Powell admite que la conferencia de paz queda 'en suspenso'

Los planes de Estados Unidos para Oriente Pr¨®ximo corren riesgo de naufragio. Los desacuerdos entre George W. Bush y el primer ministro israel¨ª, Ariel Sharon, quedaron el martes en segundo plano por la noticia de un nuevo atentado suicida en Tel Aviv. Pero el propio secretario de Estado, Colin Powell, admiti¨® ayer que la persistencia del terrorismo pon¨ªa 'en peligro la posibilidad de avanzar' hacia la paz.

El secretario de Estado reconoci¨® tambi¨¦n, de forma impl¨ªcita, que sus esfuerzos por reunir una conferencia internacional sobre Oriente Pr¨®ximo en junio pod¨ªan ser in¨²tiles. 'Todo queda en suspenso por un tiempo', dijo Powell.

Despu¨¦s del atentado, el secretario de Estado no pidi¨® autocontrol a las autoridades israel¨ªes. Al contrario, asumi¨® que se producir¨ªa un relanzamiento de las operaciones militares por un periodo indeterminado.

Sharon se mostr¨® intransigente en su visita a la Casa Blanca. Mantuvo su negativa a negociar con Yasir Arafat, rest¨® relevancia al plan de paz de Arabia Saud¨ª e insisti¨® en llamar 'posible reuni¨®n regional' a la proyectada conferencia internacional. 'No me he sentido presionado por Bush', dijo despu¨¦s, debilitando un poco m¨¢s la posici¨®n del presidente de Estados Unidos, cuyo objetivo en la reuni¨®n del martes consist¨ªa en atraer a Ariel Sharon hacia una negociaci¨®n arropada por Washington, Bruselas, Mosc¨², la ONU y los principales pa¨ªses ¨¢rabes. Al t¨¦rmino del encuentro, e informado ya de la gravedad del atentado en Tel Aviv, Sharon carg¨® de nuevo contra la Autoridad Palestina: 'No es posible avanzar en un proceso pol¨ªtico con esa entidad terrorista y corrupta', manifest¨®.

El ¨²nico resultado del encuentro entre Bush y Sharon fue la decisi¨®n de enviar a la regi¨®n al director de la CIA, George Tenet, que la semana pr¨®xima iniciar¨¢ una misi¨®n de asesoramiento con el fin de ayudar a la reforma y unificaci¨®n de las fuerzas de seguridad palestinas. Al margen de eso, los dos dirigentes reclamaron una urgente democratizaci¨®n de las instituciones de Palestina.

Bush, que hace unos meses apoyaba sin reservas la pol¨ªtica de Sharon, le exigi¨® luego una retirada militar que no se produjo y, mientras, envi¨® a su secretario de Estado a una misi¨®n imposible en Oriente Pr¨®ximo, ha vuelto a la casilla de salida: la fuerza del voto jud¨ªo en EE UU, la presi¨®n del Congreso y de su propio partido, el Republicano, y la proximidad de las elecciones de noviembre le obligan a apoyar de nuevo cualquier represalia que Ariel Sharon decida emprender contra los palestinos. Su portavoz, Ari Fleischer, volvi¨® a cargar ayer toda la responsabilidad sobre Yasir Arafat: 'La Autoridad Palestina debe reformarse; el presidente vigilar¨¢ los actos de Arafat'.

La visita a la Casa Blanca del rey Abdul¨¢ de Jordania, que deb¨ªa haber servido para avanzar hacia una negociaci¨®n global en Oriente Pr¨®ximo tras el encuentro de Bush con Sharon, qued¨® eclipsada por los acontecimientos. 'La ¨²nica forma de acabar con el terrorismo es negociar', dijo, pese a todo, Abdul¨¢ antes de reunirse con Bush. Su mensaje coincidi¨® exactamente con el que lanz¨® Powell despu¨¦s de entrevistarse con el ministro brit¨¢nico de Exteriores, Jack Straw. 'Ni los atentados suicidas ni las operaciones militares conducir¨¢n nunca a una soluci¨®n', declar¨®.

Straw reafirm¨® la posici¨®n europea, tibiamente aceptada por EE UU, de que no hab¨ªa otro interlocutor que Arafat. 'Tenemos que seguir negociando con ¨¦l porque es el l¨ªder del pueblo palestino, ser¨ªa un error marginarle', dijo el ministro brit¨¢nico. 'No nos corresponde a nosotros elegir a los dirigentes con los que debemos negociar'.