Un brillante concierto invoca la memoria de Ernest Lluch en Barcelona
La m¨²sica lo puede todo. Y ayer, en el Auditorio de Barcelona, su fuerza convoc¨® a unos 2.000 amigos del ex ministro socialista y profesor de econom¨ªa Ernest Lluch, asesinado por ETA el 21 de noviembre de 2000, para invocar su memoria en un brillante concierto, que acab¨® con el p¨²blico puesto en pie, protagonizado por el pianista bilba¨ªno Joaqu¨ªn Ach¨²carro, la Orquesta Sinf¨®nica de Barcelona y los directores Antoni Ros Marb¨¤ y Joan Llu¨ªs Moraleda. Un concierto de homenaje a Lluch, que como a ¨¦l, gran mel¨®mano y furtivo music¨®logo que contribuy¨® a recuperar olvidadas obras del patrimonio musical catal¨¢n, le hubiera gustado, dejando que la m¨²sica fuera la gran protagonista.
Presente en la memoria de todos los espectadores, y evocado en un breve parlamento antes del inicio de la velada por el periodista Josep Cun¨ª, pero s¨®lo visible en una fotograf¨ªa en el interior del programa de mano, el recuerdo de Lluch volvi¨® a trav¨¦s de las obras de tres pilares de la m¨²sica universal: Bach, Mozart y Beethoven, acompa?ados discretamente, pero a la vez de forma significativa, en el programa por un compositor maestro de directores como fue Eduard Toldr¨¤, con el que Ros Marb¨¤ estudi¨® direcci¨®n.
Pese a ser un concierto que, programa en mano, evidenciaba un claro eclecticismo, con un recital en la primera parte y una estructura propia de concierto en la segunda, la entrega de los int¨¦rpretes, todos amigos de Lluch, consigui¨® amalgamar una velada en la que las obras se suced¨ªan en fluir musical unitario, con el solo par¨¦ntesis, al inicio de la segunda parte, de la luminosa sardana sinf¨®nica Emp¨²ries, de Toldr¨¤, que evoca ese amado Empod¨¤, que desde el silencio de su residencia de Mai¨¤ de Montcal Lluch plasm¨® en Una teor¨ªa del Empord¨¤.
Abri¨® el concierto un Bach, en transcripciones para piano, que Ach¨²carro tradujo de forma sobrio desde la desnudez de un instrumento que no posee la reverberaci¨®n del ¨®rgano, con su versi¨®n de la Sonata n? 30 de Beethoven asom¨® de forma brillante la pasi¨®n. La Sinfon¨ªa n? 40, 'J¨²piter', de Mozart, son¨® en manos de Ros Marb¨¤ clara y transparente.
Babelia
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