EE UU critica a los 'euroidiotas'
Muchos columnistas ven a los europeos como mezcla de nazis y cooperantes ingenuos que corren a ayudar a Arafat
El conflicto entre israel¨ªes y palestinos abri¨® la brecha. La opini¨®n p¨²blica estadounidense era, y es, incapaz de comprender el apoyo de una mayor¨ªa de los ciudadanos europeos al presidente Yasir Arafat y a la causa palestina. La primera vuelta de las presidenciales francesas, con el buen resultado del ultraderechista y antisemita Jean-Marie Le Pen, permiti¨® a los estadounidenses simplificar el problema.
En la orilla occidental del Atl¨¢ntico se identifica a Europa con el holocausto, el nazismo y el odio inextinguible a los jud¨ªos. Hoy, cuando George W. Bush y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar encabecen sus respectivas delegaciones en la cumbre anual EE UU-UE, la incomprensi¨®n b¨¢sica entre las dos orillas del Atl¨¢ntico ser¨¢ uno de los grandes temas de fondo.
La influyente comunidad jud¨ªa en EE UU muestra una especial virulencia en sus ataques contra Europa. El New York Observer public¨® la semana pasada un largo art¨ªculo del escritor Ron Rosenbaum en el que, conectando a Le Pen con las visitas de los activistas 'euroidiotas' a Ramala y Nabl¨²s, 'pero nunca a Netanya y Jerusal¨¦n', se alcanzaba una conclusi¨®n brutal: 'Los europeos est¨¢n dispuestos a ser c¨®mplices de nuevo en el asesinato de jud¨ªos'. Seg¨²n Rosembaum, un segundo holocausto se adivina en el horizonte, centrado en la destrucci¨®n de Israel, y Europa, 'patol¨®gicamente antisemita', ya se ha colocado del lado de los exterminadores.
Un articulista tan respetado como Thomas Friedman, de The New York Times, llamaba el pasado mi¨¦rcoles 'tontos' a los europeos por 'correr en auxilio de Arafat'. Y una vi?eta publicada inicialmente por el Detroit Free Press y reproducida en cientos de peri¨®dicos, incluyendo USA Today, mostraba la imagen que muchos estadounidenses se hacen de los europeos: un franc¨¦s (inconfundible por la boina) comparte cama con un nazi que, para disipar posibles dudas, lleva escrita la palabra 'antisemitismo' sobre el pecho, pero se permite hacer un comentario sobre la 'repulsiva' relaci¨®n de Estados Unidos con los israel¨ªes.
El asunto merece esta semana un art¨ªculo en la revista Time, en el que el comentarista Michael Elliott trata de analizar las causas de la tremenda divergencia entre Europa y Estados Unidos en torno al conflicto de Oriente Pr¨®ximo. Elliott habla del cambio que supusieron las matanzas de Sabra y Shatila (1982) para una opini¨®n p¨²blica europea que, hasta entonces, hab¨ªa sido mayoritariamente proisrael¨ª; de 'sentimiento de culpa' europeo por pasadas aventuras colonialistas, identificadas ahora con la creaci¨®n de asentamientos israel¨ªes en territorio palestino; y del efecto del 11 de septiembre sobre las conciencias estadounidenses. Pero en su conclusi¨®n regresa al genocidio de los a?os treinta y cuarenta: '?Por qu¨¦ europeos y americanos ven Oriente Pr¨®ximo de forma tan distinta? Sobre todo, porque la sombra y la verg¨¹enza del holocausto se proyectan desde el pasado y hacen sentir su fr¨ªa mano sobre nuestro entendimiento del presente'.
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