M¨²sica: Chaikovski y otros. Vestuario: Graciella Ese. Luces: Luis Perdiguero. Sala El Canto de la Cabra. Madrid, 26 de abril.
El ¨²nico error injustificable de Rambaud es despreciar ol¨ªmpicamente en sus notas aut¨®grafas la obra teatral m¨ªtica de Giradoux (La loca de Chaillot, en singular), tantas veces llevada a escena como texto, danza o marionetas; dif¨ªcilmente este joven bailar¨ªn hubiera hecho algo similar sin la preciosa ayuda, en la sombra, del genial texto original.
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