Fiscal y parte

La imparcialidad exigida por el estatuto del ministerio p¨²blico a sus miembros brill¨® por su ausencia en el interrogatorio desconsiderado, insidioso y desbordante de prejuicios machistas al que el fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y Le¨®n someti¨® a Nevenka Fern¨¢ndez durante el juicio en que se dilucida su denuncia por acoso sexual contra el alcalde de Ponferrada y procurador por el PP en las Cortes regionales, Ismael ?lvarez.

Los servicios de inspecci¨®n de la Fiscal¨ªa General del Estado han reaccionado con rapidez abriendo diligencias informativas sobre ese comportamiento. Pero m¨¢s all¨¢ de lo que estas diligencias establezcan, esa forma de interrogar a una testigo, denunciante adem¨¢s del caso y presunta v¨ªctima, como si fuera la acusada, pone en entredicho el papel constitucional del fiscal como defensor de la legalidad y, consecuentemente, su continuidad en el juicio. ?C¨®mo no sospechar que el fiscal ha pretendido con ese interrogatorio restar crediblidad a la denuncia y facilitar la exculpaci¨®n del acusado? Se supone, adem¨¢s, que si el ministerio p¨²blico se sum¨® en su d¨ªa a la denuncia por acoso sexual contra el alcalde de Ponferrada fue porque la consider¨® fundada. ?A qu¨¦ viene, entonces, un interrogatorio cuya finalidad parece haber sido desactivarla?

Ante las reacciones de indignaci¨®n que ese comportamiento ha provocado, el fiscal jefe de Castilla y Le¨®n ha replicado que la tarea del ministerio p¨²blico es buscar la verdad. Nada m¨¢s cierto. Pero la verdad en un proceso se busca con preguntas claras y concretas sobre los hechos sometidos a juicio y no con suposiciones indelicadas, si no vejatorias, que confunden e intimidan al testigo. Nevenka Fernandez sinti¨® que el interrogatorio intimidatorio e inquistivo del fiscal pretend¨ªa poco menos que hacerla sentirse culpable del acoso sexual denunciado, y as¨ª fue percibido por el p¨²blico asistente al juicio, que prorrumpi¨® en aplausos cuando el presidente del tribunal, con una tardanza inexplicable, record¨® al representante del ministerio p¨²blico que la interrogada 'es un testigo, y no el acusado'.

El ministerio fiscal sanciona las faltas de respeto y la desconsideraci¨®n entre sus miembros. Con no menos rigor debe castigar ese comportamiento cuando quienes lo sufren son personas implicadas en un proceso y cuya comparencia a juicio tiene muchas veces connotaciones psicol¨®gicamente dolorosas.