Edu L¨®pez exhibe su versatilidad pict¨®rica a trav¨¦s de m¨¢s de 200 obras en San Sebasti¨¢n

Los registros pict¨®ricos de Edu L¨®pez (San Sebasti¨¢n, 1965) son tan variados como su universo tem¨¢tico, porque si hay un sello en su creatividad, muy influenciada por la vanguardia literaria y pl¨¢stica, es precisamente la versatilidad. L¨®pez, ganador en 1998 del Gure Artea, se enfrenta con la misma soltura a un cuadro abstracto que a la representaci¨®n de Tint¨ªn, el personaje de c¨®mic que ha cautivado a uno de sus hijos. El artista, afincado en Bilbao, muestra en la Galer¨ªa Altxerri de San Sebasti¨¢n, m¨¢s de dos centenares de obras que hacen imposible encasillarle.

Edu L¨®pez es un artista-esponja que todo lo absorbe, tanto lo vivido como lo le¨ªdo, lo so?ado o lo imaginado. Observa el mundo desde su microscopio pl¨¢stico, descifra sus claves y las traduce al lenguaje pict¨®rico. Por eso, asistir a una exposici¨®n como Impresionante. Amargo, supone en la pr¨¢ctica leer su diario m¨¢s ¨ªntimo. 'En realidad es eso o, como dijo Savinio, una enciclopedia personal. Por eso hay muchas referencias a la historia del arte, a la literatura, pero tambi¨¦n al paisaje, al interior, a las ciudades...', a todas las cuestiones que le preocupan.

L¨®pez es un pintor eminentemente narrativo, aunque fragmentario. Su relaci¨®n con los cuadros de peque?o formato, de 20 por 20 -como puede apreciarse en esta muestra-, es una historia de amor que parece no tener fin. 'Soy nervioso, compulsivo, y necesito pintar las cosas que he visto, que me han llamado la atenci¨®n, la realidad que nos llega fragmentada', liberar las ideas encerradas en su cabeza. 'Siempre pienso', confiesa, 'que si dejo de hacer cien cuadros son cien cosas que no voy a contar', asegura. Desde apuntes de paseos reales o imaginarios, hasta arquitecturas sugeridas, ilustraciones de c¨®mic o escenas y retratos que muestran la importancia de Godofredo Ortega Mu?oz, Ram¨®n G¨®mez de la Serna, Raimond Roussel o Francis Picabia en la biograf¨ªa art¨ªstica y personal de este pintor vasco. 'Desde siempre me ha interesado el esp¨ªritu de los artistas de vanguardia', apunta. 'Tienes que mantenerte como quieres ser, pintar con total libertad para ser ¨ªntegro. Eso de que para ser artista tienes que sufrir... Pues no', dice.

El variado universo estil¨ªstico y tem¨¢tico de L¨®pez hace imposible situar su obra en un territorio concreto. 'No me sit¨²o en ning¨²n sitio', se?ala. 'Soy artista y sigo trabajando, observando el mundo y descifr¨¢ndolo. Nunca he podido meterme en ninguna corriente. El final del siglo pasado nos dej¨® la libertad de poder elegir y a fecha de hoy creo que no hay compartimentos estancos'. Lo abstracto y lo figurativo se entremezclan en esta exposici¨®n en la que queda al descubierto el inter¨¦s del autor por el lenguaje.

Entre la nube de cuadros que cuelga de las paredes de la sala hay piezas con frases, palabras o letras inscritas. 'V¨¦rtigo', 'silencio'... 'Al poner la palabra enmudeces el cuadro', explica. 'Y haces que el espectador sienta curiosidad y se pregunte por qu¨¦'. L¨®pez es de los que cree que el arte tiene que servir para hacer preguntas. 'Si no lo haces, pierdes la condici¨®n de ser humano', dice.