El imperio 'desfirma'
La Administraci¨®n de Bush ha sentado un precedente al ser el primer Gobierno que desfirma (unsigns, o retira la firma) de un tratado, el Estatuto de la Corte Penal Internacional (CPI). Se esperaba, lo que no quita para que agrande as¨ª la separaci¨®n entre los dos orillas del Atl¨¢ntico o respecto al resto de las Am¨¦ricas.
Se denuncian tratados ratificados, pero esto es diferente. Y si EE UU da este paso es porque firmar un tratado, como Clinton hizo con el estatuto el ¨²ltimo d¨ªa en que pod¨ªa, el 31 de diciembre de 2000, no resulta gratuito. Seg¨²n el Convenio de Viena sobre Derecho de Tratados de 1969 -que, tambi¨¦n, EE UU ha firmado, pero nunca ratificado-, el firmante se compromete a no hacer nada en contra del objetivo de lo suscrito. Por eso, tras un cuidado estudio, el Departamento de Estado ha comunicado por escrito al secretario general de la ONU que EE UU no tiene intenci¨®n de ser parte del tratado y que 'ninguna obligaci¨®n legal deriva de su firma'. Tampoco, como ha explicado el embajador Prosper, la Corte que echar¨¢ a andar en La Haya en el a?o pr¨®ximo debe esperar apoyo ni cooperaci¨®n por parte de EE UU, con la paradoja de que, si los tribunales nacionales no act¨²an, EE UU se puede convertir en refugio de perpetradores de los cr¨ªmenes contemplados por la CPI: de genocidio, de guerra, de lesa humanidad o de agresi¨®n.
Previsiblemente, EE UU no se quedar¨¢ ah¨ª. Ya amenaza a los pa¨ªses que colaboren con la Corte. Pues, aunque no sea parte del estatuto, sus ciudadanos y soldados podr¨ªan ser acusados por la CPI de cr¨ªmenes cometidos en territorio de un Estado parte del tratado. El Congreso puede resucitar el proyecto de ley que autorizar¨ªa a EE UU incluso a invadir La Haya para rescatar a alguno de sus ciudadanos acusados o condenados por la CPI.
EE UU es el pa¨ªs con m¨¢s soldados (unos 200.000) fuera de su territorio. Hubiera querido disponer del derecho de veto sobre las acciones de la CPI desde el Consejo de Seguridad, pero tal medida hubiera desvirtuado este tribunal, pensado para perseguir individuos y no reglar conflictos entre Estados.
EE UU quiere ser un imperio no atado por leyes externas ni que comparta soberan¨ªa alguna. La tendencia manos libres viene de lejos, pero se ha visto reforzada por el 11-S. Pues, desde entonces, Estados Unidos se siente y est¨¢ en guerra, aunque no se perciba as¨ª desde Europa. Quiere quedarse al margen del nuevo sistema legal que se est¨¢ creando en el mundo, posible base de una gobernanza global. La cuesti¨®n es si esta Corte no queda desvirtuada al no ser parte de ella ni la mayor potencia, EE UU, ni los dos Estados m¨¢s poblados: China e India. Pero, a pesar de ello, la CPI nace; y ya se ver¨¢.
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