Hermoso al poder
Cuentan de un aficionado que, un d¨ªa, tan pobre y m¨ªsero estaba que s¨®lo se sustentaba de corridas de rejoneo. Hoy, dado el estado comatoso de la fiesta, la realidad es otra y, a fuer de justos, tambi¨¦n hay que resaltar que la presencia de Hermoso de Mendoza ha elevado el nivel de un arte que Lupi y Moura se hab¨ªan ocupado de realzar.
Pablo Hermoso posee las cualidades de un gran caballista pero lo mejor es que las subordina absolutamente al toreo, objetivo ¨²nico que se manifiesta desde el primer embroque, que ya encela la embestida para, posteriormente, parar, templar exageradamente, y mandar, relativizando el espacio y haciendo a?icos el tiempo, en un quiebro ralentizado o bien enfrent¨¢ndose al toro ofreciendo los pechos de la cabalgadura en actitud engallada de banderillero antiguo. Las dos orejas del quinto fueron de verdad y las palmas por buler¨ªas, tambi¨¦n.
Boh¨®rquez / Boh¨®rquez, Domecq, Hermoso
Toros de Ferm¨ªn Boh¨®rquez, mansos 1? y 5?. Ferm¨ªn Boh¨®rquez: oreja en los dos. Luis Domecq: ovaci¨®n y saludos; oreja. Pablo Hermoso de Mendoza: ovaci¨®n y saludos; dos orejas. Plaza de Jerez, 8 de mayo, 2? de abono, tres cuartos de entrada.
Ferm¨ªn Boh¨®rquez pidi¨® m¨²sica y le tocaron Paquito el chocolatero, lo que da idea exacta de su actuaci¨®n, basada m¨¢s en el gesto y el sombrerazo que en la ejecuci¨®n de la suerte, que hizo siempre asom¨¢ndose desde la grupa y pasando en falso en ocasiones, todo ello con profusi¨®n de gritos. Mat¨® eficazmente y el paisanaje le obsequi¨® a oreja por toro.
Luis Domecq estuvo entonado en el segundo y acelerado e impreciso en el quinto, cuya lidia no supo administrar.
Babelia
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