Satisfechos, que no contentos
A ver como nos explicamos. Hay que decir que salimos satisfechos porque hubo novillos toreables, que adem¨¢s apuntaron casta. Faenas de inter¨¦s y emoci¨®n repartida entre los novillos y la garra que los coletudos tuvieron a bien desplegar en cuanto les dejaba la inspiraci¨®n y el valor, eso que se tiene entre pecho y espalda para ofrecer al respetable de la primera plaza del orbe taurino. Pero no hubo arrebatos, ol¨¦s desbocados y tampoco el personal sali¨® toreando por la calle, camino de mentideros, tascas y sus casas respectivas.
Vamos, que sucedi¨® algo m¨¢s de lo que suele ser habitual en cualquier tarde de toros, y que no es poco, aunque nunca suficiente. Era la tercera de la miniferia, segunda de abono, y la tarde corr¨ªa fresca, aireada, para estar a tono, y los novillos de El Ventorillo, de juego desigual y que en ocasiones metieron la cara con casta, pusieron en bandeja alg¨²n triunfo que se escap¨® por falta de entendimiento, rumbo y cabeza fr¨ªa. Como le sucedi¨® a Reyes Mendoza, que se dej¨® esapar una oportunidad en su segundo novillo, encastado y de embestida vibrante, por falta de acoplamiento y sentido del temple.
Ventorrillo / Mendoza, Valverde, Vega
Novillos de El Ventorrillo, bien presentados, de juego irregular; 3?, noble y flojo; 4? y 6?, encastados. Reyes Mendoza: pinchazo en hueso y estocada trasera y ca¨ªda (palmas); media estocada delantera, que escupe, y descabello barrenando (silencio). Javier Valverde: pinchazo en hueso ballesteando y estocada saliendo prendido (oreja); estocada desprendida (ovaci¨®n). Salvador Vega: pinchazo, estocada delantera y desprendida, tres descabellos -aviso- y descabello (silencio); pinchazo bajo y estocada delantera (ovaci¨®n). Plaza de las Ventas, 3 de mayo. Miniferia de la Comunidad. 2? de abono. Tres cuartos de entrada.
El novillero cordob¨¦s se estar¨¢ lamentando, de no haber podido conducir con temple y majeza los viajes del casta?o cuarto de la tarde. Refugiado en tablas, Mendoza dio series cortas sin continuidad, hasta que el novillo se par¨®. H¨¢bil con la espada en esta ocasi¨®n, ya que suele ser un pinchauvas, recogi¨® un displicente silencio. En su primero, Reyes Mendoza dio su dimensi¨®n de torero de quietud, personalidad y esos remates de series y tandas, con pases cambiados por la espalda imprevistos y suig¨¦neris que le procuraron una tremenda voltereta sin consecuencias; o ese abrochar unas ver¨®nicas de saludo con una larga cambiada de rodillas, postrado, arrojado el adem¨¢n.
Oreja a Valverde
Javier Valverde arranc¨® una emotiva oreja tras un espadazo de torero macho, del que sali¨® prendido, y con una paliza considerable. La faena de muleta hab¨ªa transcurrido a favor del viento en los medios. Aguante, zapatillas clavadas en el albero y un temple que se va manifestando y no siempre sale a flote. Dio la vuelta al ruedo con parte del rostro cubierto de sangre y con la pierna izquierda arrastras pas¨® a la enfermer¨ªa.
Sali¨® el salmantino a estoquear su segundo novillo y eso lo hizo de verdad. Un estoqueador valiente y puro, este Valverde. Y a la postre fue lo m¨¢s destacado de su febril actuaci¨®n. La faena de muleta, firme, m¨¢s limpia que la de su primero, sin ligar las tandas del tardo y no repetidor novillo, templado en los obligados de pecho. La espada pel¨ªn desprendida, mas la ejecuci¨®n a ley de oro del arte de matar. Muleta al hocico y apuntar el hoyo de las agujas. Ya se sabe: torero que no hace la cruz, se lo lleva el diablo, que dir¨ªa el cl¨¢sico.
El malague?o Javier Valverde en su primero, poco. Alg¨²n natural o derechazo suave. El inv¨¢lido, poco m¨¢s le dejaba hacer, salvo que se compadeciera de ¨¦l. Y en su segundo, s¨ª se?ores, lo han adivinado, lleg¨® lo mejor. Lances de saludo que tuvieron prestancia; luego un trasteo en el que predomin¨® la garra y en el que no falt¨® el gusto y los adornos con majeza y la mirada en los tendidos.
Desde los que no pararon de salir, durante toda la tarde, voces que recomendaban eso de '?cruzate!', '?col¨®quese bien, por favor!', o silvidos de protesta si aparec¨ªa el pico de la muleta para citar. Entre los temblores, las nubes y el t¨ªmido sol decoraban el marco vente?o. Signos evidentes de que se acerca San Isidro. Falto el agua.
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