Sobre la Unidad de Agudos
Quisiera, con estas l¨ªneas, responder a la carta titulada 'La realidad de la Unidad de Agudos', firmada por las doctoras Remedios Dorado Garc¨ªa y Mar¨ªa del Prado Plaza Corrales, aparecida el pasado 20 de abril.
La referida carta constituye un ejemplo de libro de una pr¨¢ctica tan antigua como insidiosa, consistente en tratar de rebatir al discrepante atribuy¨¦ndole palabras o frases que nunca pronunci¨®. Porque, d¨ªganme se?oras, ?en qu¨¦ parte de mi escrito utilizo la palabra 'loco' para referirme al enfermo mental, o pongo en entredicho la cualificaci¨®n y profesionalidad del personal encargado de su cuidado? En ninguna, evidentemente, pero para ustedes es mucho m¨¢s c¨®moda la utilizaci¨®n de la cortina de humo, la maniobra de diversi¨®n, o el m¨¢s castizo salirse por los cerros de ?beda, con el ¨²nico y exclusivo fin de seguir ocultando el mal funcionamiento de unos servicios de los que dicen ser responsables.
Pero lo esencial no es eso, lo fundamental es que ustedes soslayan de forma bastante burda dar respuesta a las deficiencias a las que aludo en mi escrito, o mejor dicho, s¨ª lo hacen, pero de forma tan sesgada y retorcida que llegan a rozar el esperpento en unos casos, cayendo en otros directamente en el de la burla cruel. Y as¨ª, en fino an¨¢lisis, me argumentan ustedes que la promiscuidad no es posible porque enfermos y enfermas no comparten habitaci¨®n, o no se consume droga porque su consumo est¨¢ prohibido. A lo que se me ocurre a?adir, que s¨®lo faltar¨ªa eso, que para este viaje, se?oras, no se necesitan alforjas, y que con defensoras de la unidad como ustedes, ¨¦sta no necesita de enemigos. Y es que, se?oras, los manicomios no desaparecen porque as¨ª lo decrete la Reforma Psiqui¨¢trica, el BOJA o el sursum corda.
Respecto a la limpieza, y a t¨ªtulo de ejemplo, el que suscribe ha sido testigo de c¨®mo la ropa interior sucia de un enfermo permanec¨ªa durante una semana en el alf¨¦izar de una ventana. Pero cuando rozan la broma macabra es cuando llegan a afirmar, sin pesta?ear, que en la zona com¨²n 'el equipamiento se renueva continuamente' y no s¨®lo porque demuestren ustedes un raro dominio del eufemismo, sino porque tengo la sospecha de que su percepci¨®n del tiempo es bastante diferente de la del resto de los mortales. Conozco la planta desde hace siete a?os y lo que ustedes llaman pomposamente 'equipamiento', se cae de puro cutre y desvencijado.
Por lo dem¨¢s, ?para qu¨¦ seguir? Aunque quisiera dejar constancia de que mi denuncia no s¨®lo se basa en la observaci¨®n personal y el testimonio de muchos familiares de enfermos, sino, lo que es m¨¢s importante, en la protesta de los propios trabajadores de la planta, que ya en su momento (agosto de 2001) pusieron en conocimiento de los medios de comunicaci¨®n la situaci¨®n insostenible en que se encontraba la unidad. Y si en su d¨ªa esta noticia no fue desmentida por ning¨²n responsable del SAS, ?por qu¨¦ ahora se tacha de falsedad un testimonio que coincide punto por punto con el emitido entonces?
Por lo que ata?e al Servicio de Atenci¨®n al Usuario, ?qu¨¦ cre¨ªan, que despu¨¦s de estar esperando una respuesta nueve meses me iba a conformar con una disculpa? Lo lamento, se?oras, pero mi dignidad de contribuyente no me lo permite.
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