Boyante populismo

Francia est¨¢ horrorizada y arrepentida consigo misma, y tambi¨¦n aqu¨ª, en Alemania, nos ocupamos prolijamente del avance de los populistas de derechas. Haider en Austria, Blocher en Suiza, Fortuyn en los Pa¨ªses Bajos, y ahora, adem¨¢s, m¨¢s Le Pen: los 'seductores' y 'simplificadores' de derechas, se dice, se benefician en todos los pa¨ªses europeos del miedo de los ciudadanos de a pie a la globalizaci¨®n, a la extranjerizaci¨®n y al desclasamiento.

Ese modelo de explicaci¨®n no llega, sin embargo, demasiado lejos. Berlusconi y sus partidarios no tienen ning¨²n miedo a la globalizaci¨®n, sino que quieren impulsarla con entusiasmo. (...) Berlusconi tampoco es un racista declarado, un iracundo antiestadounidense y antisemita, muy al contrario de las nuevas derechas del tipo de Haider o de xen¨®fobos fascistoides del estilo de Le Pen. Pero s¨ª tienen algo en com¨²n: son beneficiarios de la declinante capacidad de integraci¨®n de los partidos democr¨¢ticos de consenso. (...) Sin embargo, en lugar de preguntarse por las razones de la decadencia de los sistemas tradicionales de partidos, a muchos comentaristas les resulta m¨¢s f¨¢cil prorrumpir en los mismos gritos de alarma y lamentaci¨®n tras cada victoria de un enojoso 'populista'. (...) Por el momento, la conducta electoral de los europeos s¨®lo tiene una constante: la imprevisibilidad. No nos las vemos con una debilidad temporal de una u otra orientaci¨®n partidista, sino con un cambio fundamental en la conciencia de los requisitos de legitimidad democr¨¢tica. (...)