?Qu¨¦ hay de lo m¨ªo, Jacint?
Casi 700 cartas in¨¦ditas, dirigidas a Verdaguer, han sido digitalizadas y editadas en disco compacto
'Si, como creo, no has recibido respuesta del marqu¨¦s sobre mi asunto y crees que puedes record¨¢rselo, te agradecer¨ªa mucho que lo hicieras, recomend¨¢ndole con verdadero inter¨¦s que me haga colocar en la c¨¢tedra de Ret¨®rica de Palma o en la de Zaragoza, que ha quedado vacante hace pocos d¨ªas'. Mag¨ª Verdaguer, primo de Jacint Verdaguer, no fue el ¨²nico que busc¨® la mediaci¨®n del poeta para lograr el favor del marqu¨¦s de Comillas. Tambi¨¦n el poeta y fil¨®logo mallorqu¨ªn Tom¨¤s Forteza escribi¨® al entonces poderos¨ªsimo capell¨¢n particular y limosnero de la noble casa para interceder en favor de 'un joven apreciable que [desde] hace un par de a?os es maquinista de un vapor de aqu¨ª y [ahora] querr¨ªa serlo de uno de los vapores de la Compa?¨ªa Trasatl¨¢ntica'. Propietario de la citada compa?¨ªa, al marqu¨¦s, si quiso hacerlo, le cost¨® muy poco atender la demanda de Forteza; tampoco debi¨® de resultarle dif¨ªcil complacer al profesor Verdaguer, como ¨¦ste ya intu¨ªa en la misiva remitida a su augusto primo: 'Me dice Men¨¦ndez Pelayo que me ha recomendado al ministro, pero ¨¦l pesa poco pol¨ªticamente. Si el marqu¨¦s quiere, lo lograr¨¢, como logr¨® esa direcci¨®n de instituto para Novellas'.
'V. I. toca las cuerdas del sentimiento con las alas c¨¢ndidas de una mariposa'
Las dos cartas citadas pertenecen a una colecci¨®n de 676 que podr¨¢n ser consultadas libremente una vez digitalizadas y editadas en un disco compacto que ma?ana ser¨¢ presentado en el Archivo Nacional de Catalu?a (ANC). Son cartas en las que hasta 150 corresponsales aluden a asuntos que van desde lo estrictamente ¨ªntimo y familiar a lo relacionado con las funciones propias de Verdaguer como empleado del marqu¨¦s, pasando, naturalmente, por las de contenido literario, firmadas mayoritariamente por otras personalidades de las letras o por amantes, cr¨ªticos y traductores de la obra verdagueriana. Tal es el caso, por ejemplo, de Luigi Su?er, confeso admirador de L'Atl¨¤ntida, que en noviembre de 1885 le escribe desde Roma: 'V. I. toca las cuerdas del sentimiento con las alas c¨¢ndidas de una mariposa: ley¨¦ndole me parec¨ªa o¨ªr la voz de la vejez que sabe, en la boca de la ni?ez que ignora'.
Josep Maria Sol¨¤ y Ricard Torrents, expertos en la obra verdagueriana que han podido examinar las cartas, han escrito: 'Conoc¨ªamos la dedicaci¨®n diaria del poeta a la correspondencia epistolar, pero ignor¨¢bamos su alcance. El periodo cronol¨®gico de las cartas es el de la plenitud de Verdaguer, un periodo que se caracteriza por la fecundidad literaria, fundamentada en una buena salud y en una buena situaci¨®n econ¨®mica. Las cartas documentan c¨®mo Verdaguer hac¨ªa compatible el trabajo de capell¨¢n dom¨¦stico, limosnero e inspector religioso de los vapores de la Compa?¨ªa Trasatl¨¢ntica con la dedicaci¨®n a las letras y a las relaciones intelectuales'.
Este sensacional y todav¨ªa inexplorado fondo epistolar ha sido conservado y pertenece en la actualidad a Josep Verdaguer Panad¨¨s, nieto de un primo hermano del poeta, Josep Verdaguer i Call¨ªs, hermano a su vez de aquel Mag¨ª aspirante a la c¨¢tedra de Ret¨®rica y de Narc¨ªs, abogado, fundador y director de La Veu de Catalunya y cofundador de la Lliga Regionalista.
Fue precisamente este Narc¨ªs Verdaguer i Call¨ªs quien qued¨® en posesi¨®n de las cartas cuando, a?os despu¨¦s, el poeta, acosado por el marqu¨¦s y el obispo de Vic, tuvo que abandonar Barcelona. Cuando, de vuelta a la ciudad, Verdaguer intent¨® recuperarlas y mand¨® a un apoderado a por ellas, Narc¨ªs se neg¨® a entreg¨¢rselas: 'Si las quieres ven t¨² mismo a buscarlas', vino a decirle en una carta, en la que a?ad¨ªa -y ahora la cita es textual-: 'Si le mortifica que yo est¨¦, d¨ªgame cu¨¢ndo vendr¨¢ y yo saldr¨¦'. Nunca fue Jacint a buscar las cartas a casa de Narc¨ªs, al que consideraba el aut¨¦ntico responsable del calvario que le llev¨® a escribir los ahora tan comentados art¨ªculos de En defensa pr¨°pia. Tampoco recibir¨ªa Verdaguer otra carta como la que en sus d¨ªas de gloria le mand¨® la marquesa, Mar¨ªa Gay¨®n, en la que tras hacerle varias sugerencias sobre las ilustraciones del libro Jes¨²s Infant, en las que trabajaba Alexandre de Riquer, se despide: 'No s¨¦ qu¨¦ proyectos de verano tiene V., pero me alegrar¨¦ que uno de ellos sea Comillas'.
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