El iracundo Lussenhoff
El central del Tenerife, en la picota por golpear a aficionados que le increparon tras la ¨²ltima derrota
El mundo del f¨²tbol no deja de sorprender. Es tanto lo que mueve que en ¨¦pocas de vacas flacas surgen episodios poco edificantes. En Tenerife no es la primera vez que se dan enfrentamientos entre jugadores y algunos seguidores airados. En 1999, cuando descendi¨® a Segunda, Ballesteros y Juanele fueron las v¨ªctimas de unos cuantos desalmados. El pasado domingo, a punto de perder de nuevo la categor¨ªa, fueron Lussenhoff y, en menor medida, Marioni los involucrados en unos incidentes muy graves.
Los dos argentinos se dispon¨ªan a abandonar el estadio Heliodoro Rodr¨ªguez tras la severa derrota (1-5) ante el Valladolid. Una decena de hinchas les insultaron. Antes de llegar a su coche, que estaba aparcado en un hotel cercano, Lussenhoff se lio a golpes con uno para sorpresa de todos. Luego, con el veh¨ªculo ya en marcha y despu¨¦s de varios parones en medio de la calle, dio un volantazo mientras dos energ¨²menos estaban pegando patadas a la carrocer¨ªa. El autom¨®vil se subi¨® a la acera y casi atropella a uno. Se repitieron los pu?etazos y, como triste final, el joven que fue tocado por el coche estrell¨® una piedra de grandes dimensiones contra una de las ventanillas.
'Nos escupieron. Uno es humano y... Pero mi reacci¨®n fue equivocada. Pido disculpas'
Mucho se ha hablado en las ¨²ltimas horas sobre la actitud de estos jugadores, especialmente la de Lussenhoff. La mayor¨ªa de los aficionados ha manifestado su rechazo a la reacci¨®n de Colorado a pesar de ser uno de los ¨ªdolos. El suramericano lleg¨® en el mercado de invierno de la temporada 1998-99 para tratar de evitar el descenso, que meses despu¨¦s se consum¨®. Pero, tras la p¨¦rdida de la categor¨ªa, comenz¨® a erigirse en el l¨ªder del nuevo Tenerife y, pese a algunas cr¨ªticas iniciales por sus salidas nocturnas, en la temporada 2000-2001 se convirti¨® en la pieza clave del regreso a Primera con Rafael Ben¨ªtez en el banquillo. Su entrega, su buen hacer en el centro de la zaga y su peso espec¨ªfico en el vestuario le auparon al podio de los h¨¦roes. Fue tan brillante su labor que a punto estuvo de ser fichado por otros clubes, pero quer¨ªa permanecer en la isla para consolidar al Tenerife en la ¨¦lite. En lo extradeportivo, sin embargo, tuvo sus m¨¢s y sus menos con un periodista por sus comentarios en La Gaceta de Canarias.
Con todo, Lussenhoff siempre se ha mostrado correcto con el entorno blanquiazul e incluso despu¨¦s de los incidentes del domingo dio la cara: 'Salimos apesadumbrados, con las cabezas gachas. Pero nos insultaron y escupieron. Uno es humano y... Pero mi reacci¨®n fue equivocada. Lo lamento y pido disculpas'. Tambi¨¦n dej¨® claro que no intent¨® 'atropellar' a nadie, a pesar de las im¨¢genes grabadas, y se comprometi¨® a seguir defendiendo como hasta ahora los intereses de su club.
Lo que est¨¢ claro es que Lussenhoff es de sangre caliente. En ocasiones se le han visto actitudes crispadas dentro del campo, sobre todo al protestar decisiones arbitrales. Pero no se caracteriza ni por su juego duro ni por las marruller¨ªas ante los rivales. Son cosas casi normales dentro de un terreno. La que no parece l¨®gica es su reacci¨®n tan virulenta ante unos seguidores que, desde luego, tampoco se merecen ning¨²n aplauso. El presidente del club, Javier P¨¦rez, ha dirigido sus cr¨ªticas a los que considera delincuentes habituales que se empe?an en provocar estas situaciones en los momentos malos.
Lo cierto es que el caminar del Tenerife no ha sido el deseado. Ni Pepe Mel ni Javier Clemente han podido sacarlo del eligro y el ¨¢nimo de los aficionados es de resignaci¨®n. S¨®lo cabe esperar un milagro: ganar el derby, en el estadio Insular, ante Las Palmas, que tambi¨¦n se juega la permanencia, y luego, ya en terreno propio, al Athletic a la espera de que la carambola de otros resultados sea propicia.
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