Alba P¨¦rez, 'The Sevillette'
En la Feria de Abril sucede un poco como con la comida de Sant Esteve. Est¨¢s comiendo, dejas de comer, echas una ojeada alrededor y ves a todos los que estaban en la anterior comida de Sant Esteve. Y la anterior. Y la anterior. Los conoces a todos. Son los de todos los a?os. Incluso es posible que uno de los tres canelones que tienes en el plato tambi¨¦n venga todos los a?os. Entonces, de repente, durante unas d¨¦cimas de segundo, cada a?o se produce la misma epifan¨ªa. Epifan¨ªa: por unos instantes tienes el convencimiento de que, en el fondo, no conoces a ninguno de los comensales. Lo que aqu¨ª sigue es una suerte de epifan¨ªa de Sant Esteve trasladada a la comilona, o lo que sea, de la Feria de Abril. Se trata de volver a conocer a personas que est¨¢s harto de ver. Tanto que ya no las conoces.
Hoy, por ejemplo, me he topado con Alba P¨¦rez Mesa (Terrassa, 1990). Alba es una de las integrantes del grupo tel¨²rico racial Promesas de Alcal¨¢, grupo que ahora se acerca en su totalidad, se sienta alrededor de nosotros y se r¨ªe con las bocas llenas de dientes. Parecen atletas rumanas, pero m¨¢s flamencas. Se trata, adem¨¢s de Alba, de Sandra, Tamara y Evelin. Todas en el target 10-12 a?os. Los padres de Alba son de Guadix. Le pregunto cu¨¢ndo vinieron por aqu¨ª. Ni idea. Va corriendo a pregunt¨¢rselo a su madre. 'Que en el 81'. Los padres de Sandra son de Almer¨ªa y Ja¨¦n, los de Tamara de C¨®rdoba y Barcelona, y los de Evelin, prima de Alba, de Guadix DF tambi¨¦n. No saben muy bien de qu¨¦ trabajan sus padres. Sus padres, por cierto, no sab¨ªan bailar. Aprendieron en alg¨²n curso, o les ense?aron ellas.
Las chicas de Promesas de Alcal¨¢ son the sevillettes, chicas que bailan sevillanas y ritmos en la dial¨¦ctica de lo ca?¨ª. Las he visto bailar unos minutos antes. Bailan con esa cara de se?ora cabreada que se ense?a en las academias por el mismo precio. La primera vez que vi ese rostro fue en EGB, en una foto de la Dama de Elche que hab¨ªa en un libro. Las Promesas, en fin, bailaban tan ser¨ªas que parec¨ªan las ¨²nicas ni?as del mundo que supieran el verdadero IPC de enero. Bueno. El baile. Van dos d¨ªas por semana a ?entrenarse? en la disciplina durante una hora. A la ACA, Alcal¨¢ la Real y comarca. En ca n'Anglada. En mis glory days, 3.456 a?os antes de que naciera Alba, exist¨ªa el pareado 'Ca n'Anglada, el barri de la punyalada', que en la ¨¦poca Shin-Chan ha quedado superado y en desuso. El tema del bailongo se estructura, por lo visto, como la liga de hockey hielo. Hay diversas categor¨ªas, seg¨²n las edades. En la edad de las Promesas, ya no hay chicos en el cuadro. 'Por desgracia'. 'Antes hab¨ªa dos, pero se fueron'. 'A los chicos les gusta ver a las chicas bailar, pero no bailar'. 'A los de clase les gusta que bailemos sevillanas'. 'A m¨ª me llaman fea en clase porque bailo sevillanas'. Algunos s¨¢bados act¨²an en la asociaci¨®n. La entrada es libre. 'Pero la gente echa un euro'. Al final de curso, reparten entre las bailarinas, bailaoras o como se llamen, todos los euros recaudados en la temporada. Las Promesas se lo pelan en el cine. 'Y en chuches'. El do de pecho de la temporada de la asociaci¨®n es la celebraci¨®n del aniversario. 'Por la ma?ana hay una fiesta. Despu¨¦s baile, y luego nos vamos a cenar al Milton', que por lo visto es una mezcla de restaurante y de centro del mundo. El otro pitote del a?o es la Feria de Abril. 'Bailamos todo el rato'. 'No se hace pesado'. 'Comemos esa cosa rosa que es como una nube'. Todas han ido alg¨²n verano al pueblo de sus padres. El pueblo de sus padres es, seg¨²n las Promesas: 'aburrido', 'divertido', 'un sitio donde te dejan salir de noche'. En ese pueblo les llaman 'las catalanas'. Es un pueblo diferente al pueblo donde viven. 'En las costumbres'. 'En el acento'. 'En las fiestas. Est¨¢n siempre de fiesta'. 'Y en la comida. Comen con las manos'. Les pregunto donde quieren vivir de mayores. Tamara y Evelin, en su pueblo o en el de sus padres. Alba y Sandra, en Hawai.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.